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Una infidelidad de su pareja, detonante del suicidio del policía que se atrincheró en un restaurante en Madrid

El inspector publicó en una red social que su mujer le había sido infiel y quería quitarse la vida con su arma reglamentaria.

Policías esperando al juez frente al restaurante en el que el inspector de Policía se atrincheró.
Policías esperando al juez frente al restaurante en el que el inspector de Policía se atrincheró.larazon

El inspector publicó en una red social que su mujer le había sido infiel y quería quitarse la vida con su arma reglamentaria.

Óscar sufrió ayer por la mañana un desengaño amoroso y pensó que la vida ya no tenía sentido a pesar de contar con dos criaturas preciosas que, desde luego, no se merecen quedarse sin padre por algo así. Óscar Dimar era un inspector de la División de Personal de la Dirección General de la Policía Nacional y, por tanto, contaba con arma reglamentaria. Con ella decidió encerrarse en un restaurante chino de Alcobendas con oscuras intenciones.

Tras varias horas de negociación, y ya entrada la noche, la Policía decidió entrar en el local para resolver la situación. Ante el asalto, Dimar decidió suicidarse, pegándose un tiro en la cabeza. Los servicios de Emergencias intentaron reanimarle, pero fue en vano, y sólo pudieron certificar su muerte.

El detonante de este episodio no fue otro que una supuesta infidelidad de su pareja. Al parecer, tras enterarse de este hecho, publicó en su perfil de Facebook (abierto) lo que había sucedido. Era una carta de despedida.

«Mi historia: un día creí conocer a la mujer del siglo XIX... la familiar... la anti-fidelidad... Tendré parte de responsabilidad pero estos últimos meses ha llegado a decir que soy un mal marido... Jesús, ayúdame...». A lo largo de la carta de «despedida» explicaba que su mujer había «jugado a dos bandas»... En definitiva, una historia de desamor o infidelidad que, en cualquier caso, le superó y terminó bruscamente. También aprovechó para despedirse de sus hijos y pedirles perdón por haberles dejado. Les decía que cuidará siempre de ellos «desde donde esté y quizás volvamos a encontrarnos para jugar como sólo nosotros sabemos hacerlo».

A su mujer le pedía que cuidara de los niños y que fuera feliz, «que para eso has llegado hasta aquí. No te guardo rencor... Soy yo el que no merece seguir».

Después de publicar todo esto en Facebook, Óscar acabó en el restaurante chino Yin He de Alcobendas (localidad donde reside) y allí decidió advertir a todos de que iba a acabar con su vida. Sus ex compañeros de la comisaría de Alcobendas, que le seguían en la red social, vieron el comentario y trataron de contactar con él. Pero Óscar no cogía el teléfono.

La Policía llegó al lugar, situado en el número 123 de la calle Marqués de Valdavia, y comenzó la negociación con su propio compañero. Cuando amenazó con quitarse la vida, el restaurante estaba lleno de clientes y empleados, pero Óscar dejó que salieran sin amenazar a nadie. Hasta el lugar se desplazaron un negociador y un psicólogo de la Policía Nacional, así como un equipo del Grupo Especial de Operaciones (GEO). Pero el desenlace final no pudo ser más infeliz.