Elecciones andaluzas

La “vendetta” de Susana Díaz

Susana Díaz, junto al presidente del Consejo Consultivo, Juan Cano
Susana Díaz, junto al presidente del Consejo Consultivo, Juan Canolarazon

La presidenta de la Junta ha consumado esta semana su giro más absolutista con la renovación «manu militari» del Consejo Consultivo de Andalucía. Susana Díaz ha roto la norma no escrita de nombrar a los miembros de esta institución previo acuerdo de las fuerzas políticas para respetar la representatividad del Parlamento. A partir de ahora en el Consejo Consultivo no hay cuotas, ni rojos ni azules. Todos le deben el puesto al PSOE, el partido que sustenta la Junta. En el Partido Popular no tienen duda de que la reacción de Díaz se debe a una «vendetta» por haberla propuesto para que declare en la pieza política de los ERE. Ciertamente esta citación ha molestado sobremanera a la presidenta. Así lo reconocen en su entorno. Las relaciones entre el Partido Popular y el Partido Socialista hace mucho que no son fluidas. Sin embargo, después de mencionar el nombre de Díaz en los ERE el canal de comunicación se quebró por completo. Y quebrado sigue.

La reacción ha sido visceral. Tiene el propósito de avisar a navegantes –el Partido Popular– y dejar una marca de autoría. No es casualidad que una de las personas a las que nombra la Junta en el Consejo Consultivo sea la ex consejera y ex presidenta del Parlamento Mar Moreno, a quien el PP cita también a declarar como testigo en la pieza política de los ERE en la que están encausados los ex presidentes Chaves y Griñán, un petición que respalda la Fiscalía. Mar Moreno estuvo imputada en este caso de corrupción hasta que la desimputó el Tribunal Supremo y fue además la persona que puso la cara en uno de los momentos más incómodos: la explosión de la causa en los primeros meses de 2011, con la cascada de irregularidades y de intrusos en expedientes de regulación de empleo, le cogió de lleno en San Telmo como portavoz del Ejecutivo.

El Consejo Consultivo se ha tenido de hecho que pronunciar sobre la legalidad de ayudas concedidas con cargo al denominado «fondo de reptiles». Este órgano no tiene poder vinculante pero su función es clave en muchos casos. El Consultivo ha emitido su opinión sobre la limitación de mandatos que pedían el Partido Popular y Ciudadanos, el recurso en el Tribunal Supremo contra la Lomce o los sucesivos controles de legalidad de los presupuestos autonómicos. Respecto al de 2018, este órgano afeó precisamente a la Junta que le presentara un texto mutilado, sin una sola cifra y que tratara de reformar el impuesto de Sucesiones por la puerta de atrás. El ponente del dictamen fue un consejero a propuesta del PP.

Ahora la Junta se ahorrará sobresaltos de este tipo. Con un presidente del órgano que forma parte del «establishment» socialista y quiere jubilarse en la institución –Juan Cano Bueso–, con un ex presidente de la Junta –Rafael Escuredo– y dos ex consejeras del PSOE –Begoña Álvarez y Mar Moreno–, la situación cambiará. Cambiará a mejor para el Gobierno andaluz, y a peor si lo medimos por su imparcialidad y utilidad. El Consejo Consultivo se ha convertido en un apéndice político más de la Junta donde recolocar cargos y pagar antiguos favores y canonjías. Susana Díaz ha ofrecido esta semana su versión más despótica desde que llegó al Palacio de San telmo un mes de septiembre del 2013.