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Terrorismo

Los yihadistas proclaman que la democracia es mala porque no pueden circular por carretera en sentido contrario

El Estado Islámico lanza una panfleto en el que mantiene que sólo se puede obedecer a Alá y que las libertades sólo traen el mal

Portada de la publicación del ISPK del Estado Islámico Redes

Si algo odian los yihadistas son los regímenes democráticos y, curiosamente, los nacionalismos. La razón, dentro de fanatismo, está clara: Sólo se puede obedecer a Alá y los únicos capaces de transmitir sus mandatos son ellos. Ahora, en uno de los panfletos que insertan en sus redes sociales, y con una portada en que la democracia es representada por un rebaño de ovejas sin criterio, exponen las razones de su oposición al “gobierno del pueblo”. Entre las críticas, por increíble que parezca, incluyen, y se cita textualmente, que “ninguna persona tiene derecho a caminar o conducir en la carretera en contra de la dirección del tráfico normal. Nadie puede abrir una tienda sin licencia. Si dice que soy libre, las autoridades no se lo permitirán”. Acostumbrados a pulular con sus motos pick-up por los bosques y desiertos, lo de la ordenación del tráfico les sobra.

Pero, en más de 2.000 palabras, exponen otros razonamientos que, por supuesto, no se aplican a sí mismos cuando se trata de dirigir las bandas criminales a las que pertenecen, lógico, por otra parte:

--La legislación no es sino para Alá. Él ha ordenado que no adoréis sino a Él; esa es la religión correcta.

--En las democracias prevalece la opinión de la mayoría, aunque eso vaya en contra de las leyes divinas, el intelecto sano o la disposición natural sobre la cual fueron creados los seres humanos. Bajo este sistema se han promulgado leyes a favor del aborto, a favor de la homosexualidad, la usura, la intoxicación, etcétera.

--Alá sabe qué disposiciones y principios rectores son adecuados para ellos, mientras que las personas no necesariamente comparten el mismo nivel de conciencia, comportamiento y hábitos. Y el hombre no sabe lo que es bueno para él y lo que es malo; Entonces, ¿cómo puede decidir lo mismo para los demás?

--En las sociedades llamadas democráticas, el gobierno del pueblo no es más que una consigna; Lo cual no tiene realidad. El propósito de este eslogan es engañar a las personas y subyugarlas. De hecho, los jefes de estas sociedades llamadas democráticas y sus afiliados son los verdaderos gobernantes y el pueblo no es más que su esclavo que financia sus caprichos y lujos. Y esta amarga verdad es muy evidente cuando se les ve pisoteando cualquier parte de este sistema en contra de los intereses de los gobernantes.

-- El fraude electoral, la pérdida de la libertad de expresión, etcétera; todo esto es conocido por todos.

--En democracia, los incrédulos malvados y los apóstatas ejercen el derecho de burlarse del Islam y de los musulmanes, mientras que a los musulmanes no se les deja la libertad de expresar lo que los principios fundamentales del Islam exigen de los musulmanes. (Sin duda, el Estado Islámico vive en otro mundo diferente del que estamos)

--En nombre de la democracia, se promueven en la sociedad vicios, como la lascivia, la promiscuidad, la obscenidad, la blasfemia de los valores islámicos, etcétera. Se alienta a los promotores de la embriaguez y la desnudez, mientras que se resiste a los que ordenan el bien y prohíben el mal. La corrupción moral y la frustración han llegado al umbral y la lista sigue creciendo.

Y la publicación, editada por una de las facciones más peligrosas del estado Islámico, el ISPK, que opera en Afganistán y Pakistán, aunque sus planes criminales se extienden a occidente, donde ya han sido detectadas varias de sus células, dedica una especial atención a los talibanes, a los que considera unos traidores a la causa del Islam.

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