Don Juan Carlos

Carlos Falcó ajusta cuentas con el pasado

El marqués de Griñón ha decidido, con la ayuda de su pareja, Esther Doña, escribir sus memorias, que Planeta tiene previsto publicar las próximas Navidades.

Carlos Falcó y Esther Doña se conocieron en una cata de vinos en 2015. Desde entonces, son inseparables
Carlos Falcó y Esther Doña se conocieron en una cata de vinos en 2015. Desde entonces, son inseparableslarazon

El marqués de Griñón ha decidido, con la ayuda de su pareja, Esther Doña, escribir sus memorias, que Planeta tiene previsto publicar las próximas Navidades.

Carlos Falcó Fernández de Córdova, marqués de Griñón, ha decidido recopilar su vida y la de su linaje para dejar las cosas claras y por escrito. En el libro, cuya publicación está prevista para Navidades, hará un repaso por sus antepasados más destacados en los seiscientos años de historia, de los que puede dar testimonio gracias a los documentos que toda familia que sabe que pasará a la historia se encarga de guardar y legar a las generaciones futuras. Como me decía el marqués recientemente: «Hemos heredado la cultura del que le dejan una encina milenaria pero no es suya, sólo la cuida para pasarla a la siguiente generación».

En esa tarea de ajustar cuentas con su pasado le ayuda su actual mujer, Esther Doña, que no es marquesa de Griñón consorte porque la Diputación de la Grandeza no tiene claro aún la figura jurídica de las parejas de hecho. Se hicieron novios escribiéndose por Whatsapp y continúan su romance escribiendo juntos. Llevan meses casi enclaustrados entre la finca toledana de Malpica y el palacio de El Rincón, rodeados de legajos, libros y documentos intentado recopilar la historia de los Fernández de Córdova desde sus inicios, allá por el siglo XV, hasta la actualidad. Es evidente que, tratándose de una biografía familiar, las cuatro mujeres del marqués tendrán su espacio en el libro.

La rutina que siguen es la tradicional según ellos: el marqués graba en una cinta y Esther Doña lo transcribe. «Es un trabajo tremendo, pero ella lo está haciendo estupendamente. Nos han felicitado por lo bien que lo hace», asegura el aristócrata. Ella tiene más habilidad con el ordenador, no en vano es de la generación digital, y a él le resulta más cómodo grabar cintas de audio según va recordando hitos familiares. Doña es la que se encarga con paciencia de pasarlos al ordenador y ajustarlos correctamente.

Primer verano juntos

Por cierto, menos mal que Falcó no los escribe a lápiz y en cuadernos, como hacía Camilo José Cela para que Marina Castaño, con toda la paciencia del mundo e incluso una lupa, descifrara algunos «garabatos» del Nobel. Falcó y Doña se ríen y matizan que «también es mucho trabajo el de Esther». Aun teniendo fecha de entrega del manuscrito para finales de junio, decidieron aparcar el relato biográfico unos meses para disfrutar del verano. La necesidad de gozar de su primer estío juntos les pudo más. En septiembre han retomado el trabajo con énfasis.

Curiosamente, Isabel Preysler, ex marquesa de Griñón consorte, también le sirve a Mario Vargas Llosa de apoyo, ya que tiene el privilegio de leer sus manuscritos e, incluso, de opinar. Las dos parejas tienen mucho en común, no sólo porque son de la misma quinta y escriben, sino porque ellas coinciden en el mismo estilo de vestir y en lo dulce de su forma de hablar. No es la primera experiencia editorial de Falcó, que ya ha publicado varios títulos, aunque siempre relacionados con su actividad profesional. Sí es la primera vez que se decide a escribir sobre él mismo y su familia. Después de haber recibido a lo largo de su vida propuestas de distintas editoriales para redactar sus memorias, ahora es cuando se ha decidido a relatarlas con la ayuda de su cuarta mujer. Para Doña será su primer libro. Aunque sólo tenga función de transcriptora, seguro que le está dando ideas y él, dado lo caballeroso que es, seguro que se lo dedica a Doña y a sus hijos. Con sus tres esposas anteriores tuvo otros tantos hijos; con Esther Doña concebirá un libro. La editorial Planeta ha sido la elegida: «La directora nos llama con frecuencia porque teníamos que haber entregado el manuscrito hace meses y aún nos queda un 25 por ciento», se disculpa Falcó, que entiende las prisas, aunque ellos vayan a su ritmo.

Romances históricos

El marqués de Griñón es un hombre culto que compartió lugar de nacimiento, el palacio de las Dueñas, en Sevilla, con el poeta Antonio Machado. Tuvo una educación exquisita, es amante de la belleza, de la conversación fluida trufada con datos históricos, posee buena memoria y le apasiona su historia familiar, en particular, y la de España, en general. Los Fernández de Córdova han participado activamente en los últimos cinco siglos en el devenir de nuestro país y se han vinculado con todas las ramas familiares que han tenido influencia y poder. En Navidades será el momento en el que su descendiente más mediático aclare a la Historia si en verdad hubo un romance entre el iniciador de su linaje, el Gran Capitán, e Isabel I de Castilla. Una regia relación que sus descendientes han continuado hasta nuestros días. Falcó es uno de los amigos con los que Don Juan Carlos ha compartido experiencias desde la infancia, y a buen seguro que en su biografía sorprende con anécdotas de esa amistad.

El marqués de Griñón y su hermano, el marqués de Cubas, estudiaron con el Rey Emérito e incluso ayudaron al sostenimiento de la Familia Real en el exilio. «El Rey no debe tener nunca amigos. Procuro estar ahí con él, como hacían mis padres en la época dura del exilio en Estoril, de donde tengo recuerdos desde los seis años, cuando íbamos a pasar los veranos», sentencia Falcó. Los hermanos han seguido en estrecho contacto con Don Juan Carlos, que incluso ha conseguido varios trofeos de caza importantes por tierras de Monfragüe de Fernando Falcó. El aceite que consumen los Reyes Eméritos en La Zarzuela sale, además, de las almazaras toledanas del aristócrata. Los nuevos lagares de la finca toledana de Malpica fueron inaugurados por el Rey Felipe cuando era Príncipe de Asturias, quien no tuvo inconveniente en remangarse los pantalones y pisar uvas junto al resto de los invitados. A Doña Letizia tampoco le resultan extrañas esas tierras, que ha vistado en más de una ocasión. Todo, o casi todo, saldrá en el libro.