La estrategia de la derecha

Paseo por Madrid

Madrid tiene una buena cartelera de museos y monumentos en sus calles. Sin embargo, hay cosas que uno no logra entender por muchos años que lleve viviendo en esta ciudad.
Hace unos meses vi como junto a la Plaza de Cristo Rey, junto a la Fundación Jiménez Díaz, agonizaba el monumento al que fuera uno de los sabios más importantes de la medicina española del siglo XX, don Carlos Jiménez Díaz, que además de saber y enseñar bien, supo crear escuela.
El templo de Debod es otro ejemplo del abandono de nuestro Ayuntamiento por lo mejor de nuestra ciudad. Esta maravilla tiene más de dos mil años y fue un regalo de Egipto cuando España colaboró en las obras hidráulicas en el Nilo que condenaba a que el templo quedara inundado en parte.
Se decidió entregar esta maravilla a España y en 1968 se desmontó pieza a pieza y se trasladó a España donde se decidió colocar donde estuvo el Cuartel de la Montaña, lugar de uno de los episodios más sangrientos de la Guerra Civil. Se reinauguró en 1972.
Egipto regaló más templos a otros países que tienen más en cuenta lo que supone tener este monumento de la cultura egipcia y lo cubrieron para impedir su destrucción. En Madrid no se ha tenido respeto por esta obra de arte y está al aire libre como si fueran los leones de las Cortes, fundidos con los cañones ganados a Marruecos en una de las guerras de África.
Los egiptólogos y la Unesco han pedido que se cubra de alguna forma. Pero Madrid no escucha más que el fútbol y alguna cosa más, como la Fórmula 1 en un circuito no permanente. Son las cosas malas de esta hermosa ciudad.

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