Castilla y León

Los análisis de sangre abren una nueva puerta a la detección precoz de Párkinson

Enfermos y familias celebran mañana el Día Mundial de esta enfemedad, empeñados en encontrar una cura

Los consejeros Alicia García y Sáez Aguado, en la presentación del Libro Blanco del Párkinson, junto a los presidentes de las asociaciones nacional y regional de esta patología, María Jesús Delgado y Ángel González, respectivamente
Los consejeros Alicia García y Sáez Aguado, en la presentación del Libro Blanco del Párkinson, junto a los presidentes de las asociaciones nacional y regional de esta patología, María Jesús Delgado y Ángel González, respectivamentelarazon

Enfermos y familias celebran mañana el Día Mundial de esta enfemedad, empeñados en encontrar una cura.

Bajo el lema «Empeñados por el Párkinon», afectados y familiares celebran mañana el Día Mundial de esta enfermedad crónica, neurodegenerativa e invalidante, que no tiene cura ni se conocen sus causas, y que en Castilla y León padecen 12.500 personas reconocidas.

Si bien, y como advierte a LA RAZÓN Ángel González Calvo, presidente de la Asociación de Párkinson de la Comunidad, «son muchos más» los que sufren esta patología, pero no se la han diagnosticado. Y es que uno de los problemas de esta enfermedad, que crece al 3 por ciento cada año, que afecta tanto en hombres como mujeres -aunque más a ellas en los últimos tiempos debido a que tienen una mayor esperanza de vida-, y que cada vez ataca en mayor medida a personas jóvenes de unos 40 años, es su tardía detección. De hecho, el también presidente de la Asociación de Párkinson de Ávila señala que en estos momentos el diagnóstico se demora entre dos y tres años.

Y es que la detección precoz es vital para lograr frenar la enfermedad en sus inicios a través de fármacos como la safinamida o la opicapona , y mejorar la calidad de vida de los pacientes, es uno de los retos de este colectivo que, según cuenta González Calvo, no pierde la esperanza de que los investigadores consigan encontrar una cura, pero que tiene claro, también, que ésta se encuentra lejos todavía.

Pese a ello, reconoce que se están dando pasos y que hay informes experimentales que han abierto una nueva puerta a la esperanza. En concreto, se refiere a un estudio publicado hace no mucho en la revista Neurology, de la Academia Americana de Neurología, en el que se revela que un análisis de sangre puede ser suficiente para distinguir entre el párkinson u otro trastorno atípico del parkinsonismo. Según se explica en la investigación, el análisis puede ser tan preciso como una prueba de líquido cefalorraquídeo para determinar los síntomas de una de estas enfermedades. «Es un ensayo, pero bastante preciso para detectar rápidamente el párkinson», apunta González Calvo, mientras reclama la puesta en marcha de protocolos más estrictos y reales de actuación, de acuerdo a la información científica existente, y que se apliquen estos análisis de sangre con seguridad y garantías.

«Si según los ensayos efectuados se detectan seis de cada diez casos de forma más rápida, pues apostemos ya por ello, y con el 40 por ciento restante sigamos investigando», señala . Respecto a la cirugía para tratar el Párkinson, señala que «no es la panacea» porque no se sabe de verdad si la persona quedará bien o mal tras la operación, aunque afirma que puede valer en el final de la enfermedad «cuando ya no hay otra alternativa».

Una enfermedad tabú

El Día Mundial coincide con el bicentenario del diagnóstico de la enfermedad de Párkinson, y en la que los afectados y familiares quieren hacer un hincapié en el conocimiento de esta patología. «Se conoce muy poco sobre el Párkinson en la sociedad que, a su vez, tiene una imagen estereotipada y distorsionada de ella, lo que dificulta tanto a los enfermos como a los familiares poder convivir con la patología», señala González Calvo, mientras advierte, también, de que aún hoy, en pleno siglo XXI, sigue existiendo mucho tabú entre los afectados y familias, que no quieren dar a conocer la enfermedad por vegüenza, ausencia de autoestima o exclusión.

Impulsar las «bajas» donaciones de cerebros para que se siga investigando; más apoyo económico y logístico para llegar a los pueblos; y que los afectados se asocien «porque les podemos ayudar a afrontar la enfermedad a nivel de fisioterapia, logopedia y psicología», dice González, son otras de las demandas que plantean desde la Asociación regional de Párkinson.