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Manuel Chaves Nogales (1): Un acto de justicia

Son cada vez más los títulos que han apostado, y lo siguen haciendo, por dar a conocer a los lectores la obra de este gran periodista

El periodista Manuel Chaves Nogales
El periodista Manuel Chaves Nogaleslarazon

Son cada vez más los títulos que han apostado, y lo siguen haciendo, por dar a conocer a los lectores la obra de este gran periodista

Mañana es el 75 aniversario de la muerte de Manuel Chaves Nogales, un brillante periodista andaluz fallecido en el Reino Unido que durante cinco décadas estuvo completamente olvidado. La catedrática de Lengua castellana y Literatura María Isabel Cintas Guillén es quien más ha contribuido a su reivindicación y a recuperar su importante figura para el periodismo y las letras. En 1990 comenzó a investigar sobre él para su Tesis Doctoral y a lo largo de dos décadas siguió, en una tarea nada fácil, sus huellas para concluir en un trabajo académico que, posteriormente, pudo editar en forma de libro, galardonado con el Premio Antonio Domínguez Ortiz de biografías y editado por la Fundación José Manuel Lara. Su más que riguroso trabajo aporta mucha luz a la figura de este periodista que viajó por gran parte de Europa, el norte de África y diversos territorios de la Unión Soviética para elaborar magistrales reportajes de actualidad. La autora confiesa en las páginas finales de la biografía su lógica desazón cuando rememora la dificultad de seguir su huella y la frustración vivida cuando conseguía alguna pista pero ya era demasiado tarde: «cuando llegué hasta su secretaria (...) ella acababa de morir. Su marido padecía alzheimer y su hijo, desgraciadamente, no podía ayudarme». Prueba de esta dificultad es el hecho de que ni siquiera la familia sabía donde estaba enterrado. Chaves murió en Londres, lejos de sus seres queridos, y no fue hasta un tiempo después, cuando la primera mujer de su hijo Pablo dio con la sepultura después de recorrer varios cementerios.

Casi en paralelo a la investigación de Cintas Guillén, el escritor Andrés Trapiello recopilaba en «Las armas y las letras: literatura y Guerra Civil» las semblanzas de escritores, muchos de ellos desconocidos, durante la contienda fratricida. Uno de los citados, y más reivindicado, era Chaves Nogales, descubierto por Trapiello gracias a su excelente biografía sobre Juan Belmonte, su libro más popular en España durante mucho tiempo.

Una década después de dar los primeros pasos para su Tesis Doctoral, el esfuerzo de Cintas Guillén comenzó a dar sus frutos: la Diputación de Sevilla y el Centro de Estudios Andaluces decidieron publicar su obra periodística en tres volúmenes; como hoy en día están agotados, la Diputación estudia nuevas opciones para dar a conocer sus crónicas, reportajes, entrevistas, críticas y artículos de opinión publicados, en su mayor parte, en los periódicos «Heraldo de Madrid», «Ahora», así como en «El Liberal», de Sevilla, donde comenzó a escribir cuando apenas tenía 18 años.

El interés por Chaves Nogales fue creciendo y en 2013 dos periodistas, Daniel Suberviola y Luis Felipe Torrente se embarcaron en la noble aventura de reivindicarle a través de dos iniciativas complementarias: codirigieron y coprodujeron, con la participación de la productora sevillana La Claqueta el cortometraje documental «El hombre que estaba allí», nominado al Goya en su categoría; para rentabilizar el esfuerzo impulsaron la edición de un libro de idéntico título, que incluye una copia del mismo así como entrevistas a Antonio Muñoz Molina, Jorge Martínez Reverte, Pilar Chaves Jones, hija del periodista, la propia María Isabel Cintas Guillén y Jorge Martínez Reverte, así como un breve texto de Vargas Llosa y un prólogo de Soledad Gallego-Díaz. La edición del libro fue posible gracias a la ayuda del Centro de Estudios Andaluces y a una captación pública de pequeñas aportaciones a la que se sumaron Elvira Lindo, Abelardo Linares, Carlos Alsina, Javier Marías, Rosa Montero y los citados Antonio Muñoz Molina y Andrés Trapiello, entre otros escritores, editores y periodistas, todos ellos firmes convencidos de la causa. Una de las pequeñas joyas que incluye el documental es el fragmento de una filmación en la que sus directores lograron identificar a Manuel Chaves aplaudiendo al recién proclamado presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora; tal vez sea la única imagen en movimiento que se conserve del periodista.

Por fortuna, son cada vez más los títulos editados por editoriales (Almuzara, Libros del Asteroide, Renacimiento y Espuela de Plata), que han apostado, y lo siguen haciendo, por dar a conocer a los lectores la obra de este gran periodista, posibilitando que cada vez sea más citado y reivindicado. Sin ir más lejos, hace poco menos de dos meses, Eduardo Madina, alejado de la vida política, firmaba un amplio artículo en un diario de difusión nacional en el que reivindicaba su aportación y, en relación a las pasadas elecciones generales, apelaba a su espíritu tolerante frente al «zafio enfrentamiento excluyente». Días antes de la publicación de este artículo, en la segunda quincena de febrero, la Universidad de Sevilla, a través del Centro de Iniciativas Culturales, Cicus, junto con la Embajada de España en Londres y el Instituto Cervantes, le dedicaba la exposición «Europa at War. Chaves Nogales. Spanish journalist and exile, 1917-1944», completada con una mesa redonda en la que asistió su nieto Antony Jones y dos reconocidas periodistas culturales andaluzas, Eva Díaz Pérez y Charo Ramos.

A esta iniciativa hay que sumar el reportaje que Informe Semanal emitió el sábado pasado, con motivo de este 75 aniversario de su muerte y que puede verse en internet, en la página de RTVE a la carta. La cultura y la sociedad españolas tienen contraída una deuda moral con todos los citados por haber contribuido a sacar del olvido a este excelente periodista y devolverle la gloria merecida durante las casi tres décadas en las que ejerció, de modo encomiable, su profesión.