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Monasterio: «Iglesias baja la cabeza como un cobarde cuando le confrontan»
LA RAZÓN acompaña a la candidata de Vox a un mitin en una plaza de toros, una reunión con ganaderos y a la apertura de una sede del partido en Madrid
«¿Qué si hago footing para empezar el día? No, nada de eso. Las madres de familia numerosa no tenemos tiempo para esas cosas. Somos “multi tasking” y vamos a lo básico: qué comemos hoy, qué descongelo para la cena, que si tu hija te dice que necesita acuarelas para un trabajo, que quién lleva al niño hoy al partido de fútbol...Vamos, lo que cualquier madre de familia», dice Rocío Monasterio. Ayer se levantó a las 7:15 de la mañana con varias tareas en su agenda política: un mitin en la Plaza de Toros de San Sebastián de los Reyes con Santiago Abascal, uno de los actos centrales de la campaña; un encuentro con simpatizantes de Vox en el parque Eduardo Guillén de Collado Mediano, otro con los ganaderos de la misma localidad en la cerca «El Canchal», y acabó rematando el día en la nueva sede que Vox abrió en Madrid en Pedro Damián 33.
Monasterio salió de su casa de camino a la plaza de Toros de San Sebastián de los Reyes apurada porque, además de resolver cuestiones de intendencia familiar, tuvo que colocar en la nevera una vaca troceada que la noche anterior le había enviado su amigo Agapito, un ganadero. Ya en la plaza le dio tiempo a bailarse un pasodoble en el callejón con el diputado de Vox por Barcelona Juanjo Aizcorbe y a emocionarse cuando salió al albero de una plaza de toros llena de simpatizantes que la aclamaban como «¡presidente!».
Aún coleaba lo ocurrido en el polémico debate radiofónico del día anterior que Pablo Iglesias acabó abandonando. «¡Rocío, tienes que ir más veces a la SER!», la gritaban desde el graderío. A media mañana, en un «momento de paz» dentro de un día maratoniano, comenta con LA RAZÓN la polémica en torno al debate.
–¿Cree que Pablo Iglesias se va a levantar y se va a largar de verdad de la política, como usted le sugirió?
–Eso lo tienen que hacer los votantes y yo confío en que se den cuenta del daño que ha hecho a España. Estoy convencida de que Pablo Iglesias tiene que salir de la política española y lo que deseo es que se largue de una vez.
–¿Lamenta que no vaya a haber más debates?
–Pues sí, porque me encanta confrontar las ideas y que se vea la gran incoherencia de esta izquierda pija y de salón que nos dice que no podemos comer carne, que todo se basa en cuotas, también sobre las mujeres, que no podemos decir esto o lo otro... La gente está harta ya y en los debates se puede hablar de la realidad sin manipulaciones y sin que nos corten nuestro mensaje.
Monasterio cree que Pablo Iglesias «llevaba un tiempo presionando a los medios de comunicación para que si iba él, nosotros no estuviéramos. De hecho hubo gritos antes del debate... Lo que se vio es que cuando alguien le encara y le confronta baja la cabeza como un cobarde».
–Usted dice que Iglesias no soporta que una mujer le mire a los ojos y le diga cuatro cosas...
–Ya hemos visto como trata a las mujeres. Ellos hablan de género, pero realmente los que van de machos alfa son ellos. Nos hablan de que las mujeres tenemos que estar por cuota en los trabajos y que nos va a proteger. A las mujeres no nos hace falta que nos proteja un tipo como Pablo Iglesias. Las mujeres llegamos donde queremos, como queremos y cuando queremos. No hace falta que nos traten diferente y menos que un machista como Pablo Iglesias venga a darnos su protección. Yo, desde luego, no la quiero y no tengo ningún problema en mirarle a los ojos y decirle lo que pienso de él, que creo que es lo que piensan muchos españoles.
–¿Y qué es lo que Monasterio le diría a Iglesias mirándole a los ojos?
–Lo que piensan incluso sus votantes: que la izquierda ha traicionado a los trabajadores; a los vecinos de los barrios que ahora se sienten inseguros con su política irresponsable de inmigración ilegal, ha dejado a muchos trabajadores españoles y a muchos barrios a merced de la inseguridad; está atacando los ahorros de la gente que ha esta trabajando cuarenta años para que luego les ocupen la casa; ha traicionado a los comerciantes que levantan la persiana todos los días y tienen que ver ahora que en la lista de Podemos va un mantero».
La candidata de Vox confía en su intuición y cree que Iglesias «está anímicamente mal, esta ya casi fuera de juego, ha visto que ya no puede ir a ningún sitio porque se lo ha buscado él», dice.
Lo cierto es que, desde el accidentado debate, Vox ha visto cómo se disparaba el número de afiliados en solo un día. Un nutrido grupo de simpatizantes la esperaba a las 13:00 horas en el parque Eduardo Guillén de Collado Mediano. Todos querían hablar con Monasterio del asunto de las cartas y las balas. «¡Rocío, a ver si sacas a esa gente de la izquierda!, que se investigue todo. ¡Son ellos!», la espetaban mientras se lamentaban de los problemas de inseguridad en la zona.
Pero es que Monasterio también cree que Gabilondo «está en horas bajas» después de recurrir a Marlaska para «reactivar» su campaña. «Ya le vimos en el debate de la SER, que se quedó sentado sin saber qué hacer hasta que, de repente, salió al pasillo y su equipo le dijo “pero, haz algo” y entonces él dijo: “pues entonces, yo también me levanto”. Gabilondo es una marioneta de Pablo Iglesias. Éste es el Partido Socialista, que está sometido a la izquierda más radical».
De Mónica García, la candidata de Más Madrid, no tiene mejor opinión, por mucho que las encuestas le resulten favorables. Cree que «tiene el amargor de la izquierda y es el “Podemos 2”, que pretenden contarnos las mismas propuestas que el Podemos de Pablo Iglesias, pero con un color distinto. Son lo mismo, por mucho que se pongan tirabuzones en el pelo».
Monasterio no oculta sus dudas sobre las amenazas recibidas por Iglesias, pese a que su partido se ha presentado como acusación particular. Y fue clara entre los vecinos que le preguntaban con insistencia: «Yo del Gobierno no creo nada y tengo el derecho a no creerme nada, pero sí condeno todas las amenazas. Queremos saber la verdad de todo: del ataque a la sede Podemos en Cartagena, del que sufrimos en Vallecas por parte de mucha gente que estaba ahí organizada, preparada y con ganas de lanzar un adoquín de los que te matan. Fue brutal. Condenamos toda la violencia, pero no estamos dispuestos a agachar la cabeza».
Los vecinos asentían con la cabeza a lo que decía Monasterio, que no dudó en hacerse fotos con todo aquel que se lo pidió y emprendió camino hacia la cerca El Canchal, propiedad de Diego, un ganadero de la localidad, situada en la cuenca alta del Guadarrama, entre Guadarrama y Becerril de la Sierra, desde donde se divisa Navacerrada. Monasterio escuchó las quejas de los ganaderos sobre los «urbanitas» que con la pandemia han emigrado a Collado Mediano y de los domingueros que tiran las mascarillas por el campo, que se meten en las fincas, que dejan perros sueltos, que pisan los pastos.... Se lo decían confiados en que su entrada en el Gobierno pudiera resolver sus problemas. ¿Podría forjarse un pacto PP-Vox a partir del 4-M para Madrid? «Yo lo que le pido a Ayuso es que no tenga miedo a lo que le vaya a decir la izquierda por pactar con nosotros. Que lo diga, que no va a pasar nada, que yo voy a dar la cara por ella ante Pablo Iglesias».
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