Obras
Así será la nueva Avenida de la Ilustración de Madrid
Cibeles aprueba un proyecto que dotará al peatón de nuevas zonas de encuentro: una franja arbolada de más de kilómetro y medio de longitud y unos 40 metros de ancho
Todos los conductores conocen la Avenida de la Ilustración, pero muchos menos han paseado por ella. Lo que no quita que sea una de las zonas más reconocibles de la ciudad. Diseñada a mediados de los años ochenta del pasado siglo, cuenta con un elemento de lo más identificable: los 26 arcos de acero inoxidable, que llegan a superar los 20 metros de altura, y que conforman la llamada Puerta de la Ilustración. No fue fácil su instalación: la caída de una viga de hormigón perforó el suelo hasta una profundidad superior a los 14 metros. De hecho, se encalló en las vías de la Línea 9 de Metro. Sin embargo, y pese a los retrasos derivados del accidente, a partir de 1990 esta puerta despedía a aquellos viajeros que tomaban la dirección norte de la M-30. Hay que tener en cuenta que este tramo fue pensado como un cruce intermedio entre una autopista de gran capacidad y los bulevares tan propios de la capital. Ahora, unos 30 años después de su inauguración, parece que ha llegado el momento de potenciar esa vertiente más peatonal y estancial.
Así, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobará hoy la inminente remodelación de la Avenida de la Ilustración. Un proyecto, explican desde el Ayuntamiento, que abarcará el tramo de mayor proporción residencial: entre la Avenida de Betanzos y la calle Alfredo Marqueríe. Los trabajos comenzarán antes del próximo verano, con una duración de un año y un presupuesto de 9,3 millones de euros. Con todo, no será el único tramo que será objeto de reforma: más adelante, se completará con una segunda fase que conllevará la intervención en el lateral sur. En todo caso, se trata de una etapa mucho más incipiente y cuya redacción ha comenzado recientemente.
¿En qué consistirán las obras? Desde el Área de Obras y Equipamientos, con Paloma García Romero al frente, señalan que la configuración actual de la avenida debe ser «actualizada», sobre todo en lo que concierne a aquella franja de espacio público más próxima a las edificaciones y con mayor presencia de tránsito peatonal y estancial. Por tanto, y tal como ilustran las imágenes que acompañan este artículo, el Consistorio proyecta la avenida con un eje viario, compuesto por una franja vegetada de más de un kilómetro y medio de longitud, unos 40 metros de ancho, y con una superficie total superior a los 55.000 metros cuadrados.
La nueva avenida contará también con una gran bóveda arbolada. Estará formada por una línea a cada lado, con cada uno de los árboles separados por unos seis metros, y que delimitarán la zona de paseo. Del mismo modo, el camino estará adornado por varias fuentes. Su colocación, recuerdan en Cibeles, tienen también su significado histórico: el recorrido ahora intervenido se corresponde con el cauce de un arroyo que formaba parte de la antigua topografía de Madrid. De ahí que se recupere el agua como elemento de continuidad para acompañar al arbolado.
Con todo, el objetivo principal de la reforma es el de hacer de la avenida una «plaza pública» de encuentro y relación de los vecinos, sin olvidar a los peatones ocasionales y a los usuarios de proximidad. Así, durante la intervención, se renovarán y mejorarán los pavimentos existentes. Del mismo modo, se prevé la actualización de los itinerarios peatonales, así como la mejora y complemento de zonas de juegos infantiles y de mayores. En esa línea, el proyecto contempla zonas estanciales con diferentes configuraciones. En todo caso, dichas áreas se situarán al margen del flujo de peatones, si bien estarán todas ellas conectadas visualmente.
La renovación del mobiliario urbano y del alumbrado público –sustituido por luminarias y por las lámparas que resulten más eficientes desde un punto de vista energético– serán otras de las mejoras de un bulevar que, a finales de la primavera de 2023, podría ser ya una realidad.
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