Medio Ambiente

La alimentación sostenible, palanca esencial frente a la emergencia climática

Isabelle Le Galo es directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso, un laboratorio de filantropía dedicado al Arte Ciudadano y a la Alimentación Sostenible
Isabelle Le Galo es directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso, un laboratorio de filantropía dedicado al Arte Ciudadano y a la Alimentación SostenibleLa RazónLa Razón

La lucha contra el cambio climático ocupa ya de manera transversal aspectos de todas las acciones de nuestra vida, como una constante que nos mueve. El sistema alimentario es uno de los principales elementos de este reto: lo que comemos representa un papel crucial, ya que el sector alimentario causa en torno a una tercera parte de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Al mismo tiempo, como ratifica el Acuerdo de París, la alimentación es una «prioridad fundamental para salvaguardar (…) la particular vulnerabilidad de los sistemas de producción de alimentos de los efectos adversos del cambio climático».

Las cifras aportadas recientemente por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) son muy relevantes: en 2020, las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura en España representaron el 14,1% del total del país (un 1,2% más que el año anterior). Por otro lado, la contribución del Grupo de trabajo 1 al Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) «Cambio Climático 2021: Bases físicas», concluye que nos encontramos ante un aumento del calentamiento global sin precedentes de 1,1ºC respecto respecto al periodo 1850-1900 y alerta que un incremento de 2°C provocaría episodios de calor extremo críticos para la agricultura y la salud en todas las regiones del mundo.

La transformación hacia un sistema alimentario más sostenible, respetuoso con el planeta y las personas es, por tanto, necesaria y requiere de un gran esfuerzo global a partir de proyectos y políticas locales y regionales. Todos los actores implicados en la cadena alimentaria pueden construir este camino, así como los gobiernos cuyos planes de mitigación del cambio climático están empezando a contemplar la reducción de emisiones de este sector.

Esto no es solamente un cometido, sino una gran oportunidad, ya que el sector de la alimentación -desde el campo a la despensa cuenta con un extraordinario potencial para proponer medidas y soluciones que afronten el reto de la emergencia climática. El potencial para abordar este reto se basa en la relación intrínseca del sector con el cuidado de la tierra y de la biodiversidad, así como la capacidad de éstas como sumideros de carbono. La mejora de la eficiencia energética, el uso de variedades de cultivo tradicionales y razas autóctonas, o la implementación de prácticas basadas en la agroecología, son herramientas muy poderosas para lograr nuestros objetivos.

Es tiempo de actuar con urgencia, pero también con esperanza. Los resultados demostrados desde la práctica y la investigación confirman nuestra convicción de que la alimentación sostenible es una palanca esencial para dar respuesta a la emergencia climática y a los retos de nuestra sociedad.