Los mensajes feministas y lecciones de empoderamiento que nos ha dado Meghan Markle

Desde el día de su boda Meghan Markle ha marcado un antes y un después en la Casa Real Británica. Y ahora lo vuelve a hacer. La insólita decisión de los Duques de Sussex: renuncian a obligaciones reales para volcarse en sus propios proyectos. Harry y Meghan han insistido en que ha sido el respaldo de la gente, entre otras cosas, lo que les ha ayudado a tomar esta decisión, que les ha traído muchas conversaciones complicadas en los últimos meses. Sin embargo, consideran que será la mejor opción para ellos y su familia, además de que así podrán educar a su hijo para vivir una vida completa que incluya tanto la parte de la responsabilidad a la realeza como la rutina fuera de ella. El príncipe Harry vive atormentado y no quiere que su esposa acabe como su madre. Vive marcado por el trágico final de Diana de Gales y lleva meses defendiendo a su mujer de los ataques de la prensa más sensacionalista.

Ante una gran expectación, el príncipe Harry y Meghan Markle se mostraron distendidos y sonrientes en el primer acto del año de su agenda institucional después de meses apartado y antes de anunciar su retira que no ha sentado bien a la Reina según un comunicado posterior. Sin embargo, antes, la Duquesa hizo una visita secreta a una de las entidades en las que está más implicada: Hubb Community Kitchen, una comunidad de mujeres, que a través de la comida que preparan reúnen y ayudan a su familia, amigos y vecinos afectados por el incendio de la Torre Grenfell, con la intención de superar lo ocurrido. Desde 2018, la implicación de Meghan con estas mujeres es tal que ha seguido haciendo visitas privadas a este comedor y alguna que otra pública como la que realizó en noviembre de 2018, embarazada de Archie, para ver cómo iba la recaudación de fondos con la venta del libro.

Meghan ha pisado fuerte desde el primer día, ha dado lecciones de empoderamiento femenino y ha lanzado mensajes feministas más allá de las tradiciones más arcaicas de la Casa Real Británica. Ella quiere tener su propia voz, ayudar a los demás y educar a su hijo como la educaron a ello. Algo que no ha gustado a los más conservadores y ha hecho que le hagan la vida imposible, hasta que el matrimonio ha decidido dar un paso al lado.

Desde el día de su boda Meghan Markle nos ha enamorado con su personalidad y su algo diferente. Desde niña, Meghan ha sido una ferviente feminista. Cree en la igual entre los géneros y hará de esto su lucha a partir de ahora. Perdimos una actriz, ganemos una activista. En 2015 en un foro feminista de la ONU pronunció un contundente mensaje en el que dejaba claro el siguiente mensaje: “Estoy orgullosa de ser una mujer y estoy orgullosa de ser feminista”. Desde entonces, lo ha convertido en su bandera.

En su boda, inspiró a millones de mujeres con el gesto de andar hacia el altar sola. Una mujer independiente que caminaba con paso firme a encontrarse con su compañero de vida sin necesitar ningún hombre al lado. Algo que, con el tiempo, se ha eliminado de los votos es la parte en la que se decía que la mujer debía “obedecer” al marido. Desde la época de Diana de Gales no se usa la expresión. Kate Middleton no la dijo, y, mucho menos, la iba a decir la reivindicativa Meghan.

Y como era de esperar, en la presentación de su hijo, la duquesa que más veces se ha saltado el protocolo real británico, también lo hizo. Al contrario que Kate Middleton o Letizia Ortiz, la Duquesa de Sussex no fue quien llevó al niño en brazos, sino que fue el Príncipe Harry el encargado de sostener al bebé ante las cámaras. Pero en este caso y viniendo de Meghan Markle, lo que nos estaba es lanzando un mensaje claro: el padre del niño se va a encargar del cuidado del bebé tanto o más que su madre. Además Meghan escogió un vestido camisero que marcaba su tripita de acabar de dar a luz, en un mensaje de empoderamiento femenino que no quería ocultar su barriga ni tenía intención de disimularla.

“Cuando una mujer tiene poder cambia absolutamente todo en la comunidad, y el punto clave para ello es crear el ambiente educativo necesario”. Es uno de los últimos mensaje que nos ha dejado Meghan Markle en la Universidad de Johannesburgo, adonde acudió para participar en una mesa redonda sobre los desafíos a los que se enfrentan las jóvenes africanas para acceder a la educación superior.

Durante la cumbre anual de la ONG One Young el pasado octubre, Meghan sorprendió al mundo al apenas contener las lágrimas cuando le preguntaron cómo se encontraba y, además, no dudó en desvelar que las críticas constantes de las que estaba siendo objeto como mujer, como madre, como esposa y como parte de la Corona Británica les estaban sobrepasando. Consciente de que las miradas volverían a posarse sobre ella, la madre de Archie apostó por un vestido que ya lució durante su embarazo y cuyo color se asocia directamente con el feminismo: el morado. ¡Bravo Meghan y gracias!