Festivales de Música

Ecofestivales: del Rototom Sunsplash al Gigante

Mariano Bueno Bosch, experto agricultor y ecologista
Mariano Bueno Bosch, experto agricultor y ecologistalarazon

El festival Rototom Sunsplash celebra este mes de agosto su vigesimoquinta edición, lo que lo convierte en una de las citas musicales de este tipo más longevas. Acogerá a 200.000 personas durante una semana, pero hay algo en su diseño y ejecución que lo hace también diferente a los demás: su apuesta por la sostenibilidad en todos los ámbitos.

La cruzada contra el plástico y los residuos en general es una de las estrategias ecológicas más importantes del Rototom Sunplash. En la edición de 2017 se recuperaron selectivamente 30.000 kilos de envases gracias a la instalación de numerosos contenedores y al uso de vasos reutilizables y solidarios. Su fin social proviene de que todo lo que se recaude por ellos, cuestan un euro, se donará este año a la ONG Proactiva Open Arms, una organización no gubernamental de Badalona cuya principal misión es rescatar del mar a los refugiados que llegan a Europa. Los organizadores calculan también que se dejarán de usar 180.000 botellas de plástico gracias a la instalación de numerosos puntos en los que rellenar los vasos con agua. En los diferentes establecimientos, por cierto, el uso del plástico será cero.

«Como la música que protagoniza el festival, el reggae, nosotros siempre actuamos en base a principios de paz, unidad, fraternidad y respeto. Lanzamos mensajes para hacer del mundo un lugar mejor, y para eso es necesario que uno de ellos sea en favor del medio ambiente», destaca Claudio Giust, director de Comunicación.

Además de la gestión de residuos, también sustentan este mensaje con el uso de iluminación LED o de placas solares colocadas sobre sombrillas a lo largo de todo el recinto. El resultado es claro, han reducido el gasto energético, más allá del requerido por los escenarios, en un 84 por ciento. La plantación de cerca de un millar de árboles en la zona de acampada para compensar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el uso de sistemas para reutilizar el agua de las duchas o la organización de charlas son otras de las medidas que hacen de esta cita, que se celebra del 16 al 22 de agosto, la más respetuosa con el medio ambiente de su categoría.

Otro festival que sigue esta misma línea es El Gigante en Guadalajara, que tendrá lugar del 30 de agosto al 1 de septiembre. En el ánimo de los organizadores también está el de sacar adelante una edición que deje rastro en el recuerdo de los asistentes pero no en el planeta. Este año se han aliado con el Ayuntamiento de la ciudad para implantar acciones dirigidas a la reducción de residuos y a la reutilización, lo que desde la administración local describen como «pasar de una economía lineal a otra circular».

La meta es que nada de lo que se use durante los tres días que dura el festival acabe fuera de su contenedor correspondiente y que todo lo que se pueda se procese y almacene para su utilización en 2019. Y hacerlo, además, acompañado por ideas para la sensibilización como una jornada sobre recogida de residuos y un concurso de reciclaje.