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Entrevista

«El Gobierno patea el español e Irene Montero, con el ‘ellos, ellas y elles’ no es nadie para decir cómo hablar»

Es uno de los protagonistas de la semana, tras su nombramiento como director de la nueva Oficina del Español: “En la izquierda les molesta el español y si a eso se unen Ayuso y Cantó, les aterroriza”

Desde hace meses, Toni Cantó parece obligado a tener que justificarse. Tuvo que hacerlo cuando se marchó de Ciudadanos, tuvo que hacerlo cuando Isabel Díaz Ayuso le situó en el quinto puesto de su candidatura a las elecciones del 4 de mayo y ha tenido que hacerlo esta semana, tras ser designado director de la nueva Oficina del Español de la Comunidad de Madrid. Reconoce a LA RAZÓN que este nombramiento no tiene nada que ver con los «chiringuitos» que él, en el pasado, denunció a cuenta de, por ejemplo, la creación de un instituto para la defensa de la lengua valenciana. No le duele que sus ex compañeros de Ciudadanos le estuvieran esperando para atizarle a la primera de cambio y, a nivel nacional, ve próximo el final del «sanchismo».

–¿Se hubiera generado la misma polémica si no fuera usted el protagonista?

–Es posible que hubiera sido menor la polémica. En cualquier caso habla del español y el español le molesta mucho a la izquierda de forma incomprensible. Vengo de un territorio en el que la izquierda ha hecho todo lo posible por arrinconar al español, por hacer que desaparezca de muchos ámbitos. Si al español le añades Isabel Díaz Ayuso y, humildemente, a otro nivel mucho más bajo, me añades a mí, pues nos convertimos en un tridente que para la izquierda y el nacionalismo es el equivalente a una ristra de ajos para un vampiro. Les aterroriza. Me siento muy orgulloso de que la presidenta, sin ningún complejo, pelee esta batalla cultural.

–¿Qué diferencia este nombramiento de otros similares que usted ha criticado para proteger la lengua valenciana?

–En una comunidad como la valenciana el uso que se hace de la pelea lingüística, normalmente termina empobreciendo al ciudadano, restándole oportunidades, impidiendo que los mejores vengan a la Comunidad Valenciana, restringiendo libertades... Esto es todo lo contrario, generar oportunidades para que haya más riqueza y más empleo. Creo que Madrid no sólo se ha convertido en el territorio más libre de España, sino también en el más próspero. Económicamente tira del resto de España y quiere aprovechar todas las oportunidades. Es obvio que en España podemos hacer más y Madrid es lo que pretende al hacer que sea la región el centro mundial del español, haciendo que cuando alguien piense en el español diga: «Madrid». Hay otros países y ciudades del mundo que han creado mucha riqueza y empleo en torno a un idioma, el inglés por ejemplo, y aquí hay mucho trabajo por hacer. Es un reto muy apasionante, en el que estoy encantado de estar trabajando.

–La polémica ha girado en torno a su elección para esta oficina, pero vayamos al fondo: cuando Ayuso le llamó para explicarle el proyecto, ¿qué le pidió en concreto?

–Creo que hay una parte fundamental que tiene que ver con la creación de riqueza y empleo en torno a las oportunidades que brinda el español. Hay una obvia, que es la educativa: queremos contribuir a que haya acuerdos con entidades, universidades, escuelas privadas y todo lo que tenga que ver con el español, no sólo en Madrid sino en todo el mundo. Hay una labor de imagen y comunicación que hay que llevar a cabo también. Y hay otras muchas cosas que tienen que ver con que estamos hablando del segundo idioma más hablado del mundo tras el chino mandarín y que da mucha oportunidad a los negocios y a la relación con el resto del mundo que habla esa lengua. También hay una parte que tiene que ver con lo cultural y artístico, con algo como la celebración del próximo Día de la Hispanidad, reivindicar Madrid como la sede de muchos eventos que tengan que ver o se expresen en español. Y también, por qué no decirlo, con dar una batalla cultural: estamos en un país en el que desde el Gobierno de la nación se están dando patadas al idioma. Como Carmen Calvo con su «Congreso de los Diputados y las Diputadas», pero el paradigmático es Irene Montero hablando del «ellos, ellas y elles»... Es un Gobierno que ya se ha denunciado desde la Comunidad de Madrid, que intenta meterse en todo lo privado, no solamente en cómo comemos y en cómo debemos hablar. Y hay que reivindicar que el Gobierno de la nación no es nadie para decir cómo hablamos... La señora Montero no es quién para decirnos cómo tenemos que hablar ni mucho menos. No es el poder político el que decide cómo se habla. Eso es tremendo, pero al final, es lo que hace o pretende hacer la izquierda en todos los ámbitos de nuestra vida.

–Desmintió que esta oficina sea un chiringuito al asegurar que no tiene estructura, pero Ayuso indicó que si funciona bien podría tener estructura. ¿No es contradictorio?

–La estructura que vamos a tener es la que ya existe en la Comunidad de Madrid. Estoy recibiendo llamadas de todos los consejeros que van a tener que ver con esto. Hablo de Turismo, de Cultura... Tiene que ver con Educación, pero también con Economía, Industria... Es un territorio muy transversal, queremos aprovechar las oportunidades.

–Han sido muy críticos los partidos de la oposición, desde la izquierda a Vox. ¿Le han dolido especialmente las críticas de tus ex compañeros de Cs?

–No, porque ya he visto en lo que se ha convertido el partido. Escuchar a mi ex partido quejarse de que se apoye al español es muy triste porque una de las razones por las que nació ese partido tenía que ver con la defensa del español. Se ha hecho una crítica que refleja cierto desconocimiento. Se habla mucho del Cervantes, pero no tiene nada que ver. El Instituto Cervantes trata de llevar el español al exterior de nuestro país. Nosotros lo que estamos intentando es aprovechar aquí, dentro de la Comunidad de Madrid, todas las oportunidades que nos brinda el español para crear riqueza y empleo y convertir a Madrid en un referente mundial. Pretendemos que en cualquier lugar del mundo cuando alguien piense que se quiere ir a una inmersión total dos meses o un año entero a estudiar español lo que aparezca sea la palabra «Madrid». Y hay una parte más gamberra que me atrae, que es dar la batalla cultural. Hay gente que se lo toma muy a cachondeo pero yo creo que es un tema de libertades y lo suficientemente serio para que peleemos porque cuando te quieres dar cuenta ya estás en un territorio como Cataluña, porque la lengua es el burro de Troya en el que el nacionalismo introduce lo que viene después, empezando por el adoctrinamiento que hace ver que todo lo español es malo. Como valenciano estaré muy contento de dar esa batalla cultural, que yo creo que es algo que la presidenta ha hecho desde el principio y que ha hecho que sea diana de muchos ataques, pero que demuestra que está haciendo bien las cosas.

–Vincula todas las críticas con los reparos de la izquierda y del nacionalismo hacia el español. ¿No concede que haya gente que piense que, simplemente, es una oficina innecesaria?

–No debería ser muy difícil convencer al PSOE. Porque el Partido Socialista llevaba en su programa este tema y además lo que hizo fue presupuestarlo con 150 millones de euros y montar un palacio de 30.000 metros cuadrados. Así que ver ahora a cualquier socialista llevarse las manos a la cabeza por este tema me parece un disparate. Con muchos menos recursos y muchísimo menos coste para el contribuyente, vamos a hacer una tarea que hasta hace nada ellos defendían. En cualquier caso, creo que sí hay un componente ideológico en su aversión a todo lo que suene a español por parte del PSOE y ya no le digo por parte de Más Madrid. No estoy respondiendo a todos estos ataques y, humildemente, espero convencerles con nuestro trabajo. Si me llaman desde el parlamento de Madrid, rendiré cuentas.

–Está en una consejería dirigida por Marta Rivera de la Cruz. Otra ex de Cs va a dirigir las políticas de Igualdad de Madrid. ¿Qué aportan los ex de Cs en el Gobierno de Ayuso?

–Lo que demuestra la presidenta es que quiere contar con gente capacitada y en la que ella confía. Y, por supuesto, que sean cercanos ideológicamente. Eso habla muy bien de ella, como habla bien de Pablo Casado. Es la misma operación. El PP se ha convertido en una fuerza que ha ampliado su espacio y yo estoy muy agradecido de que cuenten con gente como nosotros, como Marta Rivera o Patricia Reyes, a las que conozco muchísimo. Como hombre que viene de la cultura y que también he llevado a cabo en el pasado un trabajo de gestión cultural, estoy muy orgulloso del trabajo de Marta Rivera en Madrid, un trabajo que ha sido elogiado incluso fuera de las fronteras españolas, se ha hablado de Madrid como el centro neurálgico de la cultura durante la pandemia.

–Adquiere un compromiso con Madrid por dos años. En 2023, ¿le gustaría seguir aquí o estará a disposición del PP de cara a las elecciones municipales y autonómicas de ese año?

–Yo hace cinco días no tenía ni idea de que iba a estar aquí en la Consejería de Cultura llevando a cabo esta tarea. Me llamó Ayuso al mediodía y me enteré. Cualquier cosa que pueda decir de lo que vaya a pasar con mi vida de aquí a dos años carecerá de valor porque no tengo ni idea de qué será de mí.

–¿Seguirá aportando como independiente o se afiliará?

–Nadie me ha pedido que me afilie y creo que uno de los valores que hablan muy bien de Ayuso y de Casado es la voluntad de contar y de ampliar el espacio que ocupaba hasta ahora el PP. A partir de la gran victoria de la presidenta hay algo que se expande hacia el resto de España. Creo que la próxima persona que está en disposición de conseguir eso es Pablo Casado. Es la persona que disputará y sacará democráticamente a Sánchez de La Moncloa. Y es fundamental para un país que está en una situación muy complicada y en manos de unos socios que quieren dinamitarlo.

–¿Está más cerca el fin del «sanchismo» tras el 4-M?

–Absolutamente, lo dicen todas las encuestas. La victoria de Ayuso fue importantísima porque expandió y dio moral, ganas y fuerza al resto de españoles más allá de Madrid. Lo noto en las calles. Hay que reconocerle a mi ex partido que a su pesar le hizo un favor a España con la moción de Murcia. Fue un grandísimo error que condenó definitivamente a Ciudadanos a la irrelevancia y a la muerte, pero que hace más sencilla la tarea de sacar a Sánchez de Moncloa. A su pesar y por error, le hicieron un favor a España.

–¿El futuro de Ciudadanos es la desaparición?

–Me temo que sí, que se han convertido en irrelevantes. Me temo que con una dirección que hizo lo que hizo en Cataluña y no asumió responsabilidades, que llevó a cabo lo de la moción de censura en Murcia y que quiso hacerlo en Madrid y Castilla y León y no asumió responsabilidades, que ahora le quiere dar la Alcaldía de una ciudad como Granada al PSOE...Se ha convertido en un grupito, en cuatro que llevan un partido que no tiene nada que ver con el partido de Rivera, Girauta, Páramo, Villegas, Hervías... De un grupo de gente a una distancia sideral de lo que es ahora.

–¿En la actual dirección de Ciudadanos considera que hay gente que podría aportar cosas como usted en el PP?

–Por desgracia, creo que se han convertido en un grupo de gente que está en una posición muy nacionalista. Se han convertido en aquello contra lo que se luchaba. Cuando oigo a gente hablar de puros e impuros, a mí me da mucho repelús. Es un lenguaje nacionalista y me da mucha tristeza escucharles diciendo algo así. No sé si en la dirección, porque se están declarando puros y no sé si querrán mancharse colaborando con otras fuerzas políticas. Fuera de la dirección, hay muchísima gente que podría seguir aportando en la administración y en la política española su trabajo, su honradez y sus ganas de ayudar a que España sea mejor.

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