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Fotorrealismo radical

El Thyssen hace un camino por el Hiperrealismo desde 1967 a nuestros días. PARA NO PERDERSE. Hiperrealismo.. Dónde: Museo Thyssen-Bornemisza. Paseo del Prado, 8. Cuando: hasta el 9 de junio.. Precio: 8 euros (general) , 5,50 (reducida).. Horario de taquilla: de martes a domingo de 10:00 a 18:30 h. Sábados de 10:00 a 20:30 h.

Fotorrealismo radical
Fotorrealismo radicallarazon

A finales de los 60, cuando preponderaba la abstracción y el arte conceptual, surgió en Estados Unidos un grupo de artistas hiperrealistas cuya filosofía no fue bienvenida. Hoy es una corriente muy popular que siendo hija de la fotografía y prima del pop, moderna tanto en técnica como en temática, establece un intenso dialogo con la tradición a pesar de su juventud.

La muestra plantea a través de 66 obras una genealogía del Hiperrealismo desde los grandes maestros norteamericanos, como Richard Estes, John Baeder, Robert Bechtle, Tom Blackwell, Chuck Close o Robert Cottingham, a su continuidad en Europa y su impacto en generaciones posteriores. Desde las pinturas de objetos y bodegones contemporáneos –como los tubos de pintura de Audrey Flack o los juguetes de hojalata de Charles Bell– a las grandes vistas urbanas con escenas de Nueva York, París, Roma o Venecia deudoras de los clásicos. La fotografía es la herramienta fundamental para estos creadores, que no son meros copistas. El hiperrealista simula la nitidez del medio fotográfico incluso cuando la aborda con medios artesanales, e investiga la percepción y el cómo la fotografía ha cambiado nuestra relación con la realidad objetiva evaporándola en trementina. Una muestra que seduce a la vista con ilusiones reales, capaz de abrirte el apetito al observar un restaurante porque engañar al ojo es más fácil que al hambre. Éste es el secreto de su éxito, la trampa en el ojo que atrapa la mirada donde los detalles avalan el engaño. Como dijo Einstein, la realidad no es otra cosa que la capacidad que tienen de engañarse nuestros sentidos. Dividida en tres salas, Ciudades, Cuerpos y por último –un guiño beat a Kerouac– On the Road, donde queda patente la fascinación por el mundo del motor y el brillo del metal, con los coches de Peter Maier o de Don Eddy, las cabinas telefónicas de Richard Estes, la Harley Davidson de David Parrish, los camiones de Ron Kleemann o la autocaravana de Ralph Goings. El arte es en este caso una crítica generosa de la realidad, donde en vez de ser reinterpretada se basa en la elección del tema y en la técnica. Si se evaporó la realidad objetiva, aún tienen dos meses para conocer ésta.