
La Casa Blanca
Trump renueva la Casa Blanca mientras los funcionarios no cobran su sueldo
Los empleados públicos de EE UU hacen cola en bancos de alimentos tras 23 días del cierre del Gobierno

Mientras Washington sigue sufriendo un apagón presupuestario por 23 día consecutivo, Donald Trump se centra en su última ambición diplomática, un enorme salón de baile en la Casa Blanca que simboliza todo lo contrario a lo que está viviendo la política estadounidense: lujo, brillo y ostentosidad. Este viernes, una gran parte de los 2.4 millones de empleados que trabajan para el gobierno no recibirán su sueldo, pero eso no parece afectar a los planes en el ala este de la residencia presidencial.
Allí el jueves las máquinas y sus operarios seguían trabajando sin descanso en un proyecto de $250 millones de dólares financiado, únicamente, con capital privado, sin tocar un solo dólar de los contribuyentes, ha dicho el mismo Trump. Entre los donantes hay empresas de gran reconocimiento como Apple, Amazon o Coinbase. La Casa Blanca anunció que publicaría una lista completa de los contribuyentes, pero todavía no se conocen sus nombres.
El jueves también, a pocas calles del edificio presidencial, decenas de trabajadores federales hacían cola a las puertas de uno de los bancos de alimentos que hay en la capital. Un analista del Centro de Exportación Rural del Departamento de Comercio de EE UU que esperaba su turno confesaba ante la cadena CNN que esperaba su turno por necesidad. No sabía cómo iba a pagar el alquiler de noviembre, porque "este mes no he cobrado mi sueldo, así que los alimentos gratuitos son muy importantes y útiles, tengo que ahorrar hasta el último céntimo".
Una de las mayores renovaciones de la Casa Blanca en décadas
Donde no se escatimará en gastos es en el futuro enorme salón de baile de la Casa Blanca. Se trata de una de las mayores renovaciones del edificio en las últimas décadas, pero también de la última huella física del presidente estadounidense, que está remodelando la política y la capital del país a su imagen y semejanza. La empresa a cargo del proyecto es la constructora Clark, que también ha estado detrás de otras emblemáticas obras en la capital, como el enorme estadio Capital One Arena. El diseño, que se espera que siga un estilo neoclásico, corresponde a la firma McCrery Architects.
Se espera que el salón tenga una dimensión de alrededor de 8.300 metros cuadrados, con capacidad para "999 personas", ha dicho el mismo Trump. El nuevo espacio debería estar listo antes de que termine su mandato (enero 2029), y según las primeras maquetas del interior se espera que luzca un estilo ostentoso y con grandes candelabros. Habrá columnas con muchos ornamentos y gigantes ventanales de vidrio a prueba de balas. "Durante más de 150 años, todos los presidentes han soñado con tener un Salón de Baile en la Casa Blanca para acoger a la gente en grandes fiestas, visitas de Estado, etc", publicó el líder en sus redes sociales este lunes.
El miércoles una enorme excavadora seguía tirando abajo la fachada de la casa presidencial, a pesar de las críticas por parte de expertos que nunca imaginaron contemplar esta imagen. "Me parece doloroso", dijo Douglas Brinkley, historiador presidencial oficial de la Sociedad Histórica de Nueva York, es "casi como rasgar un cuadro de Rembrandt", aseguró, "o desfigurar una escultura de Miguel Ángel".
Los demócratas recuerdan a Trump que "no está en su casa"
Por su parte, los demócratas acusan al presidente de hacer y deshacer a su antojo y le recuerdan que "no es su casa", publicó en las redes sociales la líder demócrata y ex primera dama Hillary Clinton, "es la tuya", apuntó digiriéndose a los ciudadanos, "y la está destruyendo". El senador de New Jersey, Andy Kim, compartía una foto en los alrededores de la Casa Blanca asegurando que "no necesitábamos un salón de baile financiado por multimillonarios para celebrar EE UU".
A pesar de que muchos ven esta nueva construcción como la nueva forma de Trump de alimentar su ego, él no lo ve igual. El republicano insiste en que se trata de un "espacio para la historia". Durante ocho décadas, el ala este ha acogido los dominios de las primeras damas, ahora los de Melania Trump. De hecho, a principios de septiembre su personal comenzó a trasladar las pertenencias de la esposa del presidente a otras áreas del edificio en previsión de la nueva construcción. Además, ironías del destino, la futura pista de baile se erigirá sobre los cimientos de un viejo búnker de guerra de la Segunda Guerra Mundial que data de 1942, construido para proteger al presidente de cualquier amenaza.
23 días de apagón presupuestario
Con los cheques congelados y las excavadoras rugiendo en las inmediaciones de la Casa Blanca, la senadora de Massachussets, Mientras Washington sigue sufriendo un apagón presupuestario por 23 día consecutivo, Donald Trump se centra en su última ambición diplomática, un enorme salón de baile en la Casa Blanca que simboliza todo lo contrario a lo que está viviendo la política estadounidense: lujo, brillo y ostentosidad.
Este viernes, una gran parte de los 2.4 millones de empleados que trabajan para el gobierno no recibirán su sueldo, pero eso no parece afectar a los planes en el ala este de la residencia presidencial. Allí el jueves las máquinas y sus operarios seguían trabajando sin descanso en un proyecto de $250 millones de dólares financiado, únicamente, con capital privado, sin tocar un solo dólar de los contribuyentes, ha dicho el mismo Trump. Entre los donantes hay empresas de gran reconocimiento como Apple, Amazon o Coinbase. La Casa Blanca anunció que publicaría una lista completa de los contribuyentes, pero todavía no se conocen sus nombres.
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