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Trump, Trump, Trump, Trump, Trump (Congo)

Las malas prácticas informativas que vinculan a Donald Trump con República Democrática del Congo

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Donald TrumpEuropa Press

Ayer publicó RTVE una noticia donde se aseguraba que “Trump quiere los minerales del Congo y quitarle así el puesto a Pekín”. En el vídeo que acompañaba al enunciado, se especificaba que ya se habría llegado a un acuerdo en el que Estados Unidos colaborará con República Democrática del Congo en su lucha contra el M23, el grupo rebelde apoyado por Ruanda y que hace años que causa estragos en el este del país. Como es conocido que RTVE no tiene el presupuesto suficiente para desembolsar 14 millones de euros por cada temporada de La Revuelta y pagar a su vez a un corresponsal que cubra 54 países (en África), se convierte en la obligación de otros periodistas corregir la mala información de la cadena pública española.

Empezando por el enunciado, nadie sabe si Trump quiere los minerales de República Democrática del Congo. En cualquier caso, él no se ha pronunciado al respecto. A no ser que el periodista que escribió la noticia tenga acceso a los pensamientos más profundos del presidente de los Estados Unidos, algo que podría considerarse dudoso, que Trump desee o no los ricos recursos naturales congoleños es un misterio para el resto del planeta. Sencillamente, no se ha pronunciado al respecto. Lo que sí que sería cierto es que República Democrática del Congo ha ofrecido a Donald Trump un trato en el que Estados Unidos se beneficie de un acuerdo favorable en la exportación de minerales, a cambio de ofrecer algún tipo de ayuda a la hora de combatir al M23. En este caso, lo adecuado no sería afirmar que “Trump quiere los minerales del Congo”, sino, en todo caso, decir que “El Congo ofrece a Trump sus minerales”. Añadir que la oferta la hizo por escrito el 3 de febrero, hace ya dos meses, el presidente congoleño, Félix Tshisekedi.

No sería hasta comienzos de abril que el asesor de Trump para África, Massad Boulos, se reunió con Tshisekedi en Kinshasa para esbozar los principios de un acuerdo de cooperación cuyos detalles todavía no han sido comunicados. Por otro lado, contrariamente a lo que indica RTVE en su vídeo, no hay ningún trato firmado… todavía. Como muestra de buena fe y en luz al buen fruto de las negociaciones, el gobierno congoleño devolvió a esta semana a Estados Unidos a tres individuos de nacionalidad estadounidense que participaron en un patético intento de golpe de Estado junto con el padre de uno de los tres, Christian Malanga. Malanga murió durante el tiroteo resultante de su estulto intento de golpe de Estado, allá por mayo de 2024.

Respecto a la idea de “quitarle el puesto a Pekín” mediante la simple rúbrica de un tratado, quizás sea una afirmación precipitada. Aunque la inestabilidad producida por el M23 es hoy el reto de seguridad más importante que enfrenta el gobierno congoleño, esto no significa que más de cien grupos armados operen en otras zonas de su territorio. Darle la patada a China, que es el mayor socio comercial de RDC con un 69% de las exportaciones del país africano y con un 35% de las importaciones, todo ello por un acuerdo que (como se verá más adelante) difícilmente supondría un tipo de ayuda directa/militar estadounidense, es sencillamente impensable. Quitarle el puesto a Pekín, que además ha concedido préstamos por 3.200 millones de dólares a los congoleños, además de haber ejecutado inmensos proyectos de infraestructura a lo largo de todo el país y de estar en conversaciones desde enero para invertir 7.000 millones de dólares en un mega contrato vinculado a los recursos mineros; quitarle el puesto a Pekín suena a titular malintencionado antes que expresar una afirmación acorde con la realidad.

Imaginando que Trump realmente dijo desear los minerales congoleños y que China puede ser expulsada de RDC como si fuera un gas molesto, ¿hasta qué punto llegaría la ayuda estadounidense? Lamentablemente, RTVE no tiene los medios para prestar atención de forma regular al continente vecino, por lo que no pudo saber (será por falta de presupuesto, probablemente) que Estados Unidos y Ruanda comparten un extenso histórico de cooperación que chocaría directamente con una intervención estadounidense en suelo congoleño.

En 2021, Estados Unidos proporcionó más de 147 millones de dólares de asistencia bilateral a Ruanda, en un programa que incluía cuestiones como la salud, la educación, materias de democracia y gobernanza… y el sector de seguridad. El presupuesto destinado ese mismo año a Ruanda para la “paz y seguridad” ascendió a los 500.000 dólares. Existe además un programa de apoyo estadounidense a las fuerzas armadas ruandesas, que incluye “la seguridad de la aviación, la capacitación para las fuerzas de paz y esfuerzos más amplios de profesionalización”, según informan documentos de acceso público del gobierno norteamericano.

En 2021, Estados Unidos proporcionó más de 147 millones de dólares de asistencia bilateral a Ruanda, en un programa que incluía cuestiones como la salud, la educación, materias de democracia y gobernanza… y el sector de seguridad. El presupuesto destinado ese mismo año a Ruanda para la “paz y seguridad” ascendió a los 500.000 dólares. Existe además un programa de apoyo estadounidense a las fuerzas armadas ruandesas, que incluye “la seguridad de la aviación, la capacitación para las fuerzas de paz y esfuerzos más amplios de profesionalización”, según informan documentos de acceso público del gobierno norteamericano.

Cuando una cadena pública escoge invertir en entretenimiento politizado antes de informar debidamente al contribuyente, siempre se escribe "Trump" con letras grandes. Trump, Trump, Trump, Trump, Trump. Y más pequeñito, como por obligación, como un paréntesis remediable, el país protagonista aparece escrito de manera que no ocupe demasiado y vaya a rivalizar con lo que realmente interesa: Trump, Trump, Trump, Trump. No importa que no sea verdad, si puede ser una verdad a medias. Trump, Trump, Trump. Chillón, gordo, anaranjado. Y los congoleños, que sean flacos, temibles... y, preferiblemente, un poco salvajes.