Opinión
Cincuenta años después, España en la UCI (de la democracia)
La Transición no fue un milagro: fue un acuerdo entre personas generosas. Justo lo contrario a hoy
El 22 de noviembre de 1975, hace cincuenta años, España recuperó la Monarquía con la proclamación de Juan Carlos I. Ese día empezó todo: la apertura, la reconciliación, la democracia.
Un país que venía de décadas de fractura encargó una tarea importante al Rey y el Rey cumplió y los españoles, también. España decidió mirarse a la cara y elegir libertad. Y el 6 de diciembre de 1978 eligió bien.
La Transición no fue un milagro: fue un acuerdo entre personas maduras, responsables y generosas. Justo lo contrario de lo que hoy gobierna España.
Mientras nuestros padres y abuelos construían consenso, hoy algunos se dedican a dinamitarlo. Mientras ellos apostaban por cerrar heridas, el Gobierno actual se empeña en reabrirlas. Y mientras ellos apostaban por la convivencia, el presidente del Gobierno apuesta por la confrontación, la mentira y el sectarismo como modelo de supervivencia.
Vivimos el momento político más tóxico y polarizado en décadas. Y no es casualidad: es estrategia.
A Pedro Sánchez le interesa una España crispada, enfrentada, agotada. Le interesa porque es lo único que le mantiene en pie. Cuanto peor para el país, mejor para él.
Sánchez ha convertido la radicalidad en su idioma. Y lo peor es que se ha rodeado de quienes odian la moderación con la misma pasión con la que desprecian la Constitución que les permite existir.
¿Dónde están los socialistas de verdad? Fuera del PSOE, expulsados o insultados. Una vergüenza histórica.
La izquierda radical quiere borrar la Transición porque la Transición demuestra lo que ellos jamás podrán ofrecer: acuerdo, generosidad y grandeza. Por eso les molesta. Por eso prefieren excavar fosas que tender puentes. Por eso manipulan la historia y, si hace falta, se inventan un abuelo analfabeto para justificarse como ha hecho Pedro Sánchez.
Ridículo… e indecente. Y todo esto con dinero público: 20 millones de euros para seguir dividiendo a los españoles. Veinte millones tirados a la hoguera ideológica mientras siguen sin presentar unos Presupuestos.
Un Gobierno sin cuentas y sin vergüenza. Una anomalía democrática ambulante. Y encima, pretenden darnos lecciones de moral.
Gritan, insultan, señalan. Condenan sin juicio. Persiguen sin pruebas.
Da igual si eres político, juez, empresario, periodista o un ciudadano anónimo.
Si no comulgas con su dogma, eres su objetivo. Destilan corrupción –política, institucional y moral– por todos los poros de un sistema que han degenerado hasta límites desconocidos. Tanto, que cincuenta años después, nuestra democracia está en la UCI. No por culpa del pasado, sino por culpa de este presente.
Pero incluso en la UCI hay esperanza. Y España la tiene.
La esperanza está en los mismos valores que hace 50 años levantaron este país: libertad, convivencia, sentido común y coraje cívico.
Valores que millones de españoles siguen defendiendo, pese al ruido, pese a las amenazas y pese a los dictadores de baja intensidad que hoy «okupan» el poder porque ya no pueden gobernar ni tienen mayoría parlamentaria.
Como concejal de Chamartín, promoví que los jardines del Monumento a la Constitución pasaran a llamarse «Jardines de la Transición Española».
Y allí mismo izamos la bandera de España en honor a S. M. el Rey Felipe VI.
En esos Jardines, junto a la Constitución, la Transición y el monumento a Isabel la Católica, se respira lo que algunos intentan destruir: unidad, concordia y orgullo nacional. Invito a todos a pasearlo, a conocerlo, a leer y a reflexionar. A respirar lo que Madrid sí defiende: libertad, respeto y España. Hoy España está en la UCI, sí. Pero sus verdugos se equivocan si creen que podrán desconectarla.
Porque la España constitucional –la de la libertad, la que no se arrodilla, la que no traga mentiras ni chantajes– está despierta. Y esa España no cambiará un radical por otro, ni una trinchera por otra. Estamos despiertos para sustituir la radicalidad por firmeza, la confrontación por sentido común y el sectarismo por democracia de verdad.
Por eso, estoy convencida de que, cuando podamos votar, será la democracia quien expulse del poder a quienes han intentado matarla. Y la democracia sobrevivirá.
¡Feliz 50 aniversario, España!
Yolanda Estrada es concejala presidenta del Distrito de Chamartín