Madrileñear

Flamenco y gastronomía se dan la mano en los tablaos de Madrid

La Carmela puede ser un plan perfecto para pasar el mes de agosto en la capital

Una de las actuaciones de La Carmela, en la calle Victoria
Una de las actuaciones de La Carmela, en la calle VictoriaLa Razón

El verano madrileño, con su calor abrasador, puede resultar desafiante, pero en pleno corazón de la capital existe un rincón donde la cultura y la gastronomía se unen para ofrecer un oasis en medio de la ciudad. Se trata de Tablao La Carmela, un lugar emblemático situado en la calle de la Victoria, que se presenta como la opción interesante para quienes deciden quedarse en Madrid durante la temporada estival.

Con una programación diaria que incluye pases a las 19:30 y 21:00 horas, bajo la dirección del maestro flamenco Juan Andrés Maya, La Carmela invita a sumergirse en el vibrante mundo del flamenco. Cada noche, los asistentes son transportados al epicentro de este arte tradicional, con actuaciones que mantienen intacta la pureza y esencia del flamenco.

Figuras reconocidas como Antonio Canales, El Farru, Kiki Morente y Remedios Amaya han dejado su huella en este tablao, haciendo de cada espectáculo una experiencia única e inolvidable. Pero la oferta de Tablao La Carmela no se limita al escenario. La terraza del tablao, que puede convertirse en un refugio perfecto después de un recorrido por el centro de Madrid, brinda a los visitantes la oportunidad de disfrutar de una exquisita propuesta gastronómica.

Su menú combina platos tradicionales y contemporáneos, creando una fusión que eleva la experiencia culinaria. Además, los diferentes espacios del tablao, como la taberna en la planta superior y la sala de espectáculos, permiten disfrutar de esta gastronomía en ambientes distintos y acogedores.

Entre los platos destacados de su menú de verano, sobresalen las anchoas de Santoña y el jamón de bellota 100% ibérico, servido con pan suflado, una combinación que exalta los sabores más auténticos de la cocina española.

Las gildas donostiarras, elaboradas con anchoa de «casa Santoña» son otra delicia para aquellos que buscan intensidad y frescura en cada bocado.

Para quienes prefieren sabores más robustos, los torreznos de toda la vida con mojo verde ofrecen una perfecta mezcla de tradición y modernidad.

También destacan las croquetas de jamón ibérico, lechazo o rabo de toro, y las icónicas patatas bravas, cuya salsa picante, de receta propia, añade el toque justo de picante a cualquier velada.