Fernández Mañueco pide a los suyos ambición y abrir las manos para repoblar el medio rural

«Nos tenemos que poner las pilas contra la despoblación, porque si no atraemos empresas y creamos puestos de trabajo en los pueblos nos quedaremos sin gente». Se lo decía Amaranta Ratón, alcaldesa de Faramontanos de Tábara, un municipio zamorano de apenas 350 habitantes que ha perdido más de doscientos en diez años, al presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, durante la Convención del PP de Zamora que se celebraba en el Teatro Ramos Carrión ante más de doscientos afiliados y simpatizantes.

El líder de los populares recogía al guante, y en su intervención pedía a los suyos ser ambiciosos y no conformarse en las políticas para asentar población en nuestros pueblos.

«Tenemos que abrir las manos y favorecer que vengan personas de otros lugares mediante políticas de vivienda, de transporte o apoyando la natalidad», aseguraba el también alcalde de Salamanca, a la vez que apostaba por dar un nuevo impulso a la industria agroalimentaria, «que no se deslocaliza», decía, para crear empleo y permitir el asentamiento de nuevas familias en la Comunidad».

Igualmente, apuntaba que llevar internet de calidad a todos los rincones es fundamental también en esta lucha contra la despoblación, y reprochaba al Gobierno socialista de Pedro Sánchez «que esté levantando las exigencias a las operadoras de telecomunicaciones», lo que, en su opinión, puede retrasar este objetivo de llevar la fibra óptica a toda la Región.

Asimismo, Fernández Mañueco enumeraba las credenciales con las que se presentará el PP a las próximas elecciones autonómicas y municipales de mayo, y que van desde la defensa de la unidad de España, de los jóvenes, la vida, la libertad, la apuesta por la prisión permanente revisable, la reducción progresiva de los impuestos, el apoyo a las víctimas del terrorismo y la garantía de las pensiones de las personas mayores, entre otros puntos. En este sentido, reivindicaba al PP como el partido de la derecha en España, advertía de que está en juego el Estado del Bienestar, y por ello pedía a los suyos trabajar para presentar un proyecto de ilusión y de futuro, que apueste por el crecimiento económico y la creación de empleo.