Pintura
Madrid declara Bien de Interés Cultural el Ecce Homo atribuido a Caravaggio
Se trata de una muestra del naturalismo italiano poco representado en las colecciones de la Comunidad
A punto estuvo de subastarse, el pasado 7 de abril, el «Ecce Homo» identificado como la Coronación de Espinas, de un pintor supuestamente perteneciente al círculo de José Ribera (s.XVII), con un precio de salida de 1.500 euros, hasta que la intentona se frenó. Existían fundadas sospechas de que el cuadro, propiedad de la familia Pérez de Castro, podría tratarse, en realidad, de un Caravaggio, según el Museo del Prado. Entonces la Comunidad de Madrid inició un proceso para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) la obra del pintor tenebrista y hoy concluye el proceso, ya que el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid prevé aprobar hoy el decreto por el que se declara BIC.
Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, cree que con esta declaración «se concluye un procedimiento iniciado hace ocho meses, inmediatamente después de que se retirase de una subasta por los indicios que los expertos nos trasladaron sobre la posible autoría del maestro italiano». Entonces la obra se declaró expresamente inexportable, como medida cautelar, después de los informes emitidos por el Ministerio de Cultura y Deporte y el Museo del Prado.
«Fue en ese momento cuando las instituciones nos pusimos a trabajar para hacer realidad la protección cautelar de la obra y ahora finalizamos un procedimiento que podemos calificar de éxito, en el que también han colaboraron el Museo del Prado y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando», ha añadido Rivera de la Cruz. En su opinión, la medida «no solo asegura la protección de nuestro patrimonio nacional, madrileño y universal sino que es motivo de orgullo para la cultura de nuestro país», ha añadido.
Según ha informado la Comunidad de Madrid, conforme a los informes técnicos Conforme a los informes técnicos disponibles a día de hoy, este óleo sobre lienzo, que mide 111 x 86 centímetros, constituye una muestra de excelencia y maestría pictórica del primer naturalismo italiano, que ejerció una gran influencia en la escuela pictórica madrileña del siglo XVII. «Aspectos como el retrato psicológico de los personajes, el realismo de los rostros, la fuerza lumínica que se concentra en el cuerpo de Jesucristo, el juego de primeros planos de los tres personajes y la comunicación que se establece con el espectador hacen del cuadro una obra de gran interés artístico».
Asimismo, se califica de «muy relevante» el valor de la pintura dentro del patrimonio histórico de la Comunidad de Madrid, al representar un testimonio de una corriente, el naturalismo italiano, escasamente representada en las colecciones ubicadas en la región. «Los rasgos caravaggistas de la obra en su iconografía y lenguaje ejecutivo y su altísima calidad acreditan su especial relevancia dentro del patrimonio artístico de la Comunidad de Madrid», expone como argumentos que han llevado al Ejecutivo regional a elevar a BIC la supuesta obra del pintor barroco.
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