
Lotería de Navidad
Una mujer contó ante toda España que el había tocado 'El Gordo', pero luego se llevó una gran desilusión
Fue una de las anécdotas más sonadas hace unos años, y aún hoy muchos recuerdan la cara de la pobre señora al enterarse

La mente humana es la mayor herramienta de la que disponemos las personas, pero también puede tornarse caprichosa y jugarnos malas pasadas, como en el caso que nos trae hoy aquí. Hay ocasiones en las que un deseo parece estar tan cerca de cumplirse que nos obnubilamos y ya la damos por sentada. Pero la realidad acaba golpeando como un mazo: hasta que no lo consigues, no puedes asegurarte de que lo hiciste.
Como para todas las situaciones, un viejo proverbio viene a ilustrarnos con su sabiduría, aquel que dice: "No vendas la piel del oso antes de cazarlo". Es decir, que debemos cuidarnos mucho de los impulsos excesivamente optimistas antes de llegar a la meta, pues se debe tener total seguridad en conseguir algo antes de darlo por hecho, y jamás tomarlo por ocurrido de forma anticipada.
Todo esto puede suceder también debido a una 'jugarreta' mental que nos hacemos a nosotros mismos, el famoso "sesgo de confirmación". Se trata de un fallo de razonamiento inductivo, en el que aceptamos que una acción llevará irremediablemente a otra. Este disparate tan común nos hace buscar interpretaciones o recordar información de forma muy sesgada, quedándonos solo con aquello que confirma lo que deseamos o queremos que suceda.

Por supuesto, cuanto más ansiemos que un determinado suceso acabe por ocurrir, tanto más fuerte se pueden presentar esta clase de 'zancadillas' que nos pone nuestro propio cerebro. Si la recompensa es, como en el ejemplo de hoy, una cantidad de dinero inmensa, es lógico pensar que cualquier persona podría llegar a sucederle algo como lo que les relataremos a continuación.
Una mujer contó ante toda España que el había tocado El Gordo, pero luego se llevó una gran desilusión
Si algo malo tienen los medios de comunicación, ya sea la radio, la televisión o la propia prensa, es que todo lo que sucede queda registrado. Constituye un arma de doble filo, ya que si se ha cometido algún error grave, la hemeroteca se lo recordará a esa persona, que de otra forma no habría podido ser contradicha. Al existir ese archivo, es imposible huir de la realidad, por lo que lo mejor es aceptarla y admitir el error, por mucho que cueste.
No hace demasiado tiempo, en las Navidades de 2016, que una no tan afortunada mujer de Pinos Puente (Granada) apareció delante de toda España en un estado absoluto de júbilo, ya que pensaba que le había tocado El Gordo de la Lotería de Navidad. Para su sorpresa, y durante una retransmisión en directo, se enteró de que estaba equivocada, y había sido su boleto el ganador del primer premio.
A decir verdad, no fue delante de toda España, sino en el programa 'Andalucía Directo' de CanalSur, pero el vídeo tardó pocos minutos en hacerse igualmente viral en redes sociales. La vecina granadina fue entrevistada en esta realización en tiempo real rodeada de familiares y amigos, y sacó del interior de su sostén el que creía que era el ansiado boleto premiado con El Gordo, que contenía el número 66813.

Para su sorpresa, tuvo que ser el presentador del programa desde la cabina quien le comunicase en pleno directo que el número acertante había sido el 66513, por lo que no había conseguido 'El Gordo', como ella pensaba, sino un Segundo Premio. La mujer, algo decepcionada, pero igualmente pletórica de alegría por haberse llevado una buena suma de dinero, espetó al enterarse de su error con deportividad: "Bueno, me da igual, tengo el segundo".
La entrevistadora, algo cínica, le preguntó a la acertante de segunda categoría si al menos había tenido un momento de felicidad, aunque le hubiese durando tan solo un instante, a lo que ella confesó: "Pues sí, me he vuelto loca". Acto seguido, la mujer volvió a sacar sus preciados boletos del forro del sujetador para cerciorarse por última vez de que, aunque su mente le hubiese jugado una mala pasada, al menos le quedaba la también enorme alegría de haber obtenido un segundo premio en la Lotería de Navidad.
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