Medio Ambiente
El Retiro más singular: estos son los árboles en los que es obligatorio pararse
Con motivo del Día del Árbol, recorremos las zonas del parque con los ejemplares más exóticos
Construido en el XVII y abierto a los madrileños el siglo siguiente, la historia del Parque del Retiro va más allá de 300 o 400 años. No todo es cuestión de antigüedad. Por supuesto, los jardines conservan ejemplares de esta época. Sin embargo, entre sus 20.000 árboles, la zona verde más visitada de Madrid cuenta con un catálogo de especies más jóvenes y singulares que, afortunadamente, ni Filomena consiguió doblegar. Al menos media docena de ejemplares que el Ayuntamiento de la capital reivindica con motivo del Día del Árbol, una jornada fijada por Naciones Unidas hoy 21 de marzo. Así, entre otras actividades, el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad despliega durante estos días una agenda de actividades relacionadas: la visita guiada que tendrá lugar hoy desde el Centro de Información y Educación Ambiental del Retiro para recorrer los árboles más exóticos del parque; la exposición temporal abierta en el CIEA Casa de Campo (en horario de miércoles a domingo y festivos de 10:00 a 14:30 horas); o la gran plantación intergeneracional con estudiantes del CEIP Navas de Tolosa en la Dehesa Boyal de Villaverde.
El recorrido por este Retiro más singular comienza en una de las praderas próximas a la Puerta del Ángel Caído. Pese a sus pequeñas dimensiones –tres metros de alto–, el perímetro en torno a este árbol evidencia su valor: 627 años de historia lo contemplan. Se trata del «olivo centenario» y, curiosamente, su inclusión en el parque es bien reciente. Fue plantado en abril de 2023 después de que el Consistorio lo adquiriera en un vivero del municipio madrileño de Carabaña, dentro de la iniciativa «Un Árbol por Europa». De esta forma, desplaza como árbol más veterano al Ahuehuete, de origen mexicano, situado en el entorno de la Puerta de Felipe IV, y que, según se cree, pudo ser uno de los primeros árboles plantados en el parque, en la primera mitad del siglo XVII.
Otra parada ineludible es la protagonizada por el Pino Carrasco de la Rosaleda (Pinus halepensis), incluido en el catálogo de árboles singulares de la Comunidad de Madrid. Con una altura de 35 metros, un diámetro de copa de unos 20,5 metros y dos siglos de vida, es todo un superviviente. Fue de los pocos que salió ileso del histórico ciclón del 12 de mayo de 1886 que arrasó con buena parte de la vegetación del parque. «Esta fue una de las zonas más afectadas por Filomena», explica Juan Alonso Gamir, coordinador del Centro de Información y Educación Ambiental El Huerto del Retiro. «Otros árboles, como los cedros, son mucho más adaptados a grandes nevadas por la conformación de las ramas. En el caso de los pinos, que tienden hacia arriba, soportaban mucho más peso de la nieve», añade.
Durante el recorrido, los expertos estuvieron acompañados por el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y el concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo. Precisamente, Carabante, a preguntas de la prensa, hizo referencia a la reciente sentencia del TSJM que da la razón a Cibeles en las ayudas reclamadas por los gastos de Filomena, obligando al Gobierno de Pedro Sánchez a dictar otra resolución. «No solo se ha recuperado El Retiro, sino todos los parques y jardines de Madrid», afirmó el concejal. La nieve afectó a más de medio millón de árboles, de los cuales 80.000 tuvieron que ser talados. Y si bien la afección en el Retiro fue menor, en Casa de Campo se vieron comprometidos 400.000 árboles. «Fue una labor que realizamos sin ayuda del Gobierno de la nación. De los 80 millones de euros que pedimos para esos trabajos de recuperación, el Gobierno nos reconoció apenas 1,5 millones», añadió Carabante.
Un punto destacado del Parque es también el conocido como Huerto del Francés, llamado así por haber alojado allí a las tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia de 1808. Además de la noria de agua perteneciente al siglo XVII –y no descubierta hasta finales del XX–, allí se encuentra la única alineación de almendros de todo el parque.
Otros de los puntos imprescindibles son el Tejo del Palacio de Velázquez, vallado, entre otros motivos, por su condición venenosa–lo que ha dado pie a muchas leyendas–; la Palmera de Fortune, de once metros de altura; el cedro de 33 metros, a poca distancia del monumento al General Martínez-Campos; el Eucalipto Azul, cerca del célebre estanque y considerado de «significación histórica»; y el Eucalipto Rojo, el cual tiene como vecinos al Cedro del Atlas y al Pino Piñonero.
Durante la visita, Borja Carabante recordó que Madrid ha sido designada recientemente como Ciudad Arbórea del Mundo por quinto año consecutivo por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Fundación Arbor Day. Un reconocimiento que, pese a la polémica sobre la tala de árboles con motivo de las obras de la Línea 11 de Metro, sitúa a Madrid como «ciudad referente en el cuidado de sus árboles y en la gestión forestal urbana». El concejal también subrayó que el Ayuntamiento ha invertido 98,9 millones de euros en un total de 108 obras y actuaciones en las zonas verdes de la ciudad. De esas intervenciones, 80 están ya finalizadas. Estas zonas, junto a las de mayor masa, conforman un patrimonio verde de 3.800 parques y jardines con 1,7 millones de árboles y más de 5.000 calles arboladas cuyo mantenimiento depende del Consistorio.
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