Gastronomía
Casa Vito, el restaurante italiano más divertido de Madrid
El restaurante se adentra en la cocina y la estética italoamericana. Con música en directo, es perfecto para quienes buscan algo de «punch»
Acabados los rigores de la Semana Santa, con el regocijo de la Pascua y el «picorsito» que nos trae abril a los que somos fiesteros y «gambiteros», toca volver al buen camino. Es decir, consolarse del fin de las vacaciones con el infinito abanico gastronómico que nos ofrece Madrid. Para los que buscan una comida agradable y un ambiente divertido y joven, les traigo una recomendación novedosa y en lo más fetén de la ciudad. Se trata de Casa Vito, un italiano juguetón para pasarlo bien y celebrar la vida.
Esta apertura viene de la mano de Vespok, un grupo de hostelería, ocio, eventos y producción musical fundado hace nueve años por tres socios, amigos desde niños, que han sabido crear una empresa muy inteligente. Sus proyectos se retroalimentan entre sí y están bien dirigidos a un público joven y disfrutón, pero también exigente. Su primera apertura fue El Rincón de Vespok, en Puerta de Hierro, y luego siguieron otros más, como Pólvora, Salitre o la gestión de ese clasicazo de la marcha madrileña que es Green.
Con este nuevo restaurante, se adentran en la siempre resultona cucina italiana. Todo gira en torno a Vito, el típico napolitano de libro, con su cordón de oro, su camiseta blanca y un mandil con manchas de tomate, pero que cocina muy bien. Toda la estética del local juega con la imagen de los clásicos restaurantes italoamericanos, como Buca di Beppo. Aquí no faltan los mantelitos a cuadros con fotos en blanco y negro y una decoración que recrea, en dos pisos, las diferentes estancias de una casa.
En la carta se ofrecen diferentes alternativas, ricas y sin complicaciones, de alma italiana. Así, entre los entrantes encontramos una focaccia de verduras, el clásico vitello tonnato, la ensalada césar o propuestas más originales, como una zamburiña con crema de carbonara gratinada con grana padano o las alcachofas confitadas con escamorza, aceituna y pistacho. No faltan tampoco las tablas de embutidos ni los bocadillos, como el de pastrami. Las pastas, por su parte, son, seguramente, las estrellas de la casa, desde los archifamosos espaguetis con tomate y albóndigas hasta los negros con sepia, rape y chipirones, gustan mucho. También hay otras opciones, como los ñoquis con gorgonzola y nueces, los penne con calabacín al provolone o, con un guiñito de aquí, las orecchiette con guiso de carrilleras ibéricas y setas.
También merece la pena probar sus pizzas. Hay opciones clásicas e infalibles como la margarita, la cuatro quesos, la de mortadela o la diavola, ideal para aquellos que quieran algo con punch. Para el postre, dejen hueco para el tiramisú, el pie de limoncello o, para compartir, las tartas de queso ahumado o de chocolate. También tienen un buen arsenal de cócteles clásicos y aperitivos.
La fiesta y el cachondeíto sano son otro de los pilares de Casa Vito. Los sábados, por ejemplo, rinden culto a la sobremesa con su #vitardeo. Después de comer, cuando la sobremesa se alarga con una copa, un trago y música en directo. Por las noches, desde las 21 horas, hay música en directo, que va cambiando cada semana –acudan a sus redes sociales para conocer la programación–. En el piso de arriba hay un piano-bar divertidísimo, en el que el micro va pasando de mesa en mesa para que la gente se arranque a cantar mientras se cena y se empieza con las primeras copas de la noche. Vamos, que uno no se aburre aquí.
No te pierdas: espaguetis con albóndigas
Los espaguetis con albóndigas o la pasta de Don Vito son algunos de los clásicos del local. Y, ahora que andamos a vueltas con muchos vagabundeos de cocina, apetece más que nunca darse un auténtico gustazo de pasta con tomate y buena carne. De perderse.
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