Valencia

Vecinos, hosteleros y PSPV, contra el plan de Grezzi de no aparcar en el carril bus

Restaurantes y locales de ocio vaticinan una importante pérdida de clientes y empleo. Los socialistas creen que una medida que afecta a miles de vecinos debería haberse consultado

Un cartel que indica que se puede aparcar en el carril bus
Un cartel que indica que se puede aparcar en el carril buslarazon

La prohibición de aparcar en el carril bus que se hará efectiva a partir del próximo día 10 en Valencia no ha gustado ni a los vecinos, ni a los hosteleros ni siquiera a una parte del Gobierno local. La última idea del concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi (Compromís), fue ayer objeto de críticas por parte de los locales de ocio nocturno que vaticinan un importante descenso en el número de clientes ante las dificultades para encontrar estacionamiento.

Al respecto, el presidente de la Asociación de Pubs de Valencia, Tico Corrons, lamentó que no se les consultara la medida. «No sé para qué convocan las Mesas de Movilidad si luego no sirven de nada», señaló en alusiones a la unilateralidad de la propuesta. «Y luego hablan de participación ciudadana...».

El empresario considera que Grezzi se ha precipitado y que pronto se dará cuenta de que su proyecto no sirve de nada y solo perjudica a los bares y restaurantes del centro de la capital y de los barrios de Russafa, el Ensanche o El Carmen, que perderán dinero y se verán obligados a despedir empleados. «La gente no va a coger más taxis. ¿Cree que se gastarán doce euros para ir a cenar? Lo que harán será quedarse en casa, y ¿han pensado en los que vengan del área metropolitana?». Corrons recuerda que muchos clientes proceden de localidades cercanas «y la mitad de ellos se pensará si vale la pena venir a Valencia».

Grezzi defiende que el aparcamiento en el carril bus genera problemas en los autobuses nocturnos a personas invidentes, en silla de ruedas o personas mayores.

Sin embargo, los afectados creen que el concejal está pagando una deuda política con el gremio de los taxistas después de que estos protestaran enérgicamente contra las molestias y cambios producidos por el nuevo carril bici.

Ni el contenido ni las formas han gustado a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia, cuya presidenta, María José Broseta, reprochó al italiano que tomara esta decisión «de forma unilateral y sin diálogo». A su juicio, «no ha habido participación. Las decisiones se toman a nuestras espaldas y sin consenso». Dijo también que la ciudad necesita, al menos los fines de semana, servicio nocturno ininterrumpido para que el autobús sea una auténtica alternativa al coche que justifique la prohibición de aparcar.

Y es que el plan no convence ni siquiera a los socios de Gobierno de Compromís. A juicio de la primera teniente de alcalde, la socialista Sandra Gómez, las medidas que «afecten a miles de personas requieren un debate a fondo sobre los tiempos y las formas». Consideró que «se requiere un debate en la Junta de Gobierno que aún no se ha producido y hay que tener en cuenta el impacto que puede tener en sectores importantes para la economía de la ciudad, como el de la hostelería».