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Ecologismo
Ya está aquí el hidrógeno verde, la energía del futuro
El sector público y las empresas energéticas consideran clave el uso de este elemento y presentan sus proyectos para descarbonizar la economía europea de cara a 2050
El papel que jugará el hidrógeno en la economía mundial ha ido en aumento en los últimos años. El pasado 6 de octubre, el Consejo de Ministros de España aprobó la Hoja de Ruta del Hidrógeno, el instrumento con el que se pretende planificar el despliegue de este combustible y cumplir así con una de las prioridades de Bruselas, que considera este elemento como una clave para la descarbonización. La Comisión Europea, de hecho, prevé que el hidrógeno represente entre el 13% y el 14% de la combinación de fuentes de energía de la Unión Europea en el horizonte de 2050.
Esto requerirá enormes cambios en poco más de una generación. Una Tercera Revolución Industrial en la que, tanto el sector público como el privado, apuestan por el hidrógeno como parte esencial del mix energético. En este sentido, el plan que se ha marcado España tiene por objetivo alcanzar una producción de 4 gigavatios de hidrógeno verde (generado por electrólisis) en 2030; una cifra que equivale al abastecimiento anual de 2 millones de hogares.
La clave del hidrógeno renovable generado por electrólisis es que se extrae a partir de un proceso que no emite CO2. Al no generar gases contaminantes ni residuos en los procesos, se le considera un combustible 100% sostenible. Además, se trata de un elemento almacenable y transportable, lo que permite su utilización posterior, así como viajar por los mismos canales e infraestructuras del gas. Se trata de una energía muy versátil que puede utilizarse en la industria, transformarse en electricidad o en combustibles sintéticos, propicios para el sector de la automoción, entre otros.
Para lograr el desarrollo del hidrógeno, se destinarán 1.500 millones de euros entre 2021 y 2023. Pero no basta solo con invertir, según el sector privado. Las compañías energéticas y del transporte urgen una regulación favorable y, aún más importante, la reducción del coste eléctrico. ¿Por qué? Pues porque el hidrógeno verde se puede generar a través del proceso químico antes mencionado, la electrólisis, que requiere electricidad para separar las moléculas de hidrógeno (H) y oxígeno (O) existentes en el agua (H2O). Si esa corriente eléctrica se obtiene de la generación de una fuente renovable -por ejemplo, paneles solares-, se habrá obtenido hidrógeno sin emisiones en el proceso.
APOYO A LAS EMPRESAS
Los consejeros delegados de Iberdrola, Endesa y Repsol apuntaron en el encuentro «Hidrógeno renovable: una oportunidad para España» organizado por el Ministerio de Transición Ecológica de Sánchez, que si nuestro país quiere potenciar el hidrógeno verde por electrólisis, hay que actuar sobre los costes eléctricos; en concreto, los que afectan al transporte y distribución.
No obstante, también se puede generar hidrógeno renovable a través de otros procesos. En el caso de Repsol, lo hacen a partir de biometano y también por otras tecnologías en desarrollo. El sector privado está apostando de forma decidida en la producción de este elemento y Repsol anunció de manera reciente que construirá una planta en Bilbao en la que emplearán la electrólisis del agua para generar hidrógeno renovable.
Para ello, la compañía invertirá unos 60 millones de euros en la que será una de las mayores plantas del mundo en producir combustibles sintéticos cero emisiones netas.
Los combustibles sintéticos son hidrocarburos que pueden convertirse en gasolina, gasóleo y otros productos, utilizables en motores de combustión convencionales como los que se instalan actualmente en los automóviles, aviones o camiones.
Al producirse CO2 capturado e hidrógeno renovable, se considera que estos combustibles son neutros en carbono y, por ello, mucho más sostenibles que los convencionales. Asimismo, la ventaja principal que ofrecen es que pueden utilizarse en cualquier vehículo que exista ya. Es decir, que para su implantación no necesitan que haya un cambio de tecnología ni esperar a que haya un despliegue de nuevos motores o nuevos puntos de recarga, como pasaría con los vehículos eléctricos.
Ya existen coches en el mercado que utilizan esta tecnología y tienen prestaciones similares e incluso superiores a los coches a baterías. Pero esta es tan solo una de las aplicaciones del hidrógeno renovable. El interés por esta energía está creciendo y se han realizado proyectos de todo tipo en los últimos años.
Desde el uso industrial hasta el doméstico, el camino a seguir es la utilización del elemento químico más abundante del universo. En definitiva, la siguiente década será clave para el éxito del hidrógeno.
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