Vandalismo
La estatua de Núñez de Balboa de la que nadie se hace cargo
El monumento al explorador español se encuentra en un lamentable estado debido a distintos actos vandálicos
Moncloa es una zona muy concurrida. Especialmente si nos acercamos al famoso faro, en cuyas inmediaciones confluyen, cada día, visitantes, estudiantes de la cercana Universidad Complutense y trabajadores de los edificios oficiales que hay en la zona. En medio de todo este ir y venir, junto al Museo de América, se encuentra el monumento al extremeño Vasco Núñez de Balboa, reconocido como descubridor del Océano Pacífico. Bajo la estatua de bronce que representa al explorador se puede encontrar un pequeño estanque, cercano a otro más grande y rodeado de jardines. Sin embargo, el conjunto monumental inaugurado en 1954 emerge deslucido entre las pintadas y la suciedad que envuelven a una obra de arte de la que nadie parece querer hacerse cargo.
Entre los graffitis, que llegan a la propia estatua y los desperdicios acumulados en el agua, hace ya varios años que resulta incluso habitual ver el lamentable estado del monumento, perteneciente a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el cual depende del Ministerio de Exteriores. De hecho, fue en 2020 cuando, tras una serie de denuncias ciudadanas, el Ayuntamiento de Madrid, a iniciativa de Vox, comenzó a instar a la AECID a restaurarlo, aunque sin éxito. No fue hasta marzo de 2021 cuando el organismo procedió a una limpieza en profundidad del monumento, si bien hoy, exactamente un año después, vuelve a tener un aspecto incluso más deteriorado. Se vuelve, de esta manera, a un punto de partida que deteriora la imagen de la zona, poniendo nuevamente sobre la mesa un problema para el que no parece haber, ahora mismo, una solución.
Fuentes de la AECID han confirmado a LA RAZÓN que la estatua pertenece a los jardines cercanos al edificio donde se encuentra la sede de este organismo del Ministerio de Exteriores, en la calle Reyes Católicos. Por ello, consideran que les corresponde «la reparación y limpieza que precise tanto la escultura como el pequeño estanque situado a sus pies», tal como se hizo en marzo de 2021, cuando se limpió y sustituyó la espada de Núñez de Balboa. Sin embargo, matizan desde el organismo, «el resto de elementos del conjunto monumental, que son el estanque grande y los jardines, no pertenecen a la AECID». De esta manera, explican que en el monumento se encuentra en «una parcela de suelo en división horizontal donde está situado un edificio del Ministerio de Cultura y Deportes, que es el Museo de América, así como la sede y biblioteca de la AECID y una propiedad del Ayuntamiento, que es el Faro de Moncloa, siendo propiedad, a su vez, todo el suelo de la Universidad Complutense de Madrid».
De esta manera, desde la AECID señalan que, si se vuelve a proceder como se hizo el año pasado, cuando se hicieron cargo de la limpieza únicamente de aquella parte del monumento que es su responsabilidad, el problema persistirá. Por ello, apuestan por una coordinación entre los distintos organismos para garantizar la limpieza y seguridad del monumento. «Hemos trasladado al Ayuntamiento que lo deseable, en este caso, sería acometer una limpieza coordinada del conjunto, ya que limpiar solo la estatua puede funcionar como “efecto llamada” para nuevos actos de vandalismo», afirman.
Por su parte, el Ayuntamiento de la capital remite a los contratos de limpieza de Patrimonio Cultural, alegando que «no tenemos la posibilidad de trabajar en un espacio privado –del Estado–, sino únicamente en puntos de competencia municipal».
Una estatua con historia
A pesar de hallarse en estas condiciones tan deplorables, la estatua del conquistador Núñez de Balboa se encuentra inscrita en el Catálogo de Monumentos Públicos y Elementos Urbanos Singulares del Plan General de Madrid, y cuenta con un nivel 2 de protección histórica. Diseñada por Enrique Pérez Comendador, forma parte de una iniciativa gubernamental que, en 1952, puso en marcha la construcción de una serie de memoriales por toda la ciudad de Madrid para estrechar lazos de cooperación con los países de Iberoamérica. Ejemplo de ello son también las obras dedicadas a figuras como la de Rubén Darío o Simón Bolívar.
En esta estatua, de 2,5 metros de altura, Pérez Comendador representa a Núñez de Balboa de pie, con los brazos extendidos en forma de cruz, y, tal como explicó el propio artista, está inspirada en el momento en el que, tras el descubrimiento, el extremeño «entra arrogante y absorto en el mar blandiendo la espada desnuda y se apodera de ella para el Rey de España».
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