Estos son los cinco pueblos más fresquitos de Madrid para pasar el día

El calor en la Comunidad de Madrid puede resultar agobiante cuando suben los termómetros y nos vemos sumergidos en olas de calor. Sin embargo, existen rincones en la región donde es posible encontrar un alivio a las altas temperaturas. Según Antonio López, responsable del programa de El Tiempo en Telemadrid, estos son los cinco pueblos más frescos de Madrid para disfrutar durante los meses de verano.

Somosierra

A 1.440 metros sobre el nivel del mar, Somosierra, situado en el norte de la Comunidad de Madrid, ofrece un respiro frente a las altas temperaturas. Este puerto de montaña es conocido por sus inviernos duros y veranos más llevaderos. Un paseo hasta la Cascada Chorrera de los Litueros es ideal para refrescarse durante el día, aprovechando la brisa que baja con el agua.

La Hiruela

Situado en la frontera con Guadalajara y a 1.257 metros de altitud, La Hiruela es un oasis natural en medio del calor. Con sus frondosos bosques y el río Jarama que serpentea por el paisaje, este pintoresco pueblo ofrece una atmósfera fresca, típica del norte de España. A solo una hora y media de Madrid, es una escapada perfecta para quienes buscan un refugio veraniego.

Canencia

En la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama, Canencia se alza a más de 1.500 metros de altitud, lo que le confiere temperaturas notablemente más bajas en comparación con otras zonas de la región. Aquí, la temperatura desciende 0,65ºC por cada 100 metros de altitud, haciendo de este pueblo uno de los lugares más frescos de Madrid durante el verano.

Rascafría

A unos 100 kilómetros al norte de la capital, en pleno Valle del Lozoya, se encuentra Rascafría, a 1.100 metros de altitud. Este encantador pueblo es famoso por sus piscinas naturales, Las Presillas, donde el agua que baja de las montañas se mantiene fría, ofreciendo un refrescante alivio para quienes buscan escapar del calor extremo.

Santa María de la Alameda

Ubicado en la vertiente meridional de la Sierra de Guadarrama, a 1.409 metros de altitud, Santa María de la Alameda es otro refugio ideal para quienes huyen del sofocante calor madrileño. Situado en el noroeste de la Comunidad, este pequeño municipio se convierte en un remanso de frescura durante los meses más cálidos.