Andalucía

La Junta se queda sola por el golpe de mano en el Consultivo

Crítica cerrada de todos los partidos, que denuncian «sectarismo» y falta de diálogo

El vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, ayer en la Cámara autonómica
El vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, ayer en la Cámara autonómicalarazon

El vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, compareció ayer en el Parlamento para explicar la renovación unilateral del Consejo Consultivo acordada el pasado 16 de enero. Como es conocido, el Ejecutivo andaluz rompió el pacto tácito existente desde hace 25 años según el cual un acuerdo previo entre los partidos precedía a los nombramientos por parte del Consejo de Gobierno para asegurar la pluralidad parlamentaria. El asunto es espinoso. Ha levantado las críticas de todos los partidos de la oposición. Quizá por este motivo no fuera casual que la intervención de Jiménez Barrios se reservara para el último punto de la sesión vespertina. La nocturnidad en este caso no es metafórica. Ya estaba entrada la noche cuando el vicepresidente de la Junta cogió el camino de la tribuna.

El «número dos» del Ejecutivo se quedó sin argumentos sólidos para defender la postura de la Junta. Apeló a una configuración de miembros de perfil técnico y con una larga trayectoria en el mundo del derecho. Sin embargo, se da la circunstancia de que la ex consejera Mar Moreno, por ejemplo, que acaba de entrar en el órgano, apenas ha ejercido durante siete años y no ha desarrollado carrera académica universitaria a diferencia de otros órganos.

El coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, no dejó pasar la oportunidad de incidir en la contradicción. «De los seis miembros con dedicación exclusiva, tres son marca PSOE con carnet, más del partido que el que lo creó», dijo aludiendo a las ex consejeras Mar Moreno y Begoña Álvarez. «El mérito de Mar Moreno en derecho ha sido ser asesora jurídica en su pueblo». «Se ha roto una línea roja, una más», deslizó el líder de IULV-CA apelando a la actitud «sectaria» de la Junta. Todos los partidos fueron muy críticos. Incluso los socios de investidura de Ciudadanos que discreparon abiertamente con unas formas poco democráticas. «Renunciar al diálogo no es positivo para nadie», apostilló Julio Díaz. Por su parte, la diputada de Podemos Esperanza Gómez aseguró que hechos como la renovación del Consultivo le hacen «avergonzarse» de «haber sido simpatizante del PSOE».

Por su parte, el Partido Popular propondrá a través de una proposición de ley una reforma normativa para que los nombramientos tengan obligatoriamente que pasar por la Cámara autonómica como ocurre en otras comunidades. Así lo expuso en una comparecencia por la mañana la portavoz del grupo del PP-A, Carmen Crespo, quien detalló que Andalucía es la única región en la que no hay ningún tipo de consenso parlamentario. La dirigente del PP-A se refirió a la información publicada por LA RAZÓN ayer, según la cual los cuatro nuevos consejeros –el Consultivo lo componen siete contando al presidente– ventilaron un total de once dictámenes en el primer pleno en el que participaron cuando sólo tuvieron 24 horas para estudiarlos.

Los miembros del Consultivo tomaron posesión el día 23 de enero en un acto en el Palacio de San Telmo al que acudió Susana Díaz y el 24 ya asistieron a Granada al primer pleno. Cada expediente suele ir acompañado de una documentación voluminosa, de ahí que lo normal es que los consejeros tengan 15 días –el lapso entre cada pleno– para estudiarlos. En este sentido, Carmen Crespo aseguró que «ahora le sienta muy bien el traje del Consultivo a Susana Díaz. El diseño, el corte y la costura. La información conocida avala que está hecho a su medida». En este sentido, reprochó a la presidenta de la Junta que no quiera «ningún órgano discrepante» y que se «cargue la democracia y la pluralidad política». «Ni siquiera Chaves y Griñán con mayoría absoluta habían hecho un ataque tal a la democracia en Andalucía», deslizó Crespo, quien también apeló al hecho de que el consejero de este órgano, Juan Cano Bueso, en el cargo desde el año 2002, no tenga limitación de mandatos, a diferencia de lo que ocurre con el resto de miembros que como máximo pueden permanecer durante dos periodos de cinco años. Así ocurre también en otros órganos de extracción parlamentaria como el Consejo Audiovisual. En la sesión de la tarde noche, Carmen Crespo habló de «involución de la democracia. Se han quedado con la careta quitada».