Madrid

Zapata y su protesta en la casa del ministro Gallardón

La Razón
La RazónLa Razón

El 26 de marzo de 2013, el concejal Guillermo Zapata firmó un artículo en eldiario.es bajo el título «Elogio del escrache». En este texto, el edil presidente de los distritos de Fuencarral-El Pardo y Villaverde reconoció haber participado «en el escrache al domicilio de Alberto Ruíz Gallardón en Madrid». Zapata hacía aquí una encendida defensa de la protesta a las puertas del domicilio particular del ministro de Justicia: «Hay escraches y tienen legitimidad porque hay un movimiento que les da sentido. Los relatos paranoicos en torno a acciones descontroladas son intencionados y ridículos. El límite que se traspasa es que “lo público y lo privado” no son esferas separadas, sino relacionadas. Por eso se va a la puerta de la casa». El guionista y ex concejal de Cultura insistía en el escrito en el carácter democrático de una protesta como la que ayer sufrió Barbero: «Son una expresión (una más) de que el poder de los de abajo se construye en común y que los de arriba son un desgraciado accidente en el camino de ese poder, de esa fuerza colectiva. Los escraches son la catarsis de una angustia en el mejor sentido. Es decir, son democracia».

Zapata y Carmena no son los únicos miembros del equipo de municipal que han defendido los escraches públicamente. El concejal de Participación y Transparencia Pablo Soto se mostró partidario en su perfil de Twitter de un «escrache a la banca criminal y a sus esbirros del Congreso». El concejal de Centro y Chamberí apoyó, también en Twitter, un «escrache isidril de la PAH ante el Ayuntamiento de Madrid». Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde, se manifestó en términos similares: «Los escraches son una manifestación pacífica de la lucha popular».