Volodimir Zelenski, de actor a tenaz líder de la resistencia ucraniana contra la ocupación rusa

El ascenso meteórico de Volodimir Zelenski, excomediante y actor, al cargo de presidente de uno de los países más grandes de Europa y líder mundialmente famoso de la nación que lucha por su existencia se ha convertido en uno de los fenómenos políticos más interesantes de los últimos años. Hace cuatro años, un abrumador 73% eligió a Zelenski como presidente con la promesa de acabar con la corrupción y poner fin al conflicto militar híbrido de ocho años con Rusia. Zelenski, un judío de habla rusa de la ciudad industrial central de Kryvyi Rih, recibió la mayoría de votos en todas menos una.

Su imagen como un forastero honesto fue creada durante años de carrera como comediante, que nunca rehuyó satirizar a los políticos en ejercicio, y un actor que interpretó a un profesor de Historia que fue elegido presidente y se embarcó en reformar un sistema político ineficiente y egoísta.

Cuatro años después, Zelenski sigue siendo el político más popular, con el apoyo de más del 90% de los ucranianos, confiando en sus decisiones y uniéndose en un esfuerzo contra la invasión rusa. La popularidad de Zelenski cayó antes de la guerra, ya que sus esfuerzos anticorrupción tuvieron un éxito limitado, pero se mantuvo más alta que la de sus predecesores.

Desde el comienzo de la invasión, Zelenski negó cualquier sugerencia de que no pudiera estar a la altura de la tarea e insistió en permanecer en Kyiv y liderar la resistencia. Su famosa frase «No necesito que me lleven, necesito munición», en aparente respuesta a una sugerencia de Biden de sacarlo de la capital atacada, se convirtió en una de las muchas señales unificadoras de la nación.

Zelenski ha desempeñado un papel importante como comunicador.

Sus habilidades actorales resultaron útiles cuando todo el país más las necesitaba, ya que se dirigió a una audiencia tras otra en el extranjero, tratando de conseguir armas y otro tipo de apoyo para su Ejército y su pueblo. Además, impresionó al aparecer en varios lugares a lo largo o cerca de la línea del frente, como en Jersón, Bajmut o, más recientemente, en Avdiivka, donde las interacciones con los soldados parecían mucho más naturales que las de los rusos con Vladimir Putin.

Zelenski parece tener el poder en Ucrania bajo su control y las próximas presidenciales solo pueden celebrarse después de que finalice la ley marcial. Sin embargo, está claro que, dado que Ucrania sigue siendo un país democrático, su continuidad en el poder no está garantizada tras la guerra.

A pesar de reconocer el papel del presidente, el esfuerzo bélico se ve más como una expresión de la movilización de millones de ucranianos que como el resultado de las acciones de un solo hombre, por importantes que hayan sido.

También se pregunta si podría haber advertido a los ucranianos del peligro antes de que comenzara la invasión o si podría haber preparado el sur del país para la invasión. Sin embargo, por ahora, la preservación del país y la necesidad de garantizar que tenga un futuro predecible, seguro y próspero es la tarea principal tanto de Zelenski como de todos los ucranianos que quieren evitar cualquier lucha interna significativa, para no darle ninguna oportunidad a su enemigo.