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J. García Carrión y Don Simón: Unidas y comprometidas con el medio ambiente

J. García Carrión y Don Simón: Unidas y comprometidas con el medio ambiente
J. García Carrión y Don Simón: Unidas y comprometidas con el medio ambientelarazon

Tradicionalmente, las grandes empresas han estado reñidas con la preservación del medio ambiente y muchas de ellas no han logrado concienciarse de la importancia de respetar nuestro planeta hasta hace muy poco tiempo. Por fortuna, cada vez son más las entidades que realizan sus actividades basadas en una política empresarial sostenible y preocupada por la contaminación.

Una empresa comprometida con el medio ambiente

Tradicionalmente, las grandes empresas han estado reñidas con la preservación del medio ambiente y muchas de ellas no han logrado concienciarse de la importancia de respetar nuestro planeta hasta hace muy poco tiempo. Por fortuna, cada vez son más las entidades que realizan sus actividades basadas en una política empresarial sostenible y preocupada por la contaminación.

Una de las empresas que más esfuerzos ha dedicado en los últimos años al cuidado de nuestra biosfera es Don Simón, la compañía española líder en zumos. Su planta de Huelva se ha convertido en una de las más pioneras y tecnológicas de todo el mundo. Su alto nivel de tecnificación le ha permitido cumplir el objetivo preestablecido de los tres ceros: cero residuos, cero emisiones contaminantes y cero consumo neto de agua.

La enorme cantidad de residuo que genera una fábrica como la de Huelva, que al día exprime más de dos mil millones de kilos de naranjas, supone un problema para la propia empresa que se ve obligada a gestionar todo ese exceso de desechos. El departamento de investigación de Don Simón descubrió que podía convertir la cáscara de la naranja en productos como pienso animal, aceites esenciales e incluso en perfumes. Por lo tanto, el problema no sólo se resolvió sino que además se descubrió otra oportunidad de negocio.

Para regar las cerca de 1.500 hectáreas que contienen millones de naranjos en los alrededores de la planta haría falta una enorme cantidad de agua. Para hacer frente a este hipotético derroche, los científicos hallaron una nueva técnica que no sólo reutilizaba el 100% del riego, sino que la totalidad del agua reciclada servía también como fertilizante para mejorar la calidad del fruto; además, en todos los procesos de producción.

La fábrica utiliza la biomasa para generar gas metano, el cuál es mucho menos contaminante y permite reducir el 30% del consumo de gas natural, un combustible fósil con mayor impacto medioambiental. El aprovechamiento máximo del producto y las avanzadas técnicas llevadas a cabo ha permitido le ha permitido a la empresa asumir un coste industrial de cada tonelada de zumo es de once euros negativos. Es decir, producir no les cuesta dinero sino que lo ganan.

Por si todo esto no fuera poco, la planta de Huelva ha reservado un total de 250 hectáreas dentro de la finca para la recuperación y preservación de la avutarda, un ave esteparia catalogada en peligro de extinción.

Las otras utilidades de la naranja

En nuestra vida cotidiana cuando nos preparamos un zumo de naranja solemos desechar la cáscara, la cual supone una pequeña parte del total de residuos orgánicos que almacenamos en nuestro cubo de basura. En el caso de la empresa líder en España en zumos, Don Simón, la cantidad de deshecho que genera exprimir 400.000 toneladas de naranjas al año supone un lastre para la compañía.

Cómo ya se ha explicado en el texto, los técnicos de la empresa valoraron entonces dos opciones: deshacerse de 200.000 toneladas de residuo orgánico por año (con el gran coste económico y logístico que conlleva añadiéndole además el fuerte impacto medioambiental que genera) o intentar tratarlo y convertirlo en otros productos.

Tras varios años de investigación, los científicos de Don Simón descubrieron que a partir de la cáscara de la naranja se podía crear pienso alimenticio para rumiantes. Para crearlo, primero debían triturar toda la piel y prensarla para crear un zumo de cáscara de naranja. Después, se procedía a un secado con biomasa hasta alcanzar únicamente un 11% de humedad que contiene el producto final.

Una vez convertida la piel en pienso animal, surgió otro problema que era cómo lograr venderlo y cómo competir contra otros alimentos para animales mejor asentados en el mercado, como por ejemplo el maíz. El equipo de Don Simón descubrió finalmente que el pienso que vendían contenía índices altos de proteínas, que son fundamentales en la dieta de los rumiantes, lo cual produjo un gran interés en los ganadores y permitió una mayor competencia en el mercado.

Otro producto que la planta de Huelva obtiene de la piel de la naranja es el D-Limoneno. Esta sustancia natural, a partir de la cual se fabrican 400 toneladas al año, se puede utilizar como sustituto de algunos derivados del petróleo, por lo que tiene una función básica en la fabricación de disolventes industriales, desengrasantes y detergentes.

De la misma forma se obtienen otras 400 toneladas anuales de aceite esencial de naranja, destinado a la industria alimentaria e incluso a la elaboración de un perfume en homenaje a Fala Carujo, una de las directivas del grupo J. García Carrión. Por si todo esto fuera poco, el equipo científico está trabajando en un proyecto que permita crear las propias botellas y envases de los zumos a partir de la cáscara de naranja. Un proyecto ambicioso que, teniendo en cuenta el éxito de los anteriores, es muy probable que algún día se convierta en realidad.

De la recolección al envasado en menos de 24 horas

La planta de Huelva de Don Simón alberga una extensión de más de 1.500 hectáreas que reúnen millones de naranjos. Para exprimir el zumo en menos de 24 horas, la fábrica ha alcanzado un nivel de tecnificación y vanguardia propia de una compañía, J.García Carrión, que líder en el sector de la bebida dentro y fuera de nuestras fronteras.

En busca de la mayor calidad posible, Don Simón es la única empresa que cultiva naranjas sólo para zumo, a diferencia de otras marcas cuyo néctar es extraído de las frutas que se descartan para el consumo. La empresa, tras años de investigación, ha desarrollado una máquina que recolecta y selecciona únicamente las naranjas que han alcanzado su punto óptimo de maduración.

Rápidamente y para evitar la pérdida de sus propiedades, las naranjas son transportadas a la planta donde inician su proceso de exprimido y envasado. Una vez allí, son lavadas y diversificadas según su tamaño para después ser exprimidas una a una en múltiples exprimidoras.

Estas exprimidoras son capaces de exprimir hasta 500 naranjas por minuto cada una y están especialmente diseñadas para lograr el máximo jugo posible sin que éste entre en contacto con la cáscara. Y lo consiguen realizando un pequeño agujero en el interior de la naranja por donde extraen el zumo y, automáticamente, separan el jugo de la piel. Esta última será transportada a un depósito y será aprovechada para la elaboración de productos como pienso para animales o aceites esenciales destinados a la gastronomía.

Todos sus procesos están libres de la utilización de sustancias fitosanitarias, lo que garantiza un producto final de alta calidad y totalmente ecológico. Una vez exprimido, el zumo es transportado a diversos coladores gigantes para separarlo de su pulpa, y envasado o almacenado inmediatamente en grandes tanques asépticos y refrigerados a cuatro grados para su perfecta conservación.

En la planta de envasado, preparada para doblar la producción, se ha sustituido el sistema de esterilización por una limpieza en seco, un aspecto pionero a nivel mundial que aumenta de manera considerable la eficiencia energética. Después se procede a envasar el zumo en las botellas y envases catalogados por su tamaño y cantidad elegida.

Don Simón es una de las pocas compañías queProduce sus propias botellas de PET 100% reciclablecon la última tecnología disponible. Cuando el envasado ha finalizado, la tecnología robotizada lo empaqueta hasta unas máquinas sin conductor, diseñadas para transportar los envases de manera automática hasta el camión de carga refrigerado.

De la familia al mundo

En esta revolución medioambiental de las empresas de productos agrícolas, es pionero el grupo J. García Carrión. Claro ejemplo de cómo una empresa a familiar es capaz de expandirse por todo el mundo. La tradición agrícola, que ha estado presente en el seno familiar durante cinco generaciones, se remonta al año 1890, cuando el bisabuelo del actual propietario de la entidad, José García-Carrión, creó una pequeña bodega en la localidad murciana de Jumilla, aprovechando el brote de filoxera que dañó los viñedos franceses que por aquel entonces eran los referentes del mercado. Las características propias del clima y del terreno en España ofrecen una oportunidad de oro para aquellos que desean cosechar vino.

Desde entonces, la compañía no ha parado de crecer dentro y fuera de España hasta convertirse en la primera bodega de Europa. J. García Carrión, a diferencia de otras grandes compañías que han sido vendidas al extranjero, sigue estando dirigida por la misma familia española que soñó con convertirse en lo que son hoy en día: la referencia del vino europeo.

Algunas de las señas de identidad de J. García Carrión son la apuesta firme por la agricultura española y los productos naturales, el ofrecimiento de un producto que apuesta por la mejor relación entre la calidad y el precio y un conocimiento de los mercados internacionales que le permite estar presente en más de 155 países.

Los números de la entidad la señalan como una de las empresas más importantes del mundo. La compañía cuenta con la colaboración directa de aproximadamente 40.000 agricultores que extienden sus cosechas a lo largo de más de 155.000 hectáreas. Además de ser la primera bodega de Europa y cuarta del mundo, actualmente está presente en diez denominaciones de origen.

Además, el grupo empresarial está de enhorabuena al haber conseguido en los primeros seis meses del año un total de 154 premios en los concursos internacionales más importantes del mundo del vino. Entre dichos premios sobresalen las cinco medallas, tres de ellas para la marca ‘Pata Negra’, logradas en el Concurso Mundial de Bruselas, uno de los certámenes más célebres en el que un jurado representado por más de 51 nacionalidades reconoce a los mejores vinos.

En el Decanter World Wine Awards 2018, J. García Carrión fue premiada con 17 premios entregados por 60 Masters of Wine y 25 Master Sommeliers que destacaron los vinos de Rioja y de Ribera de Duero de la compañía.