Historia

Así lo quisieron los madrileños: los secretos que guarda uno de los archivos más desconocidos

Los Protocolos Notariales de Madrid están instalados en 37.997 tomos, y cada año ingresan los protocolos notariales que han cumplido cien años de antigüedad

Archivo de Protocolos de la Comunidad de Madrid
Archivo de Protocolos de la Comunidad de MadridComunidad de Madrid

A cada uno lo suyo. Y que así quede plasmado. El Archivo Histórico de Protocolos de Madrid tiene el reconocimiento del mundo científico, que lo considera fuente básica para la reconstrucción de la historia de Madrid y de España. Este Archivo tiene una importancia clave y diferente a otros de nuestro país: Madrid fue sede de la Corte y capital del país y, por tanto, foco y reflejo de la actividad de éste. El Archivo Histórico de Protocolos de Madrid es un centro de titularidad estatal y gestión transferida a la Comunidad de Madrid que custodia los protocolos centenarios de los distritos notariales de la provincia de Madrid, pero también -y esta es su grave singularidad-, la de los Consulados de España en el extranjero. El valor e interés de estos fondos es incalculable, no sólo como fuente documental para estudios globales o concretos sobre la actividad de las personas e instituciones de épocas pasadas, sino también y, sobre todo, por su carácter de testimonio y garantía de los derechos de los ciudadanos. Lo que uno hace, lega, compra o deja de hacer, tiene una importancia capital. Para uno mismo y para sus herederos. También, como es fácil suponer, para sus conciudadanos. Hoy día los notarios conservan los documentos en sus despachos hasta los 25 años de antigüe­dad, en que deben transferirlos a los Archivos Generales de los Distritos Notariales o de los Colegios profesionales. Cuando cumplen 100 años los protocolos se remiten desde los Archivos Generales a los Archivos Históricos, siendo desde este momento de acceso público para cualquier ciudadano. Antes de los 100 años, los notarios pueden permitir el acceso a una determinada escritura pública contenida en el protocolo, siempre que demuestren ser partes interesadas con derechos adquiridos, sus herederos o causahabientes. La confidencialidad debe de estar garantizada, al igual que el respeto a nuestras decisiones. Unas voluntades que han tenido consecuencias para tantas personas, empezando por nosotros mismos. Los protocolos notariales de Madrid están instalados en 37.997 tomos cuyas fechas extremas abarcan los años 1504 a 1913. Cada año ingresan los protocolos notariales que han cumplido cien años de antigüedad, procedentes del Archivo General del Colegio Notarial. Es el destino final de la voluntad de los madrileños.