Toros

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Padilla

La Razón
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A la vera de la cuna del caballo cartujano y el cante flamenco de La Paquera, floreció el torero más genial de los últimos tiempos, Rafael de Paula. Huérfano del duende torero, en Jerez nació una de las personalidades más arrolladoras de la actualidad: Juan José Padilla. Su temeridad y arrojo ante los toros de Miura sobrecogía a todos los públicos. Tardes en las que su toreo estaba más cerca del «uy» y de la puerta de la enfermería que del «ole» de las puertas grandes. Pero todo cambió aquel octubre del 2011, tras la espeluznante cogida en la Feria del Pilar en Zaragoza. Después de aquella cornada de espejo, «El Ciclón de Jerez» dio al mundo una increíble lección de humildad y de superación. Con el característico parche por la pérdida de un ojo, Padilla se reinventó como torero, logrando dar la cara en todas las grandes ferias. «El Pirata» se mantuvo como ídolo en muchas plazas, especialmente en el Norte, siendo muy querido en Bilbao, Santander o Pamplona. Ahora, cuando se acercan sus bodas de plata como torero, Padilla ha anunciado su retirada tras finalizar la próxima temporada del 2018. Esta noticia ha vuelto a generar una ola de críticas en la redes sociales. «El Ciclón», después de pasear la bandera española del águila, ha vuelto a ser blanco de críticas en Twitter o Facebook, tras una temporada en la que ha quedado líder del escalafón, con 56 corridas toreadas y 95 orejas. Sin embargo, «El Pirata» de Jerez de la Frontera se ha forjado una personalidad más propia de los héroes, tras una admirable superación ante la adversidad. Jerez no sólo fue cuna del vino y del arte. Estaría bien poder encontrar en muchos círculos de la sociedad los valores que nos transmite Padilla: humildad y sacrificio, coraje y valor.