La gran cantera de artistas emergentes se ha recibido con éxito

JUSTMAD 2023 regresa en su feria número 14 a Madrid. Febrero es el mes del arte y se sitúa como el segundo gran evento creativo después de ARCO. JUSTMAD ha hecho una gran apuesta por el arte contemporáneo llevado a cabo por profesionales consolidados del sector, pero, principalmente, por jóvenes artistas emergentes. Esta edición presenta cuarenta galerías nacionales e internacionales para seguir sorprendiendo a los amantes de este mundo con tendencias que marcan el pulso a lo más actual.

En este 2023 además, JUSTMAD toma un nuevo rumbo con Óscar García García, que asume la dirección artística del año como un reto para sorprender tanto a los coleccionistas como al público. El director manifiesta querer volver a los orígenes de JUSTMAD, en los que era un lugar de descubrimiento: «Nos encontramos en un momento muy interesante donde una nueva generación de coleccionistas, comisarios, galeristas y artistas, están activando el mercado, creando nuevas posibilidades y grandes expectativas de futuro para el panorama del arte contemporáneo. Además, tenemos como 17 galerías nuevas que no habían participado nunca antes, de eso se trata, de seguir creciendo».

LA RAZÓN se pone en contacto con cuatro artistas madrileños que narran su experiencia durante estos días de feria: Chus García, Adriana Berges, Oton y Jazzy Dope.

Chus García es una mujer con una amplia trayectoria en el mundo del arte. Ha estado en ARCO y siempre relaciona sus producciones con la sociedad actual. Habla del presente y de lo que nos preocupa. Por ello, una de las cosas que manifiesta es que la cuota de artistas españoles en galerías extranjeras es mínima. Sobre todo la de las mujeres, muy inferior a los hombres. Cosa que, en España sí se recibe a más coleccionistas de fuera. Solo en ARCO, por ejemplo, un 20% son mujeres y el precio de sus obras son inferiores al de los artistas masculinos. La serie que presenta en JUSTMAD se titula «Masterpieces», que es una reinterpretación de obras maestras que todo el mundo reconoce porque están en la memoria colectiva. Desde artistas como Leonardo o Picasso. Es un resultado digital, primero mediante la elección de la obra y luego con el tratamiento en el ordenador a través de la disolución del pixel, para luego trasladarlo al lienzo. Al final es una recontextualización de obras maestras para darle otra lectura y visión, porque es algo recurrente en toda la historia del arte. «Todos los artistas revisan y reinterpretan obras de otros. Y el hecho de pixelar tiene que ver con mi interés en el uso de herramientas de mi tiempo. El pixel es el máximo exponente del lenguaje digital y llevo años usándolo en paisajes, fotografía o incluso vídeo. Es un lenguaje de mi tiempo porque me interesa mi alrededor, como la publicidad o el cine, por ejemplo», expresa Chus. Sus obras transitan de la ciudad a paisaje, al fin y al cabo, cuentan cosas que ella misma experimenta.

Adriana Berges, a sus 31 años es toda una experta en estudios de gamas cromáticas, el funcionamiento y el análisis del color; y como todo ello influye en el marketing o la psicología. En su caso, ha apostado por pinturas con gamas frías que buscan ser contempladas desde la calma. «Es un orgullo que hayan querido contar conmigo. A mí las ferias me encantan porque es una manera de participar en un circuito artístico, no estás sola y compartes afición. A JUSTMAD le tengo un cariño especial porque empecé de voluntaria con 18 años, ya me gustaba este mundo. Es un lugar muy fresco, divertido y emergente», comenta Adriana. Empezó trabajando con la pintura más realista y académica, lo que ocurre cuando estudias bellas artes, que se adquiere una base más técnica y disciplinaria. Después pasó a enfocarse en los paisajes. «Quise entender el paisaje a través de internet. Me encontré en un momento que pasaba más tiempo a través de una pantalla que estando pendiente del exterior. Por ello, decidí trabajar los fondos de pantalla míticos de Windows XP u otros que tenemos en nuestra memoria, de lugares donde no hemos estado pero con los que conectamos, es decir, cómo conocemos un paisaje mucho más por un dispositivo que por nuestra propia experiencia», detalla Berges.

Oton ha sido una de las caras más visibles de la feria ya que, además de contar con el premio Rucandio, fue un éxito en ventas y a las 11:15 de una mañana de feria ya tenía casi todo su stand vendido. «La oportunidad que nos dio el director, Oscar, ha sido increíble y estoy encantado de participar por primera vez. JUSTMAD ha cogido un punto muy especial, todas sus obras son espectaculares», apela Oton. «La novedad y la preocupación por lo desconocido es lo que resaltaría de este evento», añade. Oton considera que en Madrid es difícil adquirir una posición, pero afortunadamente corren tiempos de desarrollo y avance en el sector. «Seguro y sin duda que los jóvenes tienen mucho que ver con esto, por su interés y mayor implicación. Esto nos beneficia a todos porque crecemos como sociedad», indica Oton. En cuanto a sus representaciones, empezó con una colección de collages y pinturas, y actualmente expone dibujos. El 2021, año tras el confinamiento, fue decisivo para él: Ya venía de atrás intentando encontrar algo que me convenciese, y en aquella intimidad que nos trajo a todos, comencé a dibujar e iban surgiendo cosas. Me fui a lo básico y a lo más pequeño, que es el dibujo puro, eligiendo personajes animados y a partir de ahí desarrollarlos y modificarlos. Les di atributos, al final es un juego de niños con un papel y un boli donde se tacha y dibuja».

Por su parte, Jazzy Dope, después de mucho trabajo en pequeñas exposiciones madrileñas, celebra haber encontrado su sitio en JUSTMAD. «Para adelante con todo, es mi primera vez», pronuncia. El artista se sorprende por la gente joven y nueva que se encuentra en el espacio y la capacidad de oportunidades que la feria presenta. «Al final lo importante es hacerte nombre, un hueco, llegar a mucha audiencia, que actualmente son redes sociales».