
Maquillaje
El truco de mezclar máscara de pestañas negra y marrón: el combo que necesitas para una mirada de impacto
La clave para una mirada más natural y rejuvenecida no está en un solo producto, sino en la combinación de dos: la máscara de pestañas negra y la marrón, una alianza que realza sin recargar

Hay un gesto, casi un secreto a voces entre los maquilladores, que está saltando de los camerinos a la calle. Consiste en algo tan sencillo como aplicar máscara de pestañas negra en las superiores y reservar el tono marrón para las inferiores. Con esta técnica se consigue abrir la mirada de forma notable sin la dureza que a veces puede proyectar un maquillaje monocromático, especialmente bajo la luz del día. Es un cambio sutil, pero de gran efecto.
Asimismo, existe una segunda variante para quienes buscan un efecto más dramático pero igualmente sofisticado. Esta alternativa pasa por aplicar una base de rímel marrón en toda la pestaña, desde la raíz, para luego añadir un toque de negro en las puntas. El resultado es un alargamiento visual y una mayor intensidad en el color, pero sin perder la suavidad que aporta la base más clara.
En el fondo, ambas estrategias responden a una misma idea: romper con el dominio absoluto del rímel negro. La combinación de ambos tonos busca un acabado más pulido y armónico, una tendencia que destacan desde la revista Glamour como una forma de lograr un equilibrio entre definición y naturalidad. El pigmento marrón, por sus cualidades, suaviza la mirada y aporta una dimensión diferente. Esta búsqueda de un acabado más orgánico y chic se refleja en otras corrientes de belleza, como la popular tendencia de los "labios mordidos", que también apuesta por la naturalidad frente a looks más recargados.
La técnica que redefine el uso de la máscara de pestañas
De hecho, el reinado de la máscara de pestañas negra, un básico indiscutible durante décadas, se está viendo matizado por una razón de peso. El problema del negro puro es que, en ocasiones, puede endurecer en exceso la expresión. El marrón, en cambio, define sin la misma contundencia, ofreciendo un acabado mucho más favorecedor que incluso puede tener un sutil efecto rejuvenecedor en el conjunto del rostro.
Por otro lado, esta superposición de productos parece ofrecer una ventaja añadida y muy práctica. La aplicación de varias capas ayuda a fijar mejor el maquillaje en las pestañas, aumentando considerablemente su durabilidad a lo largo del día. Este beneficio permite que el resultado se mantenga intacto durante más horas sin necesidad de retoques constantes, un punto a favor que se suma a sus virtudes estéticas.
En definitiva, esta tendencia demuestra que el maquillaje no siempre se rige por normas inamovibles. La clave está en la versatilidad y en la capacidad de adaptar las herramientas clásicas para obtener nuevos resultados. Se trata de una solución sencilla para quienes buscan potenciar la mirada de forma armónica, confirmando que en los pequeños detalles a menudo se encuentran los grandes aciertos.
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