Cuidado de la piel
He probado la doble limpieza coreana y este dúo ha cambiado mi piel
Lo hice con dos productos de Yepoda, un bálsamo y una espuma limpiadora que han cambiado mi forma de entender la limpieza facial
La rutina coreana de cuidado facial siempre me había llamado la atención pero no fue hasta que probé la doble limpieza de Yepoda cuando entendí que me estaba perdiendo un paso realmente efectivo para mi piel. Lo he estado utilizando cada noche durante más de un mes y ahora noto mi piel más suave, con un brillo saludable aunque no me maquille y sin esos granitos que me solían aparecer.
Descubrirlo ha cambiado mi forma de entender la limpieza facial y me ha demostrado que dedicar unos minutos extra antes de dormir merece la pena.
Por qué la doble limpieza marca la diferencia
Durante años me desmaquillé con toallitas o con agua micelar, pensando que era suficiente. Son opciones rápidas y prácticas pero en mi caso sentía que no dejaban la piel tan limpia como necesitaba. Con el tiempo también noté que, si no aclaraba bien el agua micelar, me quedaba cierta sensación de residuo. Y al frotar con algodón la zona de los ojos, las pestañas se resentían y la piel se volvía más delicada.
La doble limpieza coreana ha sido la alternativa que mejor me ha funcionado porque divide la limpieza en dos pasos: uno inicial que disuelve el maquillaje y los restos más persistentes, y otro que remata con una limpieza acuosa más profunda. Así siento la piel realmente limpia y preparada para mi rutina nocturna.
Primer paso: The Calm Balm
El primer gesto de la rutina es este bálsamo a base de aceite de oliva y coco. Viene en formato sólido, pero al calentarlo entre las manos se funde y se transforma en una textura oleosa muy agradable de trabajar. Se aplica con movimientos circulares por todo el rostro, incluso en el contorno de ojos, y derrite el maquillaje al instante. Después basta añadir un poco de agua para emulsionarlo y retirarlo con un paño húmedo.
Segundo paso: The Bubble Double
Después toca la espuma limpiadora, que viene en formato líquido y al presionar el dispensador se transforma en una espuma ligera. Con una pequeña cantidad es suficiente para extenderla por el rostro y aclarar con agua tibia.
Su fórmula con ácido salicílico y extracto de granada ayuda a limpiar los poros en profundidad sin irritarla barrera de la piel. La sensación es de frescor inmediato y, en mi caso, lo más evidente fue que a partir de la primera semana empecé a notar menos granitos y la piel con mejor aspecto.
Después de un mes utilizando este dúo cada noche, tengo claro que la manera en la que limpias tu piel marca toda la diferencia. No solo porque elimina el maquillaje o las impurezas, sino porque deja la piel más receptiva y con un aspecto mucho más saludable. En mi caso, el cambio ha sido tan evidente que ya no concibo mi rutina sin estos dos pasos.