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Un psicólogo independentista impide la denuncia a Lluís Llach

Llach, izq y Lluís Grande Sánchez
Llach, izq y Lluís Grande Sánchezlarazon

Lluís Grande, primo del cantautor, manifestó a este diario su intención de escribir una obra sobre su familia y su convivencia con Llach durante años. Ahora se encontraba preparando una denuncia que ha sido frenada.

«La reclamación judicial en relación a los años de convivencia con mi primo Lluís Llach y las secuelas que sufro como consecuencia del trato recibido, y que tenía previsto presentar esta misma semana, no podrá ser posible de momento. El perito psicólogo que había emitido el informe pericial que relacionaba dichas secuelas con esos años de convivencia me hizo saber el pasado lunes que no pensaba ratificar judicialmente el informe, que pagué religiosamente, porque consideraba que formular ahora dicha reclamación judicial era un ataque al proceso soberanista, a la voluntad de Catalunya». Así comienza Lluís Grande Sánchez, primo del cantautor, la carta que remitió ayer a este periódico. LA RAZÓN publicó una entrevista con Grande, que afirmó su intención de plasmar en un libro una biografía sobre sus antepasados y sus años de convivencia con Lluís Llach desde 1973 hasta 1981 aproximadamente. En dicha obra, que llevaría por título «Yo sólo quería la independencia de mi cuerpo», Grande relataría sus años junto al músico que, según afirma, le han costado una serie de secuelas psicológicas. Éstas constan en un informe al que ha tenido acceso este diario. Pero como relata en su carta, el psicólogo se ha echado atrás: Llach es cabeza de lista de Juntos por el Sí por Gerona.

«Él no estaba dispuesto a participar de ello en este momento, tras las elecciones al Parlament y el resultado de éstas. Me amenazó con que, si publicaba algo de él –mi psicólogo–, me demandaría. También me dijo que si al final demando a Llach yo podría no ganar el procedimiento y tendría que hacer frente a las costas judiciales. Me recordó que carezco de recursos y que Llach sí que los dispone». Grande recuerda que «para poder seguir, necesitaría nuevos peritajes con profesionales que no estén contaminados por el proceso soberanista. Para ello necesito volver a hacer frente a unas costas económicas que ya hice. Y hoy no dispongo de dicho dinero. Lamentablemente, la Justicia ampara más a los poderosos que a los humildes. Mi psicólogo me acusa de haber arrancado un buen puñado de votos a Convergència con mis declaraciones. Y mi estado es el que es: no estoy dispuesto a que un ‘‘profesional’’ politice cómo me siento. Soy un ser humano que no quiere verse envuelto en unos intereses políticos». Grande también rectifica unas afirmaciones suyas sobre el referéndum del 9-N de 2014 en ReUs y sobre la falta de privacidad al votar: «Las papeletas para escribir el ‘‘sí’’ o el ‘‘no’’ estaban en una mesa con bolígrafos. Cuando llegaba gente mayor y minusválida, sin movilidad, para escribir su voto, no tenían intimidad, porque esa mesa estaba llena de espectadores». Al final, tiene un recuerdo para su primo, que publicó un «tuit» en el que decía que todo eran «miserias». «Sólo decirle a Lluís: tienes razón, sólo es miseria, pero ‘‘la miseria esdevingué poeta” – «la miseria se ha convertido en poeta».

Ocho años de convivencia

Lluís Grande lo recuerda todo: datos, fechas... Y quiere plasmarlo de la forma más fiel posible. Por eso, cuenta con un breve borrador de lo que sería su obra, «Yo sólo quería la independencia de mi cuerpo», que contaría con tres partes. La titulada «Los ancestros» narrará la relación entre su padre y María Grande, madre de Lluís Llach. La segunda, titulada como la obra, narra sus años con Llach. Y la tercera llevará por nombre «Los mitos también caen». En esa segunda parte, Grande relata cómo, siendo un adolescente, conoció a Llach en uno de sus conciertos cuando ya era toda una estrella. Compartió techo con él, se convirtió en su «chico para todo» y se rodeó de todas las amistades del músico en la Barcelona de la década de los setenta. Es cierto: durante aquellos ocho años nunca le faltó de nada desde el punto de vista económico, pero, según afirma décadas después, el precio que ha tenido que pagar no le ha compensado en absoluto, y aún arrastra las secuelas. De momento, Grande está trabajando en un borrador, listando los principales hechos de los que fue protagonista. Y espera que alguna editorial refleje la narración de unas vivencias que, sin duda, podrían causar un gran revuelo.