Política

Cádiz

Juan Carlos Aragón, el gamberro que rompió en poeta, muere a los 51 años

Un cáncer termina con la vida del laureado autor del Carnaval de Cádiz

El fallecido autor, el día de la presentación de uno de sus libros / Foto: La Razón
El fallecido autor, el día de la presentación de uno de sus libros / Foto: La Razónlarazon

Un cáncer termina con la vida del laureado autor del Carnaval de Cádiz

Juan Carlos Aragón Becerra (Cádiz, 1967) se definió en cierta ocasión como «un autor profesional de Carnaval que da clases de Filosofía en sus ratos libres». Ambas disciplinas, desde luego, fueron las pasiones que guiaron su vida aunque dejó, evidentemente, más huella con sus coplas que con las lecciones que impartió en varios institutos de su ciudad natal, a la que supo amar como nadie sin dejar jamás de señalar sus defectos ni de dolerse por sus miserias. Ayer, después de una semana hospitalizado a causa de un cáncer, falleció quien vivió con la intensidad que anunciaba el epitafio que se escribió en 1999, el año de su consagración con la chirigota Los Yesterday: «Vida tengo na' más que una, yo no creo en el paraíso». Deja viuda y un bebé de dos meses.

Juan Carlos Aragón, que en juveniles flirteó con la modalidad de coros, irrumpió en el Falla mediados los noventa con una parodia de esta modalidad, «Qué peasso coro», la chirigota en la que comunicó al mundo que tenía el nabo como la (ya derruida) torre de Preferencia. Sus estribillos empezaron a sonar en todas las reuniones con «Los tintos de verano», su primer gran éxito. Ya era una referencia cuando sacó «Kadi City», una versión caletera del western Wyatt Earp, y «Las ruinas romanas de Cádiz», su particular interpretación del cine péplum. Con ambas cosechó escandalosos cajonazos recetados por un jurado que no valoraba aún su humor corrosivo e irreverente. Con «Los guiris», alcanzó su primera final y se consagró con «Los Yesterday», primer premio en 1999 gracias a un repertorio inolvidable en el que ya apuntaba la profundidad que alcanzarían sus letras como comparsista.

En la primera década del siglo XXI, Aragón abandonó la modalidad reina para dedicarse a la comparsa, un género menor pero más lucrativo y popular que lo convirtió en un ídolo de masas. En 2019, como si previera su final, volvió a su primer amor con «Er Chele Vara», ya que «no concibo el Carnaval sin la chirigota gamberra». Ni él ni nadie...