Vivienda
El “Pequeño Versalles” tiene nuevo dueño millonario
El Château de Marais, del valle de Saint-Germain, ha sido adquirido por el magnate checo Daniel Křetínský por 43 millones de dólares
A solo 36 kilómetros de París, en la región de Essonne, se levanta uno de los edificios más llamativos del territorio por su estilo neoclásico “Louis XVI”. Conocido comúnmente como el “Pequeño Versalles”, este castillo fue terminado en 1779 por el renombrado arquitecto Jean-Benoît-Vincent Barré y casi dos siglos después, en 1965, fue declarado monumento histórico nacional.
Desde su inauguración, a finales del siglo XVIII, varias personalidades de alta alcurnia han residido en esta privilegiada vivienda. En los últimos años, las familias Pourtalès y Frotier de Bagneux han sido las propietarias del codiciado inmueble y las que finalmente decidieron confiar la venta a la inmobiliaria Engel & Völkers.
Tras un tiempo en el mercado, ahora este palacio parisino ha sido vendido a uno de los hombres más ricos del mundo. El empresario energético Daniel Křetínský, persona con la tercera mayor fortuna de la República Checa, se ha convertido en el nuevo dueño del icónico castillo y “solo” ha tenido que pagar 43 millones de dólares por esta histórica propiedad.
Entramos al Castillo de Marais
Antes de aventurarnos al interior, no podemos dejar de admirar las impresionantes 35 hectáreas de terrenos exteriores en las que se incluye un enorme parque ajardinado, rodeado por vasta vegetación, y un lago privado de 550 metros de largo. La fachada del patio da una bienvenida solemne a los invitados, con una majestuosa entrada que se inspira en las villas del arquitecto renacentista Palladio.
Al pasar, cuatro columnas sostienen y dan fuerza visual al vestíbulo, que termina con gracia en una cúpula cuadrada, réplica de la que podemos encontrar en el museo del Louvre. Las estancias interiores mantienen la esencia inicial, con numerosos detalles originales de época en cada esquina de la casa.
Muebles, pinturas, esculturas, papeles pintados y objetos únicos componen cada uno de los espacios de esta casa, una propiedad que recuerda más a un museo que a una residencia al uso.
Tal es su valor que, según se ha filtrado en la prensa, Křetínský iniciará una extensa renovación de esta finca con el objetivo de construir un hotel de lujo. Eso sí, para llevar a cabo esta previsiblemente larga reforma, el millonario deberá respetar el Código de Patrimonio parisino, manteniendo las estructuras que hacen de esta propiedad un monumento histórico.
✕
Accede a tu cuenta para comentar