ONU

Trump se suma a Guterres para transformar la organización

En su primera alocución en la sede de Nueva York, el presidente de EE UU arremete contra la burocracia y la mala gestión de la institución, y se suma al proyecto del nuevo secretario general para convertirla en un organismo «más representativo, ágil, flexible y eficiente».

El presidente de EE UU, Donald Trump, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la reunión previa a la Asamblea que se inaugura hoy
El presidente de EE UU, Donald Trump, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la reunión previa a la Asamblea que se inaugura hoylarazon

En su primera alocución en la sede de Nueva York, el presidente de EE UU arremete contra la burocracia y la mala gestión de la institución, y se suma al proyecto del nuevo secretario general para convertirla en un organismo «más representativo, ágil, flexible y eficiente».

La 72ª Asamblea General de la ONU arrancará hoy con un mayor interés periodístico porque el controvertido Donald Trump y la joven promesa francesa Emmanuel Macron se estrenan en Nueva York como presidentes. Dos líderes que aprovecharon la baja popularidad de sus instituciones y la desafección ciudadana para hacerse con la victoria electoral. La ONU, precisamente, no pasa por su mejor momento, con una opinión pública que se pregunta dónde terminan los presupuestos destinados a ese enorme ente que es Naciones Unidas y al que muchos analistas critican por la falta de acción y de consenso entre los Estados miembros y el óxido asentado en los órganos creados para el mundo de 1945.

En su primera visita a la sede de la ONU, en una reunión previa, el presidente de EE UU reprochó ayer la inflada burocracia y la mala gestión, por lo que pidió «audaces y verdaderas reformas» para así ser una mayor fuerza para la paz en el mundo. Antes de dar su esperado primer gran discurso hoy, Trump quiso practicar ante las 120 delegaciones internacionales, y lo hizo con un tono conciliador, en busca del apoyo que logre cambios en Naciones Unidas. «En los últimos años, la ONU no ha alcanzado su potencial completo debido a la burocracia y al mal manejo de los fondos, mientras que el presupuesto ha aumentado un 140% y su personal más del doble desde 2000», explicó durante su alocución, que sólo duró cuatro minutos. La reforma es «para que Naciones Unidas sirva mejor a la gente que representa». Para el presidente más emprendedor de EE UU, el organismo internacional «debe rendir cuentas de cada nivel de gestión, protegerse de soplones y centrarse en los resultados más que en el proceso».

Washington ha presentado una declaración política de diez puntos en la que se respaldan los esfuerzos del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para «iniciar reformas importantes y efectivas». El borrador plantea «reducir las duplicidades, las redundancias y los solapamientos» en los órganos y agencias de la ONU. Trump llegó a hacer campaña sobre la desproporcionada cantidad de fondos que EE UU entregaba a Naciones Unidas y ayer volvió a remarcarlo. Su Administración persigue recortar 600 millones de dólares al presupuesto de misiones de paz de este año y a la vez derivar las competencias del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, estrella de la organización, a la oficina del Secretariado. «Debemos asegurarnos de que ningún Estado miembro lleva a sus espaldas un porcentaje desproporcionado de la carga», ya sea «militar o financieramente», enfatizó el mandatario estadounidense. Lo cierto es que EE UU es el mayor contribuyente de la ONU, el 22% de su presupuesto bianual de 5.400 millones de dólares, y el 28,5% de su presupuesto para misiones de paz (7.300 millones de dólares).

Guterres, que también se estrena en esta Asamblea General, señaló que «para servir a la gente que apoyamos y la gente que nos apoya, debemos ser ágiles y efectivos, flexibles y eficientes». El secretario general reconoció que la burocracia de la ONU era un problema que le hacía acostarse tarde. «Nuestro objetivo común es que la ONU del siglo XXI esté más enfocada en la gente y menos en el proceso», dijo Guterres.

Sobre el papel suena bien, pero ¿realmente se puede reformar una institución como la ONU? Muchos expertos y ex diplomáticos de Naciones Unidas proponen que la Asamblea General aumente su poder frente al Consejo de Seguridad y que el debate con este órgano sea de más calidad. Asimismo, muchas de las resoluciones que se logran aprobar reflejan opiniones «con el menor denominador común». Michael W. Doyle, experto de la Universidad de Columbia, expresa que la Asamblea es «una institución importante que nunca ha aclarado su rol» en términos de ser un cuerpo verdaderamente deliberativo y funcional, además «carece de suficiente discusión genuina». El «think tank» Council on Foreign Relations recuerda que en los últimos años la ONU ya ha intentado ser más relevante. Por ejemplo, en 2005 establecieron que el presidente de la Asamblea tuviera un papel más influyente y le otorgaron más poder. Desde entonces puede proponer debates interactivos y ampliar sus recursos.

También se presiona para que más continentes tengan voz en el Consejo de Seguridad. En la reunión de ayer, se echó de menos a Rusia y China, que forman parte de un pequeño grupo de países que estarían en contra de la reforma, al considerar que les obligaría a ceder poder e influencia en la ONU. También Francia se mostró reticente a los cambios a pesar de que en el Consejo de Seguridad París suele apoyar los proyectos de resolución de Washington.