Exposición
Un verano en la costa en el corazón de la capital
LA RAZÓN habla con la artista Nuria Mora, quien presenta «Oceánica» en Galería Canalejas y nos hace sentir cerca del mar
Nuria Mora, nacida en Madrid en 1974, es reconocida por su pasión por la arquitectura, el interiorismo y las bellas artes, fusionando estos saberes en una carrera que destaca por su estilo artístico tan singular y diferenciado. Valiéndose de la ciudad misma como un lienzo y explorando incluso áreas como el diseño y la dirección de arte, esta creadora madrileña ha desplegado una creatividad sin límites.
Actualmente, Nuria Mora ha puesto todo de su parte para hacernos sentir en el exterior de una casa de verano porque, pese a estar en Madrid, lo necesitamos por su color, su despertar y luminosidad. A través de la exposición gratuita expuesta en Galería Canalejas, Nuria Mora nos transporta a un torbellino de vivencias a través de su obra «Oceánica». Inspirada en los elementos y sensaciones propios de esta estación, que evoca la esencia y añoranza de las vacaciones en la costa. Con ella descubrimos el arte por sorpresa, en lugares inesperados, y ahora el asombro ha llegado cuando ha sabido trasladar la puesta de sol con el sonido del mar al centro neurálgico de Madrid: Los espacios que se salen de los circuitos típicamente artísticos resultan mucho más democráticos, en los cuales se produce una relación con la obra con menos filtros e interferencias, más natural». Por ello, al adentrarse en la Galería Canalejas, asistirás a la Costa de la Luz, las Pitiusas y la Mariña Lucense.
La exposición presenta las fascinantes obras escultóricas de Nuria Mora, elaboradas en cerámica esmaltada. Estas piezas representan abstracciones de símbolos veraniegos icónicos, creando un cautivador paseo a través de la galería -o la orilla de la playa–. Está expuesta en distintos puntos (en la planta inferior y superior de la galería) para que, desde cualquier parte puedas sentir la sintonía de la historia que Nuria ha querido transmitir con «Oceánica». La historia urbana La trayectoria con la que cuenta le ha enseñado a que el arte puede llegar de todas partes y huye del riesgo a encasillarse. Por el contrario, su camino ha optado por saber descontextualizar y dotar de sentido propio y mensaje a las cosas.
Allá por 1999, durante sus inicios, las creaciones de Nuria Mora encajaban en perfecta armonía con la geometría del espacio público, manifestando el arte urbano como una poderosa forma de resistencia contra su estigmatización. Sus obras demuestran que el arte urbano no solo puede complementar la arquitectura de la ciudad, sino también funcionar como un elemento constructivo capaz de embellecer y dotar de personalidad incluso a los rincones más olvidados. Uno de los notables talentos de Mora es su capacidad para descubrir posibilidades en lugares estratégicos que de normal pasan desapercibidos, llenando muros, calles, escaparates e incluso marquesinas de la ciudad con sus expresivas composiciones, ya sean dibujos y pinturas, composiciones geométricas o esculturas hechas de papel. Su estudio de trabajo se ubica en el Rastro y ya apuntaba maneras cuando recogía cacharros y les concedía vida, dándoles una historia. Por ejemplo, recuerda cinco angelitos que encontró y los transformó en los cinco miembros de su familia.
Pese a que sus comienzos la relacionen con el trabajo obtenido a partir del arte urbano, del que se muestra satisfecha, actualmente no comulga con él «porque se ha domesticado», confiesa a LA RAZÓN. «Empecé a pintar en la calle, se trataba de una propuesta de arte contemporáneo que daba acceso a todo el mundo. Ahora parece un centro comercial donde no encuentro el interés, la sensibilidad, el gusto y la sofisticación de entonces», opina Nuria. Mientras que la artista se caracteriza por una filosofía de autoproducción, observa que cada vez hay una mayor apuesta por un muralismo dentro del establishment y «si haces ejercicio de museo y comisionas a un artista corres el riesgo de perder la carga del mensaje (…) Para mí el arte significa encontrarlo como una flor nueva, un espacio que invita a la reflexión».
Mora se muestra orgullosa de su trayectoria, de la cual, no todos comparten esa suerte, pues puede decir que vive de su trabajo y vocación. Pero sería injusto afirmar que su éxito es fruto del azar, ya que su contrato laboral no entiende de vacaciones ni de horarios de ocho horas: «Al día puedo trabajar perfectamente diez horas. No concibo mi vida sin el arte. Y hay que ser capaz de reinventarse, mantenerse activa, y entender los estímulos y el contexto del momento», añade. «Comprenderlo es vivir una experiencia, una relación, una energía y un compartir».
Con el tiempo ha ido alejándose de quienes lo entienden como un lenguaje grandilocuente y no accesible a la mayoría, «adornar demasiado y añadir lo innecesario no hace más que alejar el arte del público», opina la artista. «Yo prefiero adquirir la capacidad de experimentar y equivocarme. Detrás de los grandes resultados no hay un genio perfecto, hay errores, hay tiempo, hay trabajo. Crecer es madurar y la progresión de los pasos te va llevando a diferentes caminos».
Una artista sin límites
A Nuria Mora le gustan los retos. No hay nada que se le resista en sus trabajos. Por ello, ha abarcado todos los campos, desde la joyería, la pintura y la cerámica, hasta el sector textil. Y lo mejor es que de todos se lleva un gran aprendizaje que le facilitará lo que venga después. De su última exhibición se inspiró en la frescura del verano, pero también teniendo en cuenta un retrato biográfico: «Hablo sin palabras a través de piezas con connotaciones muy personales, desde boyas de mar hasta el viaje en la vespa hacia la playa. Me ha servido para reencontrarme como artista, para redefinirme», expresa. Durante la presentación de la obra, confiesa haber rescatado objetos de la profundidad del mar, siendo frutos de un viaje y una experiencia, un retrato íntimo de la misma. Dichos objetos se encuentran a la venta y el más caro oscila los 10.000 euros.
La Galería
Hasta el 13 de octubre, coincidiendo con la despedida del calor, estará disponible la exposición en el corazón de la ciudad. Su visita invita a conocer la última obra de la artista, pero también a poder hacerlo en uno de los complejos históricos más significativos de la capital. «Se encuentra en uno de los ejes artísticos más atractivos, una Galería referente por su riqueza durante el paso de los años», explican en la presentación.
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