Epidemias

Un aplauso también para los profesionales del sector privado

Su colaboración con el sector público está siendo clave para afrontar la actual crisis

El hospital de Ifema estará operativo hasta finales de mayo
Un hombre sin hogar habla con un sanitario en el Pabellón 14 del hospital de campaña de Ifema en MadridJesús HellínEuropa Press

La enorme crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia que ante una emergencia toda ayuda es poca. Nos han hecho falta unas circunstancias como las que ahora estamos sufriendo para descubrir de golpe el valor y la urgencia de lo público, pero también la relevancia crucial de la colaboración del sector privado en las necesidades colectivas.

Es un orgullo tener el mejor modelo sanitario del mundo, y sus profesionales merecen por ello el aplauso que están recibiendo, pero ese mismo aplauso también lo merecen los profesionales de las instituciones y empresas privadas que están trabajando para paliar los efectos de esta crisis. Es un falso maniqueísmo que lo público sea lo bueno y lo privado lo malo, como algunos nos quieren hacer creer. La realidad es mucho más compleja.

Por citar algunos ejemplos, la Fundación Jiménez Díaz es público-privada. Muchos de los servicios que se prestan en los hospitales públicos son ofrecidos por personal procedente de empresas privadas: cocineros, lavanderos, ambulancias, auxiliares sanitarios. Prácticamente el cien por cien de los equipos y de los medicamentos son fabricados por empresas privadas. La Cruz Roja es una institución privada que presta en estos días un servicio importantísimo a personas necesitadas. La ONCE es una institución privada que ha prestado un inmenso servicio social en España desde 1938. Por no hablar de las empresas y ciudadanos que todos estos días ayudan con su esfuerzo a mejorar la vida de las personas y a aliviar los padecimientos que esta terrible crisis ha traído consigo.

Todos estamos ayudando cada día a superar esta situación, tanto desde el sector público como desde el empresarial. Por ello, se habla tanto hoy en día de la colaboración público-privada, que lleva muchas décadas formando parte del panorama de la gestión en las administraciones públicas y lo ha hecho con independencia de su color político. Nosotros, en Grupo 5, podemos decirlo por propia experiencia, ya que trabajamos, por ejemplo, con el PP-Ciudadanos en Madrid, con Compromís-PSOE-Podemos en Valencia o con el PSOE en Tenerife. Y es que durante esta terrible crisis que estamos viviendo se ha puesto de manifiesto, una vez más, la necesidad de esta cooperación entre lo público y lo privado.

Un excelente ejemplo es la rapidez y la eficacia con la que los servicios de emergencias sociales de Grupo 5 están respondiendo en distintas ciudades de España a la demanda de diferentes Administraciones Públicas para paliar las necesidades de las personas más vulnerables y sin hogar. En un tiempo récord, y en colaboración directa con los gestores públicos, estamos gestionando en distintas ciudades españolas, como Madrid, Valencia o Tenerife, dispositivos temporales de emergencia social para alojar y atender a cientos personas sin hogar. No estamos hablando de caridad, sino de unos dispositivos que cuentan con profesionales con formación específica en intervención social para dar atención sanitaria, social y psicológica, y con servicios de manutención, lavandería, limpieza y seguridad necesarios para que las personas sin hogar puedan sobrellevar esta situación de excepción con el máximo bienestar y dignidad posible.

Los Servicios Sociales son el cuarto pilar del estado del bienestar y quizás sea el más desconocido. Unos servicios sociales especializados que están dando respuesta en esta crisis de salud a distintos colectivos. Las residencias y centros de atención diurna se reorganizan para dar la atención y contención necesarias a las personas con problemas de salud mental y las personas con discapacidad. Los centros de atención a la infancia y los equipos de educación social continúan trabajando con niños, niñas, adolescentes y familias para garantizar su protección y desarrollo. Los albergues y centros de acogida continúan dando respuesta a las personas sin hogar. Las mujeres víctimas de violencia machista que están pasando por una situación muy complicada con este confinamiento tienen el apoyo de profesionales especializadas en la atención a la violencia de género y en las urgencias sociales. Equipos de las residencias de mayores están haciendo esfuerzos ingentes por frenar una situación devastadora y que tanto daño profesional y personal les está suponiendo. Las personas con daño cerebral continúan recibiendo la atención que necesitan para no parar su rehabilitación tras un ictus o un traumatismo y no generar más dependencia.

Esta década que acaba de comenzar lo ha hecho con una crisis sin precedentes que va a dejar una sociedad muy erosionada desde muchos puntos de vista. Para que los más desfavorecidos y vulnerables no queden desatendidos, y para estar mejor preparados para nuevas situaciones de emergencia que puedan producirse, tenemos que aprovechar todos los recursos que estén en nuestra mano. Para ello, es absolutamente necesario contar con sistemas de atención social que sean modernos, eficientes y generadores de modelos de bienestar de alta calidad.

Nuestros profesionales no son ni mejores ni peores por prestar servicio en instituciones públicas o privadas. Las Administraciones son garantes del acceso a los servicios públicos en condiciones de igualdad y accesibilidad, y en ese objetivo del Estado las empresas privadas son colaboradoras necesarias, no solo para cumplir con los estándares de calidad fijados y para someternos a la inspección, sino para la puesta en marcha, de manera eficiente y ágil, de servicios públicos esenciales en estos momentos. Las empresas privadas deben estar, como el resto de la sociedad, sometidas a estrictas reglas de calidad en la asistencia. Nosotros estamos muy orgullosos de aplicarlas y de someternos a la inspección constante de las Administraciones.

Nuestros equipos de Psicología, Trabajo Social, Educación Social, Terapia Ocupacional, Medicina, Enfermería, Administración y todo el personal de servicios se están dejando la piel estos días. Y merecen aplauso. Tanto si su nómina la paga un Ministerio como si la paga una empresa privada. Ha de premiarse su esfuerzo y su eficacia de igual modo, como de igual modo debemos ser exigentes con su formación y su desempeño.

Guillermo Bell es presidente ejecutivo de Grupo 5