Sorteo Extraordinario de Navidad 2024
¿Cómo nos engañamos a nosotros mismos con la Lotería de Navidad? Estos son algunos sesgos cognitivos del cerebro humano
La mente de las personas es una experta en hacerse trampas a ella misma para justificar contradicciones
El ser humano es el único anima con el cerebro lo suficientemente desarrollado como para 'hacerse trampas al solitario', al menos, es el único ser vivo que se conozca que comprende las reglas de este juego. Esta expresión se utiliza para hablar de cómo alguien se empeña en engañarse a sí mismo para no aceptar una realidad que, o bien sabe que es contraria a sus ideas, o al menos tiene la sospecha de ello. También en lo que respecta al Sorteo de Navidad.
Para no reconocer que uno está equivocado, muchas veces se cae en la negación de lo obvio. Los refranes y expresiones populares, eternamente sabios, disponen de un amplio catálogo de frases para describir esta expresión, como cuando se dice que alguien 'trata de tapar el sol con una mano'. Aunque no significa lo mismo que la mencionamos al principio, sí guardan una estrecha relación: ambas tratan de ocultar un problema grande (saber que uno no lleva la razón) con una solución ínfima (sesgos cognitivos, mentiras autoimpuestas...).
Uno de los lugares donde más personas caemos a la hora de dejarnos engañar por nuestros sesgos cognitivos es cuando participamos en juegos de azar. Existen los casinos, las casas de apuestas privadas y las administraciones de lotería administradas por el Estado. Todas ellas están prohibidas para menores de edad, ya que implican un riesgo por la apuesta de dinero.
La Lotería de Navidad se lleva celebrando en España desde hace más de dos siglos, siendo así que el primer sorteo se hice el 25 de diciembre de 1812, y es ya toda una tradición muy arraigada en nuestro país. Raro es ver a un español que no, aunque no participe el resto del año, sí que acaba comprando alguna participación para este evento a finales de año.
Muchas personas creen tener 'trucos' con los adivinar el número ganador, pero matemáticamente hablando no tienen ninguna vigencia. Este año 2024, el mayor premio de la Lotería, el 'Gordo de la Navidad', repartirá una cifra récord de dinero. Cada boleto ganador se llevará a casa 400.000 euros, aunque a esto habría que restarle el 'mordisco' que se lleva Hacienda.
¿Qué son los sesgos cognitivos y cómo afectan a la Lotería de Navidad?
Un 'sesgo cognitivo' es, como define la psicología, una desviación del juicio mental que lleva a la persona a formular juicios inexactos o incluso irracionales. Normalmente sucedes cuando, en base a una información disponible, el cerebro la reordena de forma contradictoria o ilógica para tratar de arreglar una verdad incómoda.
Evolutivamente, se cree que pueden haber resultado útiles cuando se ha tenido que tomar una decisión importante de forma rápida, especialmente ante situaciones de peligro o dañinas que necesitaban ser respondidas con velocidad. Según la Clínica de la Universidad de Navarra, los sesgos cognitivos no constituyen defectos en el razonamiento, sino que le sirven de atajos al cerebro para funcionar de forma más eficiente, aunque no lógica.
Uno de los sesgos cognitivos, que se lleva dando siempre, pero hoy en día está más presente que nunca debido a la polarización social, es el llamado 'sesgo de confirmación'. Este ocurre cuando se trata de buscar solo información que no contradiga nuestras creencias, descartando o ignorando loso factores que podrían hacer que nos replanteásemos algunas ideas.
Algunos sesgos que se dan en la Lotería
Cuando se participa en la Lotería del Gordo de Navidad o a cualquier otro juego de azar, la mayoría de las veces se activan esta clase de sesgos automáticamente en el cerebro para hacernos creer ideas que carecen de toda lógica. Una forma más coloquial de llamarlos son 'acorazonadas', supuestos 'trucos' que la gente cree desarrollar para vencer a la suerte (el azar).
El 'Gordo de Navidad' de 2024 oferta 193 series de cada número. Aunque existan 1.930 décimos de cada una de las cifras, la probabilidad total de acertar con una sola participación sigue siendo de 1 entre 100.000 (0,00001%). Que este año se vendan más series de cada número (ocho más respecto a 2023), en nada afecta a lo que marca la estadística en porcentaje de llevarse el premio.
Sin embargo, como 'soñar es gratis' y dejarse llevar por esta clase de engaños mentales es algo muy humano y tremendamente fácil, muchas personas tratan de encontrar patrones en los resultados, creyendo que un número es más probable de salir ganador que otro. Estos son los sesgos cognitivos más comunes en los juegos de azar:
- Falacia del apostador: Se da cuando se cae en la trampa de creer que el número ganador del próximo año está afectado por los resultados de ediciones anteriores. La probabilidad de que salga una cifra que ya 'tocó' en algún otro año, es exactamente la misma de que sea cualquiera de los otros 99.999 números restantes. También se ve mucho cuando un jugador obtuvo un número contiguo al ganador, y cree que tuvo muchas más posibilidades de haber ganado que otro más alejado. Son igual de 'no ganadores' con respecto al 75613, tanto el 75612 como el 01589.
- Ilusión del agrupamiento: Este sesgo se produce cuando se cree haber encontrado patrones en grupos de datos aleatorios. Por ejemplo, el número ganador del 'Gordo' del año pasado fue el 88008, que empieza y termina con el mismo dígito, al igual que el boleto premiado de 2013 (62246) o el de 1993 (47884). ¿Quiere decir esto que cada 10 años el número ganador seguirá esta regla? En absoluto, es pura coincidencia.
- Heurística de disponibilidad: Al no disponer de toda la información del mundo existente, tomamos decisiones con los datos que conocemos. Por eso, es muy fácil creer que una administración de Lotería vende 'boletos ganadores', cuando no se conoce la cantidad de participaciones que se compran allí cada año. A más boletas vendan, más fácil es que 'caiga' allí un premio, pero no influye en que a un comprador en concreto le vaya a tocar el 'Gordo', esto es independiente a dónde lo haya adquirido.
- Falacia del costo perdido: Se denomina así al sesgo por el que una persona acaba creyendo que, como no ha conseguido ganar nada en anteriores sorteos, una especie de 'justicia universal' redistribuirá la suerte dándole más probabilidades de ganar el el futuro. El azar no posee sentido de la justicia, simplemente ocurre, es pura estadística, y nunca juega a favor de nadie. La única manera de aumentar las probabilidades de ganar la Lotería es comprando diferentes números (si se compran 5 números, o sea, 100 euros invertidos, asciende al 0,0005%, una probabilidad igualmente despreciable).
- La ilusión de control: Se produce cuando se cree que, siguiendo determinadas estrategias (comprando el número de la fecha de nuestra boda, por ejemplo), se aumentará la probabilidad de ganar en la Lotería.
- Falacia de la frecuencia base: Este sesgo es muy común, y se da cuando tenemos en cuenta solo una parte de los resultados y no todo en conjunto. Utilizando el mismo ejemplo de una hipotética administración de la que se dice que 'reparte muchos premios'. Si se mira el total de boletos que vendieron, se comprobará cómo, efectivamente sí tocaron allí muchos 'Gordos'. Pero ampliando el marco y viendo la enorme cantidad de décimos vendidos allí, se verá que la relación numérica entre boletos premiados y no premiado es prácticamente idéntica a cualquier otra administración de Lotería.
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