Política

Luxemburgo

Xavier Bettel: “Los países que, como EE UU, rechazan la inmigración olvidan su historia”

El primer ministro de Luxemburgo, de visita en Madrid, explica que “Europa no puede renunciar a la solidaridad”. Asimismo, Bettel reconoce que “no creo en el 'spitzenkandidat' porque no supone la existencia de una lista transeuropea”.

El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel/ Foto EFE
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel/ Foto EFElarazon

El primer ministro de Luxemburgo, de visita en Madrid, explica que “Europa no puede renunciar a la solidaridad”. Asimismo, Bettel reconoce que “no creo en el 'spitzenkandidat' porque no supone la existencia de una lista transeuropea”.

El primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, inició el jueves en Madrid su primera visita oficial a España, en la que ha tenido la oportunidad de analizar las relaciones bilaterales y la actualidad europea en sus reuniones con el presidente Pedro Sánchez y el Rey Felipe VI. El liberal Bettel, de 46, llegó al poder en 2013 gracias a una alianza con socialistas y ecologistas que puso fin a 18 años de Gobiernos del incombustible Jean Claude Juncker, cuyo partido conservador, la CSV, solo ha perdido unas elecciones en el Gran Ducado desde el final de la II Guerra Mundial. Reelegido en las urnas en diciembre pasado, el primer ministro ha puesto en marcha una política social progresista que ha supuesto la legalización del matrimonio gay (de la que él mismo ha hecho uso al casarse en 2015 con Gauthier Destenay), la reforma del aborto, la legalización del cannabis o la separación de la Iglesia y el Estado. En su encuentro celebrado con tres diarios españoles, entre ellos LA RAZÓN, en la Fundación Carlos de Amberes, Bettel no es ajeno a los acontecimientos que marcan la semana en España: el inicio del juicio al “procés” y el adelanto electoral. El jefe de Gobierno luxemburgués se muestra como un político cercano y profundamente europeísta empeñado en seguir “defendiendo los valores de la tolerancia, la democracia y la libertad de prensa”.

Usted forma parte de los liberales europeos (ALDE). ¿Cómo ve el pacto de Gobierno en Andalucía, donde PP y Cs gobiernan gracias al apoyo de Vox?

He hablado con Albert Rivera sobre el Gobierno andaluz y me ha explicado que el acuerdo de coalición andaluz es solo entre PP y Cs y luego se ha sumado Vox porque Cs no quería pactar con estos últimos.

¿Apoya el modelo del “spitzenkandidat”. Es decir, que el candidato del partido más votado en las elecciones europeas pase a ser elegido el nuevo presidente de la Comisión Europea?

Actualmente, los liberales europeos apostamos por presentar un equipo a las elecciones europeas y no a un solo candidato como han hecho otros partidos. No creo en el “spitzenkandidat” porque no supone la existencia de una lista transeuropea, sino mantener las 27 listas nacionales como ocurre ahora. De otra forma, el “spitzenkandidat” no tiene suficiente legitimidad, pues depende de la decisión de los partidos. Yo defiendo un equipo de cinco, seis o siete nombres para asumir las diferentes responsabilidades europeas. La decisión de elegir al presidente de la Comisión depende del Consejo y del Parlamento Europeo.

¿Qué está en juego en la próximas elecciones europeas?

Después de estas elecciones europeas, habrá dos bloques en el Parlamento Europeo: uno a favor de Europa y otro en contra. Ante el crecimiento de los partidos extremistas y anti europeos, la suma de populares y socialistas ya no tendrá la mayoría y se necesitará una alianza más amplia que incluya a los liberales, los ecologistas, etc. Las elecciones europeas son muy importantes, dado que la Eurocámara tiene mucho poder, es una institución que funciona. Tenemos una tendencia de hablar solo de lo que funciona mal, pero también debemos reconocer las cosas que funcionan bien en la UE. Mucha gente ya no se acuerda de la peseta o el franco y de lo que suponía cambiar de divisa al atravesar la frontera de cada país europeo. Yo mismo fui Erasmus en Grecia y me beneficié del espacio Schengen. Una Europa que nos protege. En una conferencia en París, de forma provocadora pedí que pensáramos en cómo sería suprimir Europa un solo día. Sin poder cruzar las fronteras, trabajar libremente en otro país o disfrutar de la seguridad social. No funcionaría nuestro móvil. La mayor prueba de eso es que el Brexit, tras dos años de negociación, ha demostrado la complejidad que entraña abandonar la UE y aún no sabemos si va a salir o no. Los británicos que residen en mi país quieren ser luxemburgueses para conservar el pasaporte europeo y es que Europa ya forma parte de su día a día.

¿Aún confía en un Brexit con acuerdo?

He tenido una semana centrada en el Brexit. El lunes recibí a Michel Barnier [negociador jefe de la UE]; el martes hablé por teléfono con Theresa May; el miércoles me reuní con Angela Merkel, y el jueves comí con Pedro Sánchez. Y el Brexit ha estado siempre encima de la mesa. Soy optimista de que se pueda alcanzar un acuerdo, pero no a cualquier precio. Cuando Reino Unido estaba en la UE, solo quería “opts out”. Ahora que se marcha, solo quiere “opts in”. Solo quieren las ventajas y Europa es un conjunto de reglas. May desea un acuerdo porque sabe que un “no acuerdo” significa incertidumbre para la economía británica (la caída de la libra, problemas para British Airways). Las empresas británicas desean conservar el “pasaporte europeo”.

¿Europa será capaz de ponerse de acuerdo para tener una política migratoria y de asilo común?

La inmigración es un problema común que requiere una solución común, las soluciones exclusivamente nacionales no funcionan. Necesitamos ponernos de acuerdo en mecanismos comunes en inmigración, en políticas comunes de retorno, en una lista común de países del sur y así poder avanzar de forma concreta en este asunto. La gente que huye de Siria por la guerra solo quiere vivir y los países vecinos de donde proceden ya cuentan con muchos refugiados. Europa no puede renunciar a la solidaridad. Italia, Grecia o España no son las únicas responsables de defender sus fronteras. Mi país no es un país muy grande, pero siempre hemos sido solidarios. Hablamos de gente, no de mercancías.

Pero ese populismo recurre constantemente al peligro de la inmigración...

Así lo vimos con el Brexit. El populismo vincula la inmigración con el riesgo de terrorismo que hemos sufrido en nuestra propia casa, por ejemplo en París. Ellos son los que dicen que los refugiados son criminales y así los estigmatizan por su nacionalidad. Aseguran que la inmigración es el problema, pero la realidad es que en Europa necesitamos a inmigrantes. Los países que como EE UU rechazan la inmigración olvidan su propia historia.

Donald Trump anima los movimientos populistas en Europa...

Yo creo en el multilateralismo. Pienso que nadie puede decir a los electores de otro país lo que deben hacer. Yo hablo con Donald Trump, Vladimir Putin, Xi Jinping o Recep Tayyip Erdogan. Con todo el mundo porque yo creo en el diálogo para construir puentes. Cara a cara les digo en qué estamos de acuerdo y en qué no.