Estreno

Los ladrones de cuerpos visitan el pub

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Edgar Wright y Simon Pegg han gestado una productiva relación que ha permitido a ambas figuras hacerse un nombre en el panorama internacional. El primero dirige y el segundo actúa; y ambos escriben el guión a cuatro manos. Con esta distribución de protagonismo tan equitativa, el resultado ha sido muy positivo cada vez que aunaron esfuerzos. Su primera colaboración tuvo lugar en 1999, con la potente «sitcom» británica «Spaced», en la que sus creadores se destaparon como unos genios en el género. En «Zombies Party» se nos presentaba ya una comedia de terror tópica, pero que destacaba sobre otros trabajos gracias a algunos destellos brillantes en el guión. Pero no fue hasta «Arma fatal» cuando la pareja sacó a la luz todo su potencial, al tiempo que exhibía una continua sucesión de ingeniosos gags, siempre centrados sobre el personaje de Nicholas Angel, representado por Simon Pegg: un hombre serio en un mundo jocosamente irreverente, justo lo contrario de lo que es el propio Pegg.

Sin su pareja de baile

En 2010, Wright se adentró por primera vez en el mercado norteamericano para filmar «Scott Pilgrim contra el mundo», una aventura para la que no contó con su habitual pareja de baile. El resultado es ambiguo: sigue la estela de comedia absurda a la que tan buen trato le había dado, pero en esta ocasión el guión se pierde entre gamberradas, provocando un progresivo desinterés. «Bienvenidos al fin del mundo» se presenta como una calurosa comedia que pisa el terreno de la ciencia ficción. Se trata de una obra menor en comparación con «Zombies Party» o «Arma fatal», pero sigue siendo interesante disfrutar de una de las parejas más prometedoras del cine actual: Edgar Wright y Simon Pegg no conocen otro género que no sea la comedia, pero si rinden a este nivel, tienen toda la licitud para afincarse en él.

Humor «british»

Edgar Wright, su director, ya sorprendió hace casi diez años, en 2004, con una cinta que arrancó las carcajadas del público y en la que el terror y la comedia se mezclaban en un cóctel que dio como resultado un producto de lo más taquillero. Hablamos de «Zombies Party» (en la imagen) en la que Shaun, –al que interpretaba Simon Pegg, el actor rubio que le acompañado en la denominada «Trilogía del Cornetto»–, un declarado fan de la buena y la mala cerveza, debía emplear toda su artillería en proteger a su novia y a su madre del ataque de los muertos vivientes. Era su homenaje al género tratado desde el punto de vista de la parodia desternillante y un punto ácida y del humor negro al más puro estilo «British», así, por ejemplo, en vez de que la acción transcurriera por la noche o ya entrada la tarde (como es habitual en este tipo de filmes), la cinta se desarrollaba a lo largo de un domingo por la mañana.