Política

Criminalidad

El entorno de Miriam, la chica de Meco, en el foco de la investigación

El asesino le asestó 20 puñaladas. La primera inspección ocular descartó la agresión sexual, así como el móvil del robo, ya que no se llevó su teléfono.

Los agentes de la Guardia Civil analizaron todos los posibles rastros alrededor del camino donde se encontró el cuerpo
Los agentes de la Guardia Civil analizaron todos los posibles rastros alrededor del camino donde se encontró el cuerpolarazon

El asesino le asestó 20 puñaladas. La primera inspección ocular descartó la agresión sexual, así como el móvil del robo, ya que no se llevó su teléfono.

La investigación en torno a la muerte de Miriam Vallejo se encuentra bajo secreto de sumario. Y es que las extrañas circunstancias en las que falleció la joven de 25 años mientras paseaba a sus perros en el camino que une Villa-nueva de la Torre (Guadalajara) y Meco no permiten descartar ninguna hipótesis. Es más, como ha podido saber este diario, el Grupo de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil que se ha hecho cargo del caso investiga el entorno próximo de la joven, ya que el camino donde fue hallado el cadáver sólo es conocido por los residentes de la zona. LA RAZÓN ha confirmado que hubo ensañamiento por parte del asesino o asesinos y que le asestó 20 puñaladas. En una primera inspección ocular, y a expensas de la autopsia, los agentes descartaron la agresión sexual, así como el móvil del robo, ya que no le quitaron el teléfono móvil. También consideran que el ataque le pilló por sorpresa.

La autopsia desvela que no sufrió un intento de violación y que ella opuso una gran resistencia, como si no estuviera en gran desventaja física. También la forma en la que fueron asestadas las puñaladas, algunas muy superficiales, le indican a los investigadores improvisación y poca fuerza por parte del autor, lo que podría apuntar hacia una mujer.

De hecho, los investigadores creen que Miriam tenía que conocer a su asesina. Eso explicaría el ensañamiento y que los perros con los que paseaba, dos suyos y otros dos de su compañera de piso, no la defendieran.

Una amiga muy cercana afirmó ayer a LA RAZÓN que Miriam «era muy reservada» y confirmó que tenía pareja. Sentía un profundo amor por sus perros, el más pequeño, Nilo y el pastor alemán Luna, que la acompañaban el día que la mataron. Los había sacado a pasear. «Los solía llevar sin correa», razón por la que quizá no atacaron al agresor, ya que podían estar por el campo en el momento del asesinato. «Entre los amigos y compañeros de trabajo comentamos que un hombre solo no podría con ella», añade esta joven. Miriam, que trabajaba en una tienda de electrónica y practicaba crossfit, era fuerte.

Mientras se esclarecen los hechos, vecinos y familiares permanecen consternados. Tíos, primos y amigos de la víctima acudieron a la concentración que se convocó ayer en el Ayuntamiento de Villalbilla, con lágrimas en los ojos e indignación por lo ocurrido. Uno de sus familiares pedía «saber cuanto antes qué le pasó a su prima». «No sabemos nada, no tenemos información, nada de nada; sus padres están rotos, no han podido venir. Estamos todos destrozados», decía sin parar de llorar uno de sus allegados a los medios de comunicación que acudieron a la concentración. Además insistieron en que «ella no huía de nadie, por eso no había puesto una denuncia» y desmintieron estos rumores. La alcaldesa de Alovera, Purificación Tortuero, se mostró afligida: «Estamos con el corazón roto».

Al grito de «¡me la han matado!», «mi niña, mi niña» o «¡justicia!», expresaron su dolor las personas que acudieron a las concentraciones, numerosos familiares entre ellos. También acudieron sus compañeros de Protección Civil, ya que ella colaboraba con ellos como voluntaria. Por ello, al finalizar la concentración, no sólo hubo aplausos, sino que también sonaron las sirenas de los coches de la agrupación. Asimismo, los vecinos no dudaron en acudir con imágenes de la joven, para mantener su recuerdo.

Según señalaron algunos de los asistentes a la concentración, la joven «se mudó a Villanueva a una casa más grande para sus perros, porque era una amante de los animales» y aseveraron, entre sollozos, que la familia desconoce lo que ha podido suceder y que solo piden «que se haga justicia».

La joven vivía en Villanueva de la Torre (Guadalajara) desde hacía unos meses y sus padres residen a unos seis kilómetros de esta localidad, en el pueblo de Alovera. Ambas localidades cercanas a Meco.

Al mismo tiempo, los amigos de la fallecida expresaron su dolor y rabia a través de diversos mensajes que fueron colgando a lo largo del día en diferentes redes sociales. También su recuerdo como el de una compañera de Protección Civil: ««Gracias por haberte cruzado en mi vida compañera. Cuídanos desde donde estés».