Sindicatos

Así echa Podemos a «la gente»

Su marca política en Serranillos utiliza la reforma laboral para despedir a 16 trabajadores públicos, entre ellos algunos de baja y discapacitados.

Ángel, Rosa, Tomás y Mari Mar, frente al Ayuntamiento del que han sido despedidos por el bipartito de independientes y Cambiemos, la marca local de Podemos
Ángel, Rosa, Tomás y Mari Mar, frente al Ayuntamiento del que han sido despedidos por el bipartito de independientes y Cambiemos, la marca local de Podemoslarazon

Su marca política en Serranillos utiliza la reforma laboral para despedir a 16 trabajadores públicos, entre ellos algunos de baja y discapacitados.

Dicen que son el partido de la gente, critican la reforma laboral del PP y presumen de defender el empleo y los servicios públicos, pero lo cierto es que, en cuanto pueden, las marcas de Podemos hacen justo todo lo contrario.

Buen ejemplo de ello es lo que está ocurriendo en un ayuntamiento de esta región, Serranillos del Valle, donde el Gobierno de Cambiemos –la marca local de Podemos– y un grupo independiente acaba de despedir a 16 personas.

Y lo ha hecho apoyándose en la misma reforma laboral que Pablo Iglesias promete derogar en cuanto pueda, centrándose en personas con especiales necesidades y reduciendo la plantilla de servicios sociales y educativos, esos que la izquierda radical considera «sagrados».

Por si faltaba algo, también han ignorado por completo –e incluso torpedeado– las protestas ciudadanas en la calle. En definitiva, una enmienda en toda regla a los principales mantras de Podemos. Esta medida, que el Gobierno local ejecutó por sorpresa y sin previo aviso justo antes de Semana Santa, ha dejado en la calle a nueve trabajadores del consistorio y a siete de la contrata municipal de limpieza de edificios públicos, que llevaban muchos años prestando este servicio y que suponen el 20% de la plantilla.

Con lo que no contaban Cambiemos y sus socios independientes es con la reacción de protesta y solidaridad que se ha extendido en esta pequeña localidad –de 4.000 habitantes– desde que los vecinos se enteraron del «ERE encubierto e injustificado», como coinciden en calificarlo desde sectores tan dispares como los sindicatos UGT y CSIF o el PP, principal y casi único partido de la oposición. Y todo ello con conocimiento de la dirección de Podemos, varios de cuyos miembros estuvieron en el Ayuntamiento tres días después de que se ejecutaran los despidos para reunirse con sus representantes locales e informarse de la situación. Pero lo cierto es que, dos semanas después de esa visita de los «jefes» de Podemos, la 16 personas afectadas siguen en la calle.

Además, la mayoría de las «víctimas» de estos despidos son trabajadores de la propia localidad, muy apreciados por el resto de vecinos, ya que muchos de ellos llevan hasta 15 años encargándose de atender a sus mayores e hijos en servicios municipales como el centro de día o el colegio público. Incluso, el Podemos de Serranillos no ha dudado en incluir entre esos despidos a trabajadoras que se encontraban de baja tras ser operadas de urgencia, a delegados sindicales y hasta discapacitados. O sea, eso que Podemos llama «la gente» y «los más necesitados», ya que el sueldo de muchas de estas personas apenas superaba los 800 euros al mes.

Sin diálogo

Los sindicatos, la oposición y los propios afectados, todos los cuales son conscientes de que la situación económica del consistorio es complicada, se quejan sin embargo de que independientes y Podemos hayan adoptado esta decisión tan drástica sin ningún consenso ni diálogo con los trabajadores y su representantes.Y es que el despido se les notificó a todos un viernes a última hora de su jornada laboral, cuando fueron llamados al ayuntamiento, donde les esperaban sentados en una mesa los tres concejales de Transparencia y Democracia Serranillos (TSD) y los dos de Cambiemos Serranillos del Valle (CSV), que les comunicaron la decisión sin más explicaciones.

A medida que la noticia corrió por el pueblo, muchos vecinos, especialmente las madres del colegio en el que trabajaba como bedel uno de los despedidos, se concentraron el lunes siguiente de forma espontánea frente al ayuntamiento para protestar por esta decisión. Pero la única respuesta que recibieron del Gobierno local fue mandarles a la Polícía Municipal bajo amenaza de identificarlas y disolverlas aplicando la «Ley Mordaza», como definen Podemos y otros partidos de izquierdas esta ley del PP que también quieren derogar.

Pero Serranillos no está dispuesto a que TSD y CSV se salgan con la suya y este mismo miércoles organizó una manifestación por las calles de la localidad, que terminó en concentración de protesta frente al ayuntamiento y a la que acudieron unas 250 personas, un número considerable para un pueblo tan pequeño y en horario laborable.Además, el Gobierno de independientes y Podemos volvió a maniobrar para restar afluencia a esta movilización, para lo cual contraprogramó varias reuniones a la misma hora con las madres de alumnos del colegio con la excusa de responder a las quejas que éstas presentaron por escrito el primer día que se manifestaron de forma espontánea.

En esta manifestación del pasado miércoles participaron los sindicatos UGT y CSIF, así como representantes del PP, pero no la única concejal del PSOE, Silvia Monterrubio, que tampoco asistió al pleno que se celebró al día siguiente para, entre otros asuntos, aprobar el presupuesto municipal de este año, vinculado a su vez a estos despidos.

La actitud de la marca local de Podemos en Serranillos ha provocado críticas incluso a nivel interno, como demuestra el hecho de que su candidata en las pasadas elecciones municipales, Victoria González, dimitiera a los dos meses de tomar posesión como concejala por discrepancias con sus compañeros y con los socios de gobierno de TSD, que se puso de acuerdo con Cambiemos y con PSOE para arrebatar la alcaldía al PP, que se quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta. La sustituyó como portavoz Nuria Tigre, que mantiene el acuerdo de gobierno con el independiente Iván Fernández.

Todos contra el bipartito

Con estos despidos, ambos han conseguido el dudoso honor de poner de acuerdo a muchos vecinos, varios sindicatos y PP. La dirección regional de UGT denuncia que este «atropello al empleo y a la dignidad de los trabajadores» se ha llevado a cabo con «absoluta falta de sensibilidad». En la misma línea, CSIF denuncia que el Gobierno de TSD y CSV «no se ha dignado a recibir a los representantes de los trabajadores» para dialogar sobre esta medida «demasiado drástica». Por su parte, la líder de la oposición y portavoz del PP, Olga Fernádez, apunta que «no hay razones objetivas» para unos despidos que considera «totalmente injustificados».

El Gobierno de independientes y Podemos ha justificado estos despidos a través de un comunicado en el que asegura que «no es una decisión política» y que su prioridad son «las familias de Serranillos». El nuevo alcalde, Iván Fernández (TDS), dice que es «la decisión más difícil que he tenido que tomar hasta el momento», aunque ni él ni sus socios de Podemos se molestaron en consensuarla ni dialogarla.

También asegura que los despidos se han ejecutado «con la mayor objetividad y coherencia posibles», aunque ni los sindicatos, ni la oposición ni los propios afectados comparten ese argumento, ya que el sueldo de muchos de ellos –entre 800 y 900 euros al mes– es casi lo mismo que el nuevo Gobierno local sigue pagando a otros trabajadores sólo en extras, como la productividad mensual, que decide por su cuenta el propio ejecutivo.