Ayuntamientos

Móstoles: una alcaldesa contra las cuerdas

Noelia Posse ha afrontado su semana más dura tras ser suspendida de militancia del PSOE. Sin embargo, su intención es resistir

La alcaldesa no ha interrumpido su agenda, pese a que su ruptura con el PSOE se ha escenificado de manera diaria
La alcaldesa no ha interrumpido su agenda, pese a que su ruptura con el PSOE se ha escenificado de manera diarialarazon

Pase lo que pase, Noelia Posse tardará en olvidarse de esta semana que, afortunadamente para ella, ya toca a su fin. Desde el mismo lunes, el Ayuntamiento que todavía rige ha sido protagonista diario de una escandalosa situación que ha puesto contra las cuerdas tanto a ella como a su partido. A la primera edil de Móstoles se le ha acabado el crédito empezando dentro de su formación, el PSOE-M, que decidió suspender cautelarmente su militancia harto de su «enchufismo»; también en sus socios de Gobierno, Más Madrid Ganar Móstoles, que ante la mancha que supone sustentarla en el Consistorio han decidido abandonar el tripartito que conformaban junto al PSOE y Podemos, dejando a Posse en minoría; y, por supuesto, en la oposición, con Ciudadanos liderando una moción de censura para desbloquear un escenario que raya en lo absurdo. Pero, quizá, lo que más duele a Posse es que su crédito se ha terminado entre los propios mostoleños. Los mismos que la votaron mayoritariamente el pasado 26 de mayo y que le otorgaron diez escaños, permitiendo revalidar el bastón de mando. Esta semana ha sido la alcaldesa ausente: prácticamente no ha salido de su despacho y apenas ha pisado la calle, temerosa de los abucheos de sus vecinos. Como colofón a una situación estrambótica, este pasado viernes se denunció un robo de documentos y expedientes pertenecientes al área de Recursos Humanos del Ayuntamiento. Unos documentos que procedían del área de Urbanismo. En la denuncia constaba que se había forzado un armario. No era una noticia que ayudara precisamente a calmar las aguas en el municipio madrileño.

Ante una situación así solo cabría una solución: abandonar la Alcaldía por decisión propia, algo que no han dejado de pedirle, de forma velada primero y explícita después, en su partido. Sin embargo, la frase más pronunciada estos días por Posse y que ha llegado a oídos de sus allegados constituye toda una declaración de intenciones: «Quien me conoce bien sabe que no voy a dimitir». La antigua albañil municipal se aferra a los cimientos del Consistorio con una solidez en la que solo ella parece creer.

En total han sido siete los nombramientos bajo sospecha. Y en el tiempo récord de un mes. El primer cese se produjo el pasado 12 de septiembre y afectó a su hermana, Laura Posse, que fue designada como coordinadora de redes sociales en el Ayuntamiento, con un sueldo de 52.000 euros anuales. El segundo adiós, apenas un día después, fue el de su tío, Vicente Posse, que ascendió de auxiliar en el área de Cultura a director técnico administrativo de Deportes, lo que le valía un complemento de 1.600 euros al mes. Después dimitió Alicia Domínguez, amiga de la infancia de la alcaldesa y coordinadora del Gabinete de Alcaldía. El siguiente fue Luís Vázquez, gerente del Instituto Municipal del Suelo y amigo de Domínguez. Le siguieron Gonzálo Sánchez, señalado como ex pareja de Posse y que engrosó el Grupo de Intervención Especial; José Miguel Espelosín, cuyo nombramiento ha sido revocado por los tribunales por no cumplir los requisitos para ocupar la gerencia de Urbanismo, y Carmen Rosas, designada el pasado septiembre coordinadora de Urbanismo y responsable de certificar el dudoso currículum de Espelosín.

A la espera del día 21

Así, la fecha marcada en rojo en el calendario de la localidad es el próximo 21 de octubre. A las 10:00 horas, se celebrará el Pleno extraordinario solicitado por PP, Ciudadanos y Vox para debatir la reprobación de Posse. Si bien la portavoz de los populares, Mirina Cortés, esperaba que no siguiera como alcaldesa cuando llegara ese momento, a día de hoy todo indica que estará allí. Aunque todo parece en su contra, la cita aún puede deparar algunas sorpresas. El PP ha pedido a Cs que «aclare las condiciones» bajo las que se planteará esa moción de censura, ya que puede esconder algunas «líneas rojas» impuestas por el PSOE, Más Madrid y Ganar Móstoles. No en vano, el secretario general del PSOE-M, José María Franco, enfrentado de manera frontal a Posse, ya ha asegurado que nunca apoyará una iniciativa de esta naturaleza que parta de las «derechas».

Pero mientras, la alcaldesa se guarda no uno, sino tres ases en la manga: tres concejales socialistas que habrían ignorado las órdenes directas del partido para votar en su contra en la moción y que harían imposible la aritmética municipal para desalojarla del Ayuntamiento. En definitiva, un escenario imprevisible e insostenible. Tanto como la situación que lleva sufirendo el Consistorio los últimos treinta días.