Obras

Así avanza el Espacio Delicias, el nuevo macrocentro de ocio de Arganzuela

Se estrenará a finales del mes que viene y constará de un teatro, un cabaret y una zona multiusos

Estado de las obras del macroespacio, el pasado fin de semana
Estado de las obras del macroespacio, el pasado fin de semanaAlberto R. RoldánLa Razón

No hay verano en Madrid sin obras. Pero entre los cortes de tráfico, los asfaltados de las calzadas y los mantenimientos de los firmes, también se intuyen nuevos proyectos a un paso de ver la luz. Es el caso del Espacio Ibercaja Delicias. El esqueleto de este macroespacio de ocio, cultura y arte, ya deja entrever lo que será de aquí a finales de septiembre, fecha prevista para su inauguración. Un entorno de 18.400 metros cuadrados, situados en la parte trasera del Museo del Ferrocarril, y con el que se espera revitalizar el tejido cultural de la ciudad.

En realidad, el Espacio Delicias serán tres: un teatro, un gran cabaret y una zona multiusos, todos ellos adaptables, y en los que se celebrarán eventos de diversa temática para todos los públicos. De hecho, el programa inaugural ya está cerrado. El teatro acogerá el musical «Kinky Boots» el próximo 28 de septiembre, en lo que será la inauguración del espacio. Por su parte, el gran cabaret, que celebrará representaciones de circo, danza, cabaret y humor, se estrenará el 30 con el espectáculo «The Hole X», un show perteneciente a la saga teatral «The Hole» y que recogerá la originalidad y los personajes de las ediciones anteriores. Por último, la sala multiusos albergará exposiciones de temática variada: cine, festivales y actividades infantiles... Echará a andar a finales del mes que viene con la exposición multidisciplinaria «Meet Vincent van Gogh», muestra que indagará, de manera innovadora, en la vida del pintor neerlandés.

Ahora bien, no todos los vecinos del distrito de Arganzuela comparten las bondades potenciales del nuevo centro. Asociaciones de los barrios de Delicias, Legazpi y Chopera han protestado contra la instalación de un macroespacio de ocio «en el entorno de nuestras casas». Algo, afirman, que vulnera el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y el uso dotacional que adjudica a esos terrenos, cuando llevan reclamando equipamientos desde hace ya 25 años. Además, temen que el proyecto acabe convertido en un «fiestódromo», con el consiguiente impacto no solo para la imagen del barrio, sino para su propio descanso. De ahí que hayan pedido la paralización de unos trabajos que, de momento, avanzan a buen ritmo.