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El acusado de abusos sexuales Joaquim Benítez implica a más docentes de los Maristas

Los Mossos acusan al centro de no facilitar información sobre el ex profesor

Inicio del juicio contra Benítez, que confesó los abusos sexuales
Inicio del juicio contra Benítez, que confesó los abusos sexualeslarazon

La defensa, las víctimas la Fiscalía y las acusaciones del juicio por abusos sexuales contra el ex profesor de educación física del colegio Maristas de Les Corts, Joaquim Benítez, no se pusieron al final de acuerdo para llegar a un pacto, por lo que finalmente arrancó el juicio en la Audiencia de Barcelona. Fue una vista oral con muchos elementos importantes, empezando por la llegada del acusado, con pasamontañas. Al finalizar la vista, Benítez pidió perdón, pero también implicó a otros docentes en los abusos sexuales.

El primer padre denunciante, Manuel Barbero, volvió a insistir, antes del inicio del juicio, que no aceptaría una pena para Benítez inferior a los 16 años. Al celebrarse el juicio, la Fiscalía mantuvo la petición de 22 años, por cuatro delitos de abusos sexuales. Cabe recordar que de las 17 denuncias presentadas, trece fueron rechazadas por haber prescrito los hechos.

Puerta cerrada

Tras las diligencias previas, fue el turno de las declaraciones de las cuatro víctimas denunciantes, que fue a puerta cerrada. Pese a que se filtraron pocos detalles de estos testigos, LA RAZÓN pudo saber que por ejemplo la declaración del hijo de Barbero duró media hora y que un «buen testimonio». En la misma línea se expresaron los otros declarantes, y, sin excepción, todos acusaron a Benítez de los delitos.

También fue importante la declaración de dos agentes de los Mossos d’Esquadra que investigaron estos hechos. Explicaron al tribunal que el centro «se resistió a facilitarles información sobre el acusado», tras recibir la primera de las denuncias. Sostuvieron que el ex profesor siguió a lo largo del tiempo un «mismo patrón» en todos sus delitos, que cometía siempre contra chicos adolescentes de unos trece o catorce años.

«Siempre actuaba de la misma manera: los llamaba a su despacho reservado y, con el pretexto de corregir algún problema de la columna vertebral, problema físico o de crecimiento, les empezaba a realizar un masaje y a hacer tocamientos en los genitales, que a veces acababan en felaciones», dijo uno de los agentes.

Fuentes cercanas al caso añadieron que Benítez no habría aceptado las condiciones planteadas para el pacto de confesión porque sólo reconoce haber abusado de uno de los estudiantes de todos los casos de que se le acusa.

Por su parte, el tribunal que lo juzga rechazó admitir como prueba un documental en el que el ex profesor admitía los abusos practicados cuando daba clases de educación física, al haberse producido su declaración en un ámbito «extrajudicial». Tras la declaración de las cuatro víctimas, fue el turno de un vicario provincial de Maristas, Pere Francesc Ferré, que fue interrogado en calidad de representante del centro, a cuya fundación la Fiscalía sitúa como responsable civil subsidiaria.

El vicario negó que la escuela encubriera los abusos, aunque reconoció que se ocultó el primer caso denunciado sobre Benítez al resto de familias del centro porque los padres afectados pidieron permanecer en el anonimato. Dijo asimismo que Maristas Sants–Les Corts no despidió al exprofesor porque éste se fue antes de que lo hicieran y que tampoco lo echaron inmediatamente tras la primera denuncia porque «el director ese día no estaba en el colegio». El juicio continuará hoy con la declaración del propio Benítez,